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Buchahin: “El sistema que protege a corruptos ha prevalecido por sexenios, y sigue ahí”

En entrevista, la exdirectora general de la Auditoría Forense, Muna Buchahin, habla, a propósito de su reciente libro «La casa sucia», de su experiencia como auditora y de la corrupción que permea el sistema político. “Nadie quiere auditar. Saben que si encuentran algo los corren”, asegura.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Contrario a las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, la corrupción no se ha erradicado en su sexenio, y esta aspiración está condenada al fracaso en tanto los partidos políticos sigan designando a los integrantes de las instituciones que deberían combatir los desvíos de recursos públicos, el nepotismo o los pactos de silencio, sostiene Muna Dora Buchahin, quien como directora general de la Auditoría Forense, de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), evidenció los esquemas de desvíos de dinero del sexenio de Enrique Peña Nieto conocidos como Estafa Maestra.

En su libro La casa sucia (Grijalbo), que salió recientemente, Buchahin analiza los mecanismos detrás de la corrupción y ofrece un retrato pesimista sobre los avances en la materia, pues sostiene que, en México, “no es cierto que el bien triunfa sobre el mal”. “Todo mundo intercambia los mejores puestos para los cuates; lo que negocian los partidos políticos lo pudren”, dice, en entrevista con Proceso.

En el momento de la entrevista, Buchahin sigue asombrada por una noticia reciente: el pasado 6 de mayo, las cúpulas del PAN, PRI y PRD presentaron una denuncia contra Eukid Castañón Herrera por entrometerse ilegalmente en el proceso electoral de Puebla, en favor de Morena. Castañón, oscuro operador del exgobernador Rafael Moreno Valle, estuvo tres años en la cárcel, pero salió en octubre pasado; renunció a su militancia en el PAN y se alió a Morena.

Castañón Herrera. Tres años en la cárcel; se pasó a Morena. Foto: Saúl López/Cuartoscuro.

La exauditora señala el cinismo de los panistas, pues en su libro narra una anécdota en la que Marko Cortés, el líder nacional del partido blanquiazul, abrazó con efusión al mismo Castañón, cuando éste era diputado federal por el PAN –era operador del entonces gobernador poblano Rafael Moreno Valle– y formaba parte de la Comisión de Vigilancia de la ASF.

“Él está con Morena ahora, y los mismos que lo abrazaban y le decían cachorro dicen que es un corrupto de siempre. ¡Si ellos lo tenían! Hace años me dijo alguien de alto nivel del PAN que el mismo Marko (Cortés) lo había puesto de diputado, y lo tenían haciendo guerra sucia. Ahora dicen que Morena lo liberó para hacer el trabajo sucio, el mismo que se les hacía a ellos en su momento. ¡Qué maravillas de cínicos!”, exclama.

Agenda de Sheinbaum

Si bien confiesa su escasa esperanza en un cambio rápido en materia de combate a los vicios de la política mexicana, Buchahin se integró al equipo de cinco expertos en materia de fiscalización encabezado por Javier Corral Jurado, exgobernador de Chihuahua, para diseñar un modelo de “agencia anticorrupción” para suplir a la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que propondrán a Claudia Sheinbaum Pardo una vez pasadas las elecciones.

La mujer dice que fue invitada por Corral, pero insiste en que, a diferencia del chihuahuense, ella no forma parte de la campaña de Sheinbaum. De hecho, en su libro señala presuntos actos de corrupción de cuadros de la Cuarta Transformación cercanos a la candidata presidencial: Mario Delgado Carrillo, el líder nacional de Morena; Rocío Nahle, candidata a gobernadora por Veracruz, y la senadora Olga Sánchez Cordero.

“No tenemos relaciones con ninguno de ellos, ni formamos parte de la campaña; nos pidieron apoyo, no hay ni siquiera un recurso a cambio”, comenta, y agrega que ella está “en desacuerdo con muchas cosas que han pasado en este gobierno, como la falta de transparencia, la falta de una verdadera lucha”.

–Coincide con las afirmaciones del presidente López Obrador según las cuales se erradicó la corrupción? –se le pregunta.

–Claro que no. Principalmente porque la corrupción no se erradica, se inhibe. Lo que sí creo es que él no es un símbolo de corrupción, como lo fueron otros presidentes en el pasado. Pero no se ha hecho absolutamente nada para combatirla, ha habido un desdén.

–¿Cómo ve la falta de rendición de cuentas respecto de los grandes proyectos, como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas o las obras encargadas a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)?

Dos Bocas. Opacidad. Foto: X  @RefineriaDosBoc.

–La desinformación sirve para manipular los datos y negar las realidades. ¿Cómo queremos combatir la corrupción sin tener información al alcance de los ciudadanos? Lo más importante es transparentar el uso de cada peso, pero también dar a conocer el proceso de toma de decisiones.

Auditorías a modo

Consultada sobre la razón por la cual los casos de corrupción de los sexenios pasados siguen impunes y sus protagonistas –llámense Rosario Robles Berlanga, responsable de los esquemas de desvíos de recursos públicos conocidos como Estafa Maestra, o Emilio Lozoya Austin, el exdirector de Pemex– salieron de la cárcel durante esta administración, la exauditora sostiene: “Simple y sencillamente porque no se quiso llegar al fondo”.

En su libro, Buchahin revela un modus operandi aterrador sobre la gestión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por parte de David Colmenares Páramo, su titular desde 2018. Según Buchahin, Colmenares entregó cuotas de cargos a cada partido político, y ha convertido a la institución en una máquina de redes de influencias y de negocios basada en auditorías a modo.

Colmenares Páramo. Mercantilización. Foto: Montserrat López.

“Hay una mercantilización: mensajeros de los partidos políticos que se adueñaron de la ASF llegan con los gobernadores, les ofrecen despachos para ayudarles y a cambio no los auditan o no les hacen observaciones. Tamaulipas, por ejemplo: hace poco quitaron los 10 mil millones de pesos de observaciones que tenía el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca”, deplora.

Y recuerda que Colmenares llegó a la ASF en 2018 con el patrocinio de cuadros del PRI, con la encomienda de desvincular públicamente al entonces candidato presidencial, José Antonio Meade Kuribreña, de los desvíos de la Estafa Maestra, a pesar de las evidencias que mostraba que los esquemas continuaron cuando él sustituyó a Robles en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

“Todos están contaminados”

Preguntada sobre el estado de las otras instituciones que deberían luchar contra la corrupción, Buchahin sostiene que “todos están contaminados”, por lo que ve difícil el camino hacia una mayor justicia.

Explica que, en su opinión, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de los Datos Personales (INAI) está “lleno de recomendados” por los partidos políticos y le faltan “dientes”, mientras que la Fiscalía Anticorrupción, dependiente de la Fiscalía General de la República (FGR), no hace “absolutamente nada”, no es autónoma en su gestión, y su titular, María de la Luz Mijangos Borja, está con “grupos políticos”.

Buchahin también es crítica de la Secretaría de la Función Pública (SFP), pues asevera que su titular, Roberto Salcedo Aquino, “metió a todos sus cuates y sacó a toda la gente valiosa que había ahí” –recalca que Salcedo volvió a reclutar a Javier Vargas Zempoaltécatl, quien fue responsable del “extravío” del expediente sobre la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto–, y en su libro denuncia los presuntos lazos de corrupción de la familia de Guillermo Valls Esponda, presidente del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA).

En el caso de la Estafa Maestra, por ejemplo, Buchahin considera que el fiasco judicial es responsabilidad “de todos”, es decir, de la ASF, de la FGR y del Poder Judicial. A pesar de que existen confesiones de varios funcionarios de que sí se desviaron miles de millones de pesos mediante convenios de servicios con entes estatales y empresas fantasma, nadie ha seguido la ruta del dinero.

Total, Rosario Robles Berlanga salió de la cárcel; su oficial mayor, Emilio Zebadúa González, obtuvo un acuerdo con la FGR; Claudia Morones, quien falsificó los entregables, sigue intocada, y ningún alto funcionario de Peña Nieto ni cuadro del PRI tuvo problemas por los esquemas fraudulentos. En cambio, funcionarios que denunciaron ante el Órgano Interno de Control (OIC) que sus firmas habían sido falsificadas, como Enrique González Tiburcio, fueron imputados por los desvíos.

“Por eso nadie quiere auditar”, lamenta Buchahin. “Dicen los auditores que no les interesa porque no quieren broncas. Saben que si encuentran algo los corren. Simplemente por visibilizar una conducta de esa naturaleza se mueve todo el ecosistema de corrupción, y el sistema que protege a los corruptos desde adentro ha prevalecido por sexenios, y sigue ahí”.

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