En todo Puerto Vallarta
Como ocurre en cada período electoral, el municipio de Puerto Vallarta se ve invadido con todo tipo de publicidad y propaganda política en bardas, postes y lotes baldíos.
Las imágenes de los rostros de aspirantes a cargos de elección popular, logotipos de campaña y colores de partidos políticos, comienzan a observarse en cada rincón.
Material que después de los períodos de campaña, no son retirados en tiempo y en forma, por lo que en ocasiones queda a la vista durante varios años.
En el apacible municipio de Puerto Vallarta, las calles se ven inundadas por la abrumadora presencia de propaganda electoral que adorna bardas y postes, creando un paisaje visualmente saturado.
La comunidad, preocupada por la sobreexposición y la contaminación visual que esto conlleva, clama por la importancia de que los políticos tomen la iniciativa de retirar dicha publicidad una vez concluido el período electoral.
Los residentes de Puerto Vallarta, amantes de la belleza natural que ofrece su entorno, se sienten afectados por la presencia desmedida de anuncios políticos que compiten por atención en cada esquina.
La necesidad de preservar la estética de la ciudad y mantener un entorno visualmente agradable se convierte en una prioridad compartida entre los ciudadanos, instando a los políticos a asumir la responsabilidad de retirar sus letreros una vez cumplido su propósito electoral.
La retirada de la propaganda no solo se percibe como un acto estético, sino como un gesto de respeto hacia la comunidad.
Los residentes consideran que la saturación de propaganda crea un ambiente visual caótico y distraído, afectando la calidad de vida de quienes habitan en este hermoso rincón costero.
La colaboración entre políticos y ciudadanos para devolver a Puerto Vallarta su encanto natural y cultural se presenta como una oportunidad para fortalecer los lazos de confianza entre la clase política y la sociedad.
En conclusión, la importancia de que los políticos retiren la propaganda electoral se sitúa en el respeto hacia la estética local, la preservación del entorno natural y la construcción de una convivencia armoniosa entre políticos y ciudadanos.
Puerto Vallarta, conocido por su belleza, espera con anhelo recuperar su encanto sin la presión visual de una publicidad electoral que ya ha cumplido su propósito.
