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CIUDAD DE MÈXICO (apro).- Las labores de rescate en la zona afectada por la erupción del volcán de Fuego en Guatemala, que de acuerdo con el más reciente reporte ha dejado 75 víctimas mortales, podrían interrumpirse por las difíciles condiciones climáticas.
La mayoría de los cadáveres han sido encontrados en el departamento sureño de Escuintla, que junto con los de Sacatepéquez y Chimaltenango son los más afectados por la erupción volcánica
La agencia nacional de desastres de Guatemala evaluaba este miércoles si están dadas las condiciones para reanudar la búsqueda de víctimas y posibles sobrevivientes, debido a las lluvias en la zona y al flujo de cenizas, lodo y escombros a los lados del coloso.
David De León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), declaró que se analizaba el terreno para tomar una decisión, ya que podría presentarse un nuevo desprendimiento de lahares del volcán como ocurrió el martes, que hizo que los socorristas abandonaran el área temporalmente.
Este miércoles el Instituto de Vulcanología (Insivumeh) informó que el coloso registró varias explosiones débiles, en un rango de cuatro a cinco por hora, y que generaron una columna gris de ceniza a cuatro mil 700 metros de altura.
“Las explosiones generan avalanchas moderadas que tienen un recorrido aproximado de 800 a mil metros y en su trayecto levantan material fino a una altura de unos 100 metros”, agregó la Institución en un reporte en el que también indicó que persiste la ceniza en el ambiente.
Sin embargo, a pesar de las condiciones adversas, cientos de rescatistas, policías y militares ingresaron a la “zona 0” para reanudar las tareas de búsqueda de desaparecidos. Un grupo de agentes de Policía fue designado para marcar con tinta roja las viviendas que ya fueron revisadas en medio de la búsqueda de desaparecidos.
Según los últimos datos oficiales del CONRED, la erupción del domingo dejó al menos 75 muertos y 192 desaparecidos.
Y conforme transcurren las horas, van aflorando las historias trágicas, pero también de esperanza.
Una de las más conmovedoras fue el rescate de una bebé de una casa que sufrió los embates de la erupción. El video del rescate circuló profusamente en las redes, y muestra el momento en que un soldado logra salvar la vida de una bebé que fue encontrada dentro de una casa en la zona afectada. No se informó si más víctimas fueron rescatadas del lugar.
del otro lado, entre las historias más trágicas está la de una mujer de nombre Lilian Hernández, quien perdió de un solo golpe a 36 miembros de su familia a quienes no logra encontrar y teme que estén sepultados bajo las toneladas de ceniza.
Todos vivían en San Miguel los Lotes, aldea que quedó sepultada tras la explosión. Las mujeres eran amas de casa y los hombres trabajaban como agricultores o albañiles. Todos vivían en un terreno con ocho casas.
Lilian y su esposo Francisco Ortiz sobrevivieron porque hace dos meses salieron de Los Lotes para iniciar una nueva vida en un terreno a un par de kilómetros de ahí.
Lilian Hernández llora mientras su esposo la consuela en la iglesia mormona que ha sido habilitada como refugio cerca de Escuintla, Guatemala. Foto: AP Oliver de Ros
Lilian Hernández llora mientras su esposo la consuela en la iglesia mormona que ha sido habilitada como refugio cerca de Escuintla, Guatemala. Foto: AP Oliver de Ros
Como Lilian, decenas de personas afirman que han perdido 20, 18, seis, tres o un familiar en la tragedia.
El presidente Jimmy Morales recorrió la zona el lunes y a su paso recogió las súplicas de ayuda de los afectados.
“Señor presidente, mi familia está desaparecida. Mande un helicóptero para que eche agua por arriba porque se están ardiendo. Tengo tres hijos un nieto y todos mis hermanos mi madre toda mi familia… son más de veinte”, le dijo una mujer quien se identificó con los apellidos García Ixpata, y señaló que su familia vivía en Los Lotes.
En medio de la tristeza, los pobladores también se han dado a la tarea de rescatar a sus animales. Decenas de perros, gatos, gallinas, patos y pájaros han sido rescatados por sus dueños y por equipos de rescate.
Al menos 1.7 millones de personas resultaron afectadas en las zonas aledañas al volcán, ubicado a 44 kilómetros al oeste de la ciudad de Guatemala.
Unas 12 mil personas debieron ser evacuadas, de las cuales, más de tres mil 300 se encuentran alojadas en albergues.
Tras la erupción registrada el martes, residentes de la región se apresuraron evacuar.
El tráfico colapsó las carreteras y quienes no tenían vehículos caminaban incluso desde el centro de Escuintla, donde no había orden de evacuar.
Una columna de humo se alzó de la montaña y material volcánico caliente empezó a descender por su ladera sur, provocando órdenes de evacuación para media docena de poblaciones y el cierre de una autopista nacional.
Rescatistas, policías y periodistas se apresuraron a abandonar la zona. En la población de Magnolia, incluida en la nueva orden de evacuación, los residentes huían cargando bultos, bolsas de ropa e incluso perros pequeños en los brazos.
Dos días después de la erupción, en muchos puntos el terreno seguía demasiado caliente para que los equipos de rescate buscaran cuerpos o sobrevivientes.