jornada.com.mx
Nueva York, Donald Trump, en su primer mensaje a la nación desde la Oficina Oval, afirmó que existe una crisis de seguridad y humanitaria en la frontera con México, que sólo se puede enfrentar con un muro.
Atrapado en su propia trampa política al impulsar la clausura parcial del gobierno federal, después de fracasar en su intento por obtener financiamiento para su muro fronterizo, el presidente Trump decidió este martes usar el engaño de una crisis de seguridad nacional en la frontera, para escapar de la verdadera crisis que ha provocado en Washington.
En su mensaje televisado de unos 10 minutos, en horario estelar, el mandatario y ex anfitrión de un reality show de televisión, proclamó que existe una crisis de seguridad que amenaza a toda la nación por el flujo de drogas y de criminales violentos –dio algunos ejemplos de casos extremos– y afirmó que la única solución es que los demócratas apoyen un proyecto de ley de gasto que defienda nuestras fronteras y reabra nuestro gobierno, incluyendo los 5.7 mil millones de dólares para su muro.
Refiriéndose ahora al muro como una barrera física –la cual sería de acero y no de concreto– ofreció el argumento de que los políticos ricos construyen muros y barreras alrededor de sus casas no porque odien a la gente de afuera, sino porque aman a la gente de adentro.
Aseguró que la barrera de acero será pagada tanto por los ahorros al frenar actividad criminal, como indirectamente mediante el gran acuerdo comercial firmado con México.
Intentó ofrecer una justificación humanitaria a su exigencia, al decir que los niños inmigrantes son usados como peones por los coyotes, y habló de la violencia que padecen las mujeres al pasar por México y, por ello, así como por las víctimas de la migración sin documentos y de las drogas, afirmó que su deseo es poner fin al ciclo de sufrimiento humano.
“¿Cuánta más sangre estadunidense tendrá que ser derramada…” antes de establecer seguridad en la frontera? preguntó retóricamente al concluir su mensaje.
La respuesta demócrata, transmitida inmediatamente después, estuvo a cargo de la nueva líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y del líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, quienes condenaron lo que Pelosi calificó de mensaje de información falsa y hasta con malicia por un presidente que ha fabricado una crisis y que ha tomado en rehén a miles de trabajadores federales y sus familias para conseguir su muro.
La demócrata más poderosa del país acusó que el presidente ha optado por el temor para promover sus políticas migratorias crueles.
Schumer denunció que en esta democracia no gobernamos por berrinche. Y concluyó: el símbolo de Estados Unidos debe ser la Estatua de la Libertad, no un muro de 30 pies de altura.
Como ha sido el caso a lo largo de esta presidencia, el mensaje del mandatario estuvo repleto de mentiras que se han repetido durante días y años recientes, incluyendo la de una invasión masiva de indocumentados, muchos de ellos criminales, el flujo de drogas ilícitas, y más recientemente –aunque curiosamente no fue incluido en su mensaje de anoche–, de nuevas alertas sobre miles de terroristas que habían intentado cruzar la frontera con México, entre otras cosas.
En los hechos no hay nada que se parezca a una crisis en la frontera. Según datos oficiales, el número de inmigrantes detenidos en la frontera en 2017 fue el más bajo desde 1971, manteniendo la reducción constante del flujo que se registra desde 2008.
Por otro lado, la propia agencia antinarcóticos (DEA) reporta que la mayoría de drogas ilícitas ingresa a este país a través de puntos oficiales de entrada fronterizos; o sea, un muro tendría casi nulo impacto sobre este flujo.
Y como se ha repetido, según cifras oficiales, la tasa de criminalidad entre la población indocumentada es mucho menor que la que prevalece entre estadunidenses en este país.
El propio Departamento de Estado afirmó hace unos meses que no hay evidencia de terroristas ingresando por la frontera sur. Y directamente contradiciendo las afirmaciones recientes del gobierno de Trump de que las autoridades de protección fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) habían frenado el ingreso de casi 4 mil terroristas –sospechosos o conocidos– por la frontera sur en el año fiscal 2018, según datos oficiales obtenidos por NBC News, esa misma agencia sólo habían encontrado a un total de seis en ese rubro.
De hecho, lo único que se aproxima a una crisis es la grave situación humanitaria provocada por las políticas de Trump para la detención masiva de familias, incluido el escándalo de los niños enjaulados, saturando la infraestructura para el manejo de la inmigración que está poniendo en riesgo la salud y hasta la vida de los indocumentados.
No hay una emergencia nacional. Existe un crisis humanitaria creada por Trump que ha resultado en la muerte de niños inmigrantes, afirmó David Leopold, abogado de la organización de vigilancia DHS Watch y ex presidente de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración, quien concluyó: esto es “una ‘emergencia nacional’ falsa, inventada para financiar un muro que el pueblo estadunidense ni quiere ni necesita”.
Este martes marca el día 18 de, por ahora, la segunda más larga clausura parcial del gobierno federal en la historia, misma que Trump provocó tres días antes de la Navidad como respuesta a la negativa del Congreso de autorizar los fondos para el muro fronterizo. Más de 800 mil trabajadores federales han suspendido sus tareas o están trabajando sin paga y con ello se multiplican los costos de esta maniobra política.
Los medios reportan cómo empleados federales de todo tipo –desde secretarias, oficiales de seguridad de aeropuertos, trabajadores que supervisan el sector financiero, hasta los del Servicio Secreto– no están recibiendo sueldo y cada vez están más preocupados por cómo pagar medicamentos, deudas, hipotecas y rentas, entre otros gastos.
A la vez, los efectos alcanzan a quienes tienen algún tipo de negocio o trámite con agencias del gobierno federal, desde granjeros hasta empresarios y abogados, mientras que hasta 40 millones de familias que dependen de la asistencia para comer o para pagar rentas pronto podrían pasar hambre o quedarse sin casa si no se resuelve esta crisis en Washington.
Trump ahora busca una manera de salir de su propia trampa, ya que las consecuencias políticas de una prolongación de la clausura serán cada vez más graves.
Mientras tanto, Stormy Daniels, la actriz porno que se ha enfrentado a Trump por mentir sobre la relación sexual que sostuvo con ella, ofreció al público una alternativa para ver, en vez del mensaje de Trump, y publicó un tuit: Si están buscando cualquier cosa que vale más la pena ver esta noche a las 9 pm (la hora del mensaje de Trump), yo estaré, en ropa íntima, doblando prendas de vestir que saqué de la lavadora, durante ocho minutos (lo que se esperaba duraría el mensaje presidencial) en Instagram, en vivo.