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sea por ajuste de cuentas, extorsión, narcomenudeo o ataques directos, los centros nocturnos en México se han convertido en el campo de tiro de las bandas de la delincuencia organizada, pues al menos 78 ataques con armas de fuego y un saldo de 176 personas asesinadas y 173 heridos han sido contabilizados desde el año 2015 a julio de 2017 en bares y antros del país.
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De acuerdo con los reportes de distintas dependencias seguridad de la República Mexicana, 18 de estos atentados fueron ejecutados por presuntos integrantes del Cártel del Golfo, Los Zetas, el Cártel de Jalisco Nueva Generación y La Familia Michoacana; otros cuatro casos fueron ejecutados por extorsión o cobro de piso, 19 fueron ataques directos y seis más se debieron a la presencia de narcomenudeo en sus instalaciones.
Tal es el caso del atentado ocurrido el pasado 3 de junio de 2017 en el municipio de Cuauhtémoc, en el estado de Chihuahua, cuando un sujeto armado entró al bar Chichos y disparó contra los clientes del centro nocturno, dejando un saldo de seis muertos y 22 personas heridas. Las autoridades chihuahuenses dijeron que se tenían reportes de que el establecimiento era un importante centro de distribución de droga.
Según informes oficiales, los estados de la República Mexicana que han registrado más ataques de 2015 a julio de 2017 son Guerrero, con 18 casos; Veracruz, con nueve casos; Quintana Roo, con ocho casos y la Ciudad y el estado de México suman en conjunto 11 casos. Contradictoriamente, las entidades que cuentan con un solo atentado en centros nocturnos son Jalisco, Sinaloa y Tamaulipas, principales bastiones del crimen organizado.
En entrevista con RT en Español, Héctor de Mauleón, cronista de la Ciudad de México y especialista en temas de crimen organizado en la megalópolis, asegura que «los antros son espacios naturales para la venta de droga. Desde hace varios años, las grandes urbes se convirtieron en centro de ‘levantones’ y ejecuciones entre vendedores de organizaciones rivales».
Y agrega: «En 2011, en la ciudad de Monterrey ocurrió el asesinato de 20 personas en el bar El Sabino Gordo. El trasfondo era una pugna entre Los Zetas y el Cártel del Golfo por el control de los centros nocturnos. Lo mismo sucedió en el Blue Parrot de Quintana Roo, en enero de este año, y en el Bar Heaven de la Ciudad de México, en mayo de 2013. Estas ejecuciones forman parte de una disputa mayor por ciudades y estados».
RT: ¿Qué tan segura es la Ciudad de México? Hemos visto que la presencia de cárteles y narcomenudeo se ha expandido rápidamente hasta la capital mexicana.
H.d.M.: El contubernio sostenido durante años entre policías, funcionarios y grupos del crimen organizado –me refiero a las organizaciones La Unión Tepito y el llamado Cártel de Tláhuac– terminó metiendo algunas zonas de la capital del país en la lista de territorios con mayores índices delictivos de México.
RT: ¿Hay mandos de la policía o, incluso, delegados o gobernadores coludidos con las mafias que operan en los centros nocturnos de la capital del país?
H.d.M.: En la década de 1980, el narcotráfico llegó a las primeras planas de los diarios de la mano de Rafael Caro Quintero, y se descubrió que políticos y mandos policiacos habían solapado durante años a los grupos del narcotráfico. Lo que hoy está ocurriendo en la Ciudad de México no podría ser la excepción. A todo este cóctel, habría que añadir el ingrediente de la impunidad y el de un sistema de justicia dominado por la ineptitud y también por la corrupción.
