Casi una semana
Vecinos denuncian en Bahía de Banderas que durante la anterior administración municipal que encabezó Lía Castro, los dejaron sin agua casi una semana.
Por lo que piden solución inmediata debido a que es un servicio vital para las familias, sobre todo a los niños.
Esta es la denuncia ciudadana, «en el fraccionamiento Azul Turquesa en el municipio de Bahía de Banderas, Nayarit, una semana sin agua, ya reportamos y nadie viene a ayudarnos, solamente los del tercer piso; no tenemos agua, tenemos que ir a trabajar solamente el primero y segundo piso cuentan con servicio».
En el fraccionamiento Azul Turquesa, ubicado en Bahía de Banderas, las familias enfrentan una grave problemática debido a la falta de agua, que ya se extiende por más de una semana.
Los residentes, visiblemente preocupados, han comenzado a alzar la voz, denunciando que la escasez del vital líquido ha afectado no solo su bienestar diario, sino también su salud y la de sus seres queridos.
La situación se ha vuelto insostenible, y muchos se preguntan cómo podrán sobrellevar la situación si no reciben una solución pronta.
Los testimonios de los vecinos reflejan la desesperación que sienten.
“No podemos vivir así. Necesitamos agua para cocinar, limpiar y, sobre todo, para beber”, comenta una madre de familia que ha visto cómo sus hijos lidian con las consecuencias de la falta de higiene.
La imposibilidad de mantener las condiciones adecuadas en sus hogares ha generado un ambiente de angustia, ya que los residentes temen que esta situación pueda provocar problemas de salud entre los más vulnerables, incluidos los niños y ancianos.
A medida que los días pasan, las familias de Azul Turquesa han intentado buscar alternativas para abastecerse, pero estas soluciones son limitadas y temporales.
Algunos han tenido que recurrir a comprar agua de pipas, lo que representa un gasto extra que muchas familias no pueden permitirse.
Esta situación ha exacerbado la frustración y la impotencia, pues la falta de agua no es solo un inconveniente, sino un reto que afecta todos los aspectos de la vida diaria.
Consciente de la urgencia del asunto, la comunidad se ha organizado para exigir respuestas a las autoridades locales.
A través de reuniones y manifestaciones