Icono del sitio NoticiasPV

Defienden delfinarios: ‘estamos ante una discusión ideológica y política’

excelsior.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO.

En referencia al artículo publicado en Excélsior Digital, firmado por Aline M. González, y llamado ‘¿Conoces las cárceles acuáticas?’, en el marco de la ley que en la ciudad de México prohibe la existencia de delfinarios, la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos, escribió la siguiente aclariación:

Desde hace casi 30 años los delfinarios o hábitats para la interacción con delfines y otros mamíferos marinos han sido activos promotores del conocimiento y sensibilización del público sobre la vida marina. El conservacionista senegalés Baba Dioum señaló en 1968 ante la Asamblea General de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, una frase que ha adoptado el sector de delfinarios, zoológicos y acuarios modernos: “Al final sólo conservaremos lo que amamos, y amaremos sólo lo que entendamos, y entenderemos sólo lo que se nos haya enseñado.”

Por ello, los delfinarios operan con estricto apego a la ciencia del Bienestar Animal y son esenciales para la educación ambiental, la conservación e investigación científica, de acuerdo con la a Asociación Mexicana de Hábitats.

El bienestar animal de los mamíferos bajo cuidado humano es una realidad cotidiana en las organizaciones que representa la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos, AC, que es comprobable técnica, y científicamente. Estamos regulados por la Ley General de Vida Silvestre y la Norma Oficial Mexicana NOM 135-SEMARNAT-2004, misma que fue elaborada por las autoridades ambientales como la SEMARNAT y PROFEPA, la UNAM y organismos internacionales como el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF y el Fondo Internacional para el Bienestar Animal, IFAW.

Esta Norma, otorga facultades a la PROFEPA como organismo verificador y, en su caso, sancionador de irregularidades. Dicha dependencia, realiza visitas a las instalaciones y se asegura de que los estándares establecidos se cumplan. Estos hábitats también están obligados a presentar planes de manejo e información sobre traslados, nacimientos y decesos a la SEMARNAT. Adicionalmente, los hábitats para la interacción con mamíferos marinos en México son parte de una comunidad internacional de centros de vida marina que comparten conocimiento, tecnología y valores que resultan en las mejores prácticas para el bienestar de los animales bajo cuidado humano en México, siendo nuestro país, un referente en América Latina en cuanto a medicina veterinaria.

El artículo, según la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos, falla al presentar solamente los dichos de un par de organizaciones como Delfines en Libertad y Derecho Sin Fronteras:

1) Dan a entender que se sigue colectando o capturando delfines. En México desde 2002 está prohibida la colecta con fines extractivos de cualquier especie de mamífero marino y desde 2006 está prohibida la importación y exportación de estas mismas especies, por lo que llamar “brutal” al proceso de captura es propio de quien con calificativos escandalosos busca atraer la atención de las personas para comunicar su propaganda y agenda política e ideológica.

2) La antropomorfización o humanización de los animales es un argumento falaz que organismos radicales como PETA y similares utilizan para engañar a las audiencias, al señalar que los delfines “son arrancados de sus familiares”, tratando de equiparar el comportamiento y dinámica social de los delfines al de los humanos. Los grupos sociales de delfines varían de especie en especie y no son como las sociedades humanas. Son dinámicos y responden a alianzas por disponibilidad o competencia por el alimento y espacio, es muy común que incluso las hembras de delfín ahuyenten a las crías juveniles para estar receptivas a la cópula y entrar al siguiente periodo de reproducción, pues como todos los seres vivos su objetivo es la preservación de la especie.

