En unidad deportiva, Agustín Flores Contreras
Árboles cuyas raíces fueron arrancadas por los fuertes vientos del huracán Lidia, a su paso por las costas de Jalisco, ahí quedaron a manera de recuerdo.
La memoria del paso del huracán Lidia por Puerto Vallarta aún perdura en la unidad deportiva Agustín Flores Contreras, donde los vestigios de la tormenta han dejado una marca indeleble.
Los fuertes vientos del huracán no solo hicieron estragos en la infraestructura circundante, sino que también arrancaron raíces profundas, recordando a la comunidad la fuerza y la fragilidad de la naturaleza.
Los árboles, que alguna vez fueron símbolos de solidez y estabilidad, ahora yacen como testimonios de la poderosa fuerza de los elementos.
Este recordatorio visual no solo resalta la vulnerabilidad de las estructuras naturales y humanas frente a los fenómenos climáticos extremos, sino que también subraya la importancia de la conciencia y la preparación ante tales eventos.
Las comunidades costeras como Puerto Vallarta deben estar alerta y bien informadas sobre las medidas de seguridad y los protocolos de evacuación para minimizar los impactos adversos de los huracanes y tormentas tropicales.
En el resurgimiento después de la tormenta, la unidad deportiva Agustín Flores Contreras se erige como un símbolo de resiliencia.
Es esencial que la comunidad se una en esfuerzos de reconstrucción y que se fomente la conciencia sobre la necesidad de adoptar prácticas sostenibles y medidas de mitigación del cambio climático para fortalecer la resiliencia ante futuros eventos climáticos extremos.
Por Mauricio Lira Camacho
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