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CIUDAD DE MÉXICO.- Un problema común para los maestros y profesores en esta época, es alejar de sus teléfonos inteligentes a sus estudiantes. Algunos dirán que estos aparatos son grandes fuentes de información, otros de distracción, y ambos están en lo cierto.
Pero un estudio realizado por la Universidad de Chicago podría colocar la balanza en un punto definitivo: No solo distrae de las tareas, también afecta a nivel cognitivo actividades como procesar y recordar datos.
Aquellos que lo utilizan todo el tiempo para realizar sus actividades diarias (incluso trabajar), la situación empeora.
Crearon grupos en los que se pedía a los participantes colocar sus teléfonos frente al escritorio en modo silencio; o en la bolsa del pantalón, e incluso en otro cuarto.
Después se les realizaron dos pruebas: Una tarea de operación automática que mide la capacidad de memoria de trabajo, y otra llamada Matices Progresivas Estándar de Raven, que mide la inteligencia fluida.
En ambos casos los resultados arrojaron que la cercanía del teléfono afectaba ambos aspectos. Cuando un teléfono está cerca, parte de la capacidad del cerebro está pendiente a éste. Lo que disminuye aún más cuando se recibe una notificación.
La diferencia en los resultados entre los grupos con los teléfonos cerca del área del estudio y aquellos que lo colocaron en otra habitación, era diametralmente opuesta.
El simple hecho de estudiar -por ejemplo-, en presencia de un teléfono hace que lo aprendido tenga menos impacto a nivel cerebral, pues a nivel cognitivo, el cerebro está pendiente en segundo plano a otra tarea alternativa que es atender el smartphone.
Con esto, el debate queda cerrado en apariencia.
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