Por Paty Aguilar
A propósito de la celebración del Día de Muertos 2018, y la reciente conformación de Comités Vecinales de Centros Culturales registrados ante el INAH de las comunidades de San Vicente y San Juan de Abajo, Bahía de Banderas, Nayarit, que tienen como objetivo rescatar y conservar la cultura de los pueblos y que tienen además el carácter de protectores del Patrimonio Cultural, histórico y arqueológico de sus comunidades y también del Municipio, encabezados por Manuel Martínez de San Vicente y Gustavo Espinal de San Juan de Abajo, buscan el registro de tumbas antiguas del Panteón de Valle de Banderas, reubicado en tres ocasiones en un lapso de 450 años hasta donde actualmente se encuentra donde las tumbas más antiguas datan desde 1915 y 1929.
El cronista, Eduardo Gómez, menciona que el pueblo de Valle de Banderas, antes Santiago Temichoque, fue la sede parroquial de esta región y que desde hace más de 450 años, este lugar ha tenido iglesia y panteón. Durante 350 años más o menos, la gente de las rancherías cercanas a Santiago Temichoque, incluida Las Peñas de Santa María de Guadalupe, hoy Puerto Vallarta, Jalisco, desde sus fundación como ranchería, se trasladaban a Valle de Banderas, para celebrar bautismos, matrimonios y entierros.
Relata que en 1853, fue sepultada la madre del fundador de Las Peñas de Santa María de Guadalupe, don Guadalupe Sánchez Torres, el 12 de diciembre de 1851, hoy Puerto Vallarta, Jalisco, en el panteón reubicado en el predio donde hoy es la primaria 20 de Noviembre, a una cuadra de la plaza y de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario del Tin Toc, en el año 1780, luego de haberse clausurado el panteón del poblado Santiago Temichoque cuando este pueblo se reubicó a donde actualmente es Valle de Banderas. Fue en 1901, durante el Porfiriato, cuando de nuevo fue reubicado este panteón a donde actualmente se encuentra.
En este panteón actual existen tumbas de ladrillo y argamasa que datan desde 1915 con el sepulcro de la señora, Paula Barba Amaral y de la señora Genoveva Guerra de 1929, entre otras que hoy se pretende registrar como monumentos antiguos y por su arquitectura propia de aquellos años y que aún perduran con el correr de los años, sin embargo, requieren de remozamiento para su conservación, es por ello la importancia de oficializar su registro ante el INAH, puesto que su antigüedad data desde hace más de 70 años, que es uno los requisitos junto con su arquitectura.
Se trata de un esfuerzo ciudadano por conservar este tipo de cultura de la región sobre cómo se construían las lápidas y que hoy contrastan enormemente con las tumbas modernas. Por el abandono en que se encuentran, quizá porque no hay familiares de estas personas que en paz descansan, se despertó también el interés de conservarlas de manera oficial con anuencia del INAH y el respaldo del Ayuntamiento de Bahía de Banderas, Nayarit, así como del Ejido de Valle de Banderas y la aportación de datos históricos del Cronista de este municipio, Eduardo Gómez Encarnación, así como de los testimonios orales de habitantes de este poblado que tienen más de 90 años de vida quienes recuerdan los detalles de la reubicación de estos panteones que le dan identidad histórica y cultural a este municipio nayarita que hace como 30 años era parte del municipio de Compostela, Nayarit.