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CIUDAD DE MÉXICO.
El día llegó. Los cinco candidatos presidenciales tendrán el primero de los tres debates programados por el Instituto Nacional Electoral (INE) rumbo al primero de julio.
Para Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del IFE, actual INE, el encuentro, a realizarse en el Palacio de Minería, se antoja “interesante, intenso e incluso divertido”.
Afirmó a Excélsior que el posdebate es lo que puede modificar la intención del voto, pues la mesa como tal sólo moldea las tendencias, no las cambia “salvo que alguien se equivoque contundentemente y gravemente, se puede alterar mucho”.
Los temas a discutir hoy son seguridad pública y violencia, combate a la corrupción, impunidad, democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad.
Este debate presidencial es el séptimo en la historia del país. El primero fue el 12 de mayo de 1994 entre Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos.
SÉPTIMO DEBATE EN LA HISTORIA DE MÉXICO, MOLDEARÁ TENDENCIAS
El de hoy en el Palacio de Minería será el séptimo debate entre candidatos presidenciales en México. A diferencia de los seis anteriores, éste, dijo a ExcélsiorLuis Carlos Ugalde, expresidente consejero del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), se antoja que “sea interesante, intenso e incluso divertido”.
Ugalde, quien como titular del IFE fue el organizador de los dos debates presidenciables realizados en el proceso electoral de 2006, sostuvo que “el debate será algo interesante, y veremos si el posdebate modifica la intención del voto, ya que estos debates van moldeando tendencias, no las cambian, salvo que alguien se equivoque contundentemente y gravemente se puede alterar mucho, si no, solamente van moldeando tendencias”.
Los candidatos presidenciales que se encontrarán hoy, durante una hora y 52 minutos son Ricardo Anaya Cortés (PAN-PRD-Movimiento Ciudadano), Andrés Manuel López Obrador (Morena-Partido del Trabajo-Encuentro Social), José Antonio Meade Kuribreña (PRI-Verde-Nueva Alianza) y los independientes Margarita Zavala Gómez del Campo y Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco.
En este primer debate, de tres programados, los temas agendados son seguridad pública y violencia, combate a la corrupción, impunidad, democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad, que se distribuirán en tres segmentos.
La transmisión, además de poderse ver en la frecuencia de Imagen Televisióny Excélsior TV, podrá sintonizarse en el Canal 2 de Televisa, Azteca1, Canal 11, Canal de Congreso, TVUNAM, Canal 22, Dirección General de Televisión Educativa y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.
Por disposición del Instituto Nacional Electoral (INE), los candidatos no podrán usar gadgets como apoyo. Y el orden establecido para el debate será Rodríguez Calderón, López Obrador, Anaya Cortés, Zavala Gómez del Campo y Meade Kuribreña.
La historia de los siete debates presidenciales en México arrancó el 12 de mayo de 1994. Los participantes fueron Ernesto Zedillo, por el PRI, Cuauhtémoc Cárdenas, por el PRD y Diego Fernández de Cevallos, por el PAN. Entonces el IFE tenía cuatro años de haberse fundado y no fue esta autoridad electoral la que organizó el debate, sino la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT).
La idea para que se realizara ese primer debate hace 24 años surgió por dos distintos caminos: uno a través de Luis Donaldo Colosio, el candidato del PRI asesinado el 23 de marzo de 1994. La otra a través de Cuauhtémoc Cárdenas.
El 28 de noviembre de 1993, cuando Colosio fue ungido como precandidato del PRI a la Presidencia, el sonorense invitó a los candidatos presidenciales a debatir.
El otro camino fue a través de la carta que el mismo 28 de noviembre de 1993 Cuauh-témoc Cárdenas le envió a Colosio para que ellos dos tuvieran un debate. El 29 de noviembre, Colosio envió sendas cartas a Cárdenas, Fernández de Cevallos y a Cecilia Soto, candidata del Partido de Trabajo, para que tuvieran un debate.
Al final, Soto y los demás candidatos presidenciales, Jorge González Torres, del Verde Ecologista, Pablo Emilio Madero, de Uno, y Rafael Aguilar Talamantes, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, fueron excluidos de ese debate inicial en los procesos electorales de México, disputado solamente entre los tres representantes de los partidos grandes de la época.
En 2000 el IFE se hizo cargo de dos debates. El primero el 25 de abril, con los candidatos Vicente Fox, del PAN, Francisco Labastida del PRI, Cuauhtémoc Cárdenas del PRD, Porfirio Muñoz Ledo por el PARM; Manuel Camacho Solís, por el Partido de Centro Democrático y Gilberto Rincón Gallardo de Social Democracia. Y el segundo, el 26 de mayo, donde nada más participaron Fox, Labastida y Cárdenas.
Fue ese segundo debate de 2000, donde Labastida se hizo el hara-kiri, al mencionar los insultos que Fox le había hecho en otro momento, como “chaparro”, “mariquita” y “la vestida”. Más de alguna vez, el exgobernador de Sinaloa reconoció que eso había sido un error.
Los dos debates de 2006 los organizó el IFE de Ugalde, al alimón con la CIRT, se realizaron, uno el 25 de abril de 2006. A éste no se presentó Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato presidencial del PRD y puntero en las encuestas. En ese debate estuvieron Felipe Calderón, por el PAN, Patricia Mercado, por Alternativa Social y Campesina, Roberto Madrazo, por el PRI y Roberto Campa, por Nueva Alianza.
Al segundo de 2006, al que sí llegó López Obrador, se realizó el 6 de junio, con los mismos participantes.
Los dos anteriores debates entre presidenciables se realizaron en 2012, entre Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri. El primero se realizó el domingo 6 de mayo. El segundo el 10 de junio en Guadalajara, con los mismos cuatro aspirantes.
En los anteriores debates de 1994, 2000, 2006 y 2012 se utilizó el modelo conocido como científico, que no permite la interacción fluida entre los participantes, el moderador se apega al orden de participación y no hay mecanismos de participación ciudadana.
Ahora, para este séptimo debate entre los presidenciables de México: Anaya, López Obrador, Meade, Zavala y Rodríguez Calderón tendrán ante sí un formato menos rígido. Y sobre ese particular se refirió Luis Carlos Ugalde, actualmente director de la consultora Integralia:
Creo que el formato es más flexible, permite más intercambio de puntos de vista, permite más contrastes y dependiendo de las tomas (de televisión) que se hagan, es decir si se permiten tomas abiertas y se van cruzando las reacciones de los otros candidatos mientras uno de ellos habla, yo creo que eso puede ayudar mucho”, dijo.
El extitular del IFE recordó que en los otros seis debates siempre fueron tomas fijas, en primer plano “y eso no ayuda, es como discursos en fragmentos, pero eso va a ser diferente ahora, y creo que esto va a ser un avance”.
Dijo que esta nueva forma de formato del debate entre presidenciables “va a ayudar a generar perspectivas sobre los temas, no creo que añadan mucho de lo que ya se ha dicho, porque todos los temas ya están sobre la mesa, pero podrán contrastarlos, exigir respuestas puntuales sobre temas espinosos, creo ayuda, sobre todo en el caso de López Obrador, que ha dado una agenda de temas y es muy ambivalente, incluso contradictorio en varios de ellos, entonces es una oportunidad para contrastarlo y pedirle que se pronuncie con claridad puede ayudar mucho”.
En comparación con los otros seis debates entre quienes buscan suceder al presidente Peña Nieto, Ugalde es de quienes cree que el debate de hoy sí ha generado muchas expectativas.
Ha generado mucha expectativa porque esta campaña presidencial ha llamado mucho la atención; porque se han polarizado mucho los debates; porque muchos perciben como la última oportunidad para robarle el liderazgo a López Obrador; porque, además, Ricardo Anaya es muy efectivo en el debate, y también porque El Bronco es muy bueno para la comunicación coloquial y esos hechos hacen que el debate sea interesante, intenso e incluso divertido. Yo creo que por eso genera expectativa”.
Aunque, en realidad, además del debate del 12 de mayo de 1994, lo que más se recuerda de los seis debates presidenciales, sin duda fue la presencia de Julia Orayen, la modelo argentina quien con un entallado vestido blanco y con amplio escote en el debate del 6 de junio de 2012 capturó toda la atención, incluyendo la del candidato Gabriel Quadri de la Torre.