3) En diversas ocasiones el artículo hace alusión a “estudios científicos” que supuestamente demuestran que los delfines y otros mamíferos marinos no se adaptan al cuidado en ambientes controlados, lo cual es falaz e ignora a propósito estudios científicos recientes que señalan que los delfines bajo cuidado humano en instituciones acreditadas por organismos internacionales como la Alianza de Parques y Acuarios de Mamíferos Marinos (AMMPA) o la American Humane -la asociación más antigua del mundo dedicada a verificar el bienestar animal en producciones cinematográficas, animales de granja y más recientemente en zoológicos y acuarios-, viven vidas más largas que sus congéneres en vida silvestre, los cuales están sujetos a menor disponibilidad de alimento a causa de la sobrepesca, muerte por la ingestión de plásticos, más propensión a enfermedades a causa de derrames de petróleo, golpes por embarcaciones y afectaciones por exceso de ruido debido a la exploración petrolera en aguas profundas y ejercicios militares, todas ellas de origen humano. Situaciones a las que no están expuestos los animales bajo cuidado humano y en instalaciones certificadas bajo estándares nacionales y las mejores prácticas internacionales.

4) Paradójicamente, el artículo señala lo avanzado de la inteligencia de los delfines, pero falla al señalar que ha sido, justamente, gracias a los estudios realizados en las poblaciones bajo cuidado humano que se conoce tanto de éste y otros aspectos de la biología, comportamiento y salud de los animales, los cuales han servido aplicarse en favor de los animales en vida silvestre, como es el caso de delfines, ballenas y lobos marinos que son atendidos por expertos en salud animal que trabajan y tienen los recursos para responder ante emergencias como varamientos, eventos de enmalle o catástrofes ambientales como derrames de petróleo o epidemias en poblaciones silvestres de delfines y leones marinos. Las supuestas peleas “hasta la muerte” de machos o el asesinato de madres hacia sus crías son situaciones que ocurren en vida silvestre y, que gracias al conocimiento de los comportamientos y jerarquías sociales, así como la abundancia de individuos, los grupos sociales se pueden manejar científica y técnicamente para evitar agresiones entre individuos o hacia las personas.

5) Estamos ante una discusión ideológica y política, no técnica ni científica. Los activistas radicales que han propugnado por el reconocimiento de los animales como “personas no humanas” y de los animales como sujetos de derecho, lo hacen desde una concepción filosófico-ideológica maniquea, que asume que cualquier tipo de aprovechamiento de los animales, ya sea para alimentación, vestido, investigación y recreación, es éticamente inadmisible. Partidos políticos, medios de comunicación, periodistas y celebridades han adoptado esta ideología como promoción de imagen y búsqueda de poder, sin embargo, cuando esos argumentos son enfrentados en las cortes donde finalmente el peso de la evidencia científica es sustancial y no lo escandaloso de las consignas, leyes restrictivas o prohibicionistas son revertidas demostrando lo falaz de sus argumentos o lo endeble de su sustento jurídico: tan sólo en los últimos 9 meses, legislaciones contrarias al mantenimiento de los mamíferos marinos bajo cuidado humano fueron desechados en las cortes de Francia, Holanda (con jurisdicción en la Unión Europea), Italia y el estado norteamericano de Hawai. Esto mismo ha ocurrido en los últimos meses en nuestro país, en donde iniciativas basadas en argumentos antropomórficos, anacrónicos y sin respaldo de expertos en la materia ni sustento técnico de bienestar animal, han provocado división y polarización tanto en el poder legislativo como en la sociedad civil.

6) Es imperativo que la sociedad, los medios de comunicación, nuestros detractores y el gobierno, comprendan que este sector, a través del manejo de mamíferos marinos bajo cuidado humano y basado en el bienestar animal generan educación, empleo, inversión, derrama económica, impuestos, investigación y acciones de conservación con los que se alinea a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en el documento titulado “Transformar Nuestro Mundo: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” y del cual México es impulsor y firmante. El uso adecuado de los recursos naturales para erradicar la pobreza, el hambre y combatir las causas y efectos de la contaminación, la sobrepesca y el calentamiento global son necesarios para combatir los retos que enfrenta hoy nuestro país y el mundo. No podemos ni debemos limitar ni obstaculizar a organizaciones, empresas o individuos que aportan talento, recursos y esfuerzo a esta causa, hoy más necesaria que nunca

Salir de la versión móvil