Aunque se recomienda hacerlo cada tres o cuatro usos, no todo depende de la frecuencia, pues existen otros factores con un rol clave en la higiene nocturna diaria
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El cuidado de la ropa que utilizamos para dormir, como la pijama y la ropa de cama, tiene un impacto directo en la salud de la piel y el bienestar general. Aunque estas prendas suelen percibirse como menos propensas a ensuciarse debido a su uso en interiores y mientras se duerme, la acumulación de sudor y células muertas hace necesario establecer una rutina de lavado adecuada.
De acuerdo con el Instituto Americano de Limpieza, la pijama debe lavarse después de tres o cuatro usos, sin embargo, la frecuencia puede variar dependiendo de factores, como si la persona se ducha antes de acostarse o si suda en exceso durante la noche.
María Dolores Cima Cabal, profesora e investigadora de biología en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), explicó para Vogue que a pesar de que la pijama no entra en contacto con los mismos contaminantes que la ropa de uso diario, sí acumula sudor y residuos corporales, por ello, en condiciones normales, se recomienda lavarla tras tres o cuatro noches de uso, mientras que en casos de mayor sudoración, debe realizarse después de uno o dos usos.
Por su parte, Paloma Reche Sainz, profesora de microbiología en la Universidad CEU San Pablo, coincidió con esta recomendación y añadió que la estación del año también es un factor que influye en la frecuencia de lavado. De acuerdo con la información proporcionada por Vogue, durante el verano, cuando la sudoración es más intensa, es necesario lavar los pijamas con mayor regularidad.
Por otro lado, el material de fabricación también debe ser tomado en cuenta, pues los tejidos naturales como el algodón y la seda permiten una mejor transpiración, mientras que las telas sintéticas se ensucian más rápido y retienen olores desagradables.
Cómo lavar una pijama correctamente
![Un lavado frecuente de la](https://www.infobae.com/resizer/v2/FJOF735WZFAFZDSALI45PCKNVU.jpg?auth=577b749403c1d66fa51e48355b0e533ad4618fe83261cff2272c4758ae80fec6&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
El método de lavado de la pijama se relaciona directamente con el material del que está confeccionada. Según Cima, los tejidos que lo permitan deberían lavarse a temperaturas superiores a los 60 °C para eliminar microorganismos de manera efectiva, utilizando detergentes antibacterianos como complemento para garantizar una limpieza profunda, sin embargo, Reche advirtió que no se debe abusar de la cantidad de detergente, ya que los residuos de jabón o suavizante en las prendas pueden causar irritaciones en la piel.
De igual manera, las especialistas enfatizaron la importancia de un aclarado adecuado y de asegurarse de que el pijama esté completamente seco antes de usarlo, ya que la humedad favorece el crecimiento de hongos.
Finalmente, para quienes no lavan su pijama diariamente, recomendaron ventilarla entre usos para reducir la acumulación de microorganismos y, en el caso de bebés o personas con problemas dermatológicos, los pijamas deben lavarse por separado del resto de la ropa para evitar cualquier tipo de posible contaminación.
Cada cuánto tiempo se debe lavar la ropa de cama
![Los tejidos acumulan restos corporales](https://www.infobae.com/resizer/v2/7MMDNR5PRFDAJG3VRUHNG2TIEQ.jpg?auth=4253f8b5d7b9f6169dff3a3d8bbded79478a8e6910b4c84065a593f256f3150a&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
La higiene de la ropa de cama es otro aspecto crucial para el bienestar nocturno. Según Diana Ramos, experta en biotecnología citada por la revista Glamour, las sábanas, fundas y edredones deben lavarse al menos cada diez días, ya que estas prendas acumulan hongos, bacterias, pelo de animales y residuos corporales como sudor, saliva y células muertas.
Ramos señaló que, por ejemplo, un hombre puede liberar en promedio hasta 100 litros de sudor al año mientras duerme; además, las almohadas, ya sean de plumas o sintéticas, pueden albergar entre 4 y 17 especies diferentes de hongos.
Aunado a ello, la CNN destacó que los colchones también son una fuente importante de bacterias y microbios debido a la acumulación de partículas de piel, restos de alimentos y hongos a lo largo de los años. Para minimizar los riesgos a la salud que éstos pueden traer consigo en caso de que el aseo no sea óptimo, recomendó utilizar fundas lavables y limpiarlas cada una o dos semanas.
De igual manera, detalló que aspirar el colchón y la base de la cama mensualmente ayuda a eliminar alérgenos y polvo, mientras que, darle la vuelta con regularidad o reemplazarlo si tiene más de diez años son medidas adicionales para mantener una cama higiénica.
Aseguró que la frecuencia ideal para lavar la ropa de cama es semanal, aunque puede ser necesario hacerlo con mayor frecuencia en casos específicos, como cuando se duerme desnudo o si se suda mucho durante la noche; en tanto, las fundas de las almohadas deben cambiarse cada dos o tres días debido al contacto directo con el rostro y el cabello.