Daño permanente
En el municipio de Puerto Vallarta cada vez hay más banquetas destrozadas lo que provoca haya un daño permanente, denuncian ciudadanos.
Estas averías son ocasionadas por el paso de enormes camiones sean del transporte urbano, repartidores o del servicio foráneo.
Lo más grave de todo es que hecho el daño y reportado las autoridades gubernamentales en turno hacen caso omiso.
En Puerto Vallarta, un destino turístico reconocido mundialmente por sus playas y su vibrante vida nocturna, los paseos por la ciudad se han visto empañados por un problema creciente: las banquetas destrozadas.
Este problema ha comenzado a afectar tanto a los locales como a los visitantes, quienes se enfrentan a dificultades al transitar por las aceras.
La situación no solo representa un inconveniente, sino también un riesgo para la seguridad de los peatones, especialmente para personas mayores y aquellos con movilidad reducida.
Las banquetas, que solían ser caminos seguros y cómodos para explorar la ciudad, ahora muestran señales de abandono y deterioro.
En varias zonas, los adoquines y el concreto están agrietados, levantados o, en algunos casos, completamente faltantes. Esto ha generado numerosas quejas de parte de los residentes y turistas, quienes han manifestado su preocupación por la falta de mantenimiento y las posibles consecuencias de accidentes.
El gobierno local ha sido objeto de críticas por no abordar adecuadamente este problema.
A pesar de los reclamos constantes y la evidente necesidad de reparaciones, las acciones para solucionar el deterioro de las banquetas han sido lentas y esporádicas.
La falta de inversión en infraestructura peatonal ha llevado a un creciente descontento entre la población, que ve cómo sus calles pierden la calidad que alguna vez tuvieron.
A medida que el número de banquetas en mal estado continúa aumentando, la reputación de Puerto Vallarta como un destino amigable para los peatones se ve comprometida.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas rápidas y efectivas para reparar las aceras y garantizar la seguridad de todos los que transitan por ellas.
Solo a través de un esfuerzo concertado se podrá restaurar la imagen de la ciudad y asegurar que siga siendo un lugar atractivo y seguro para vivir y visitar.
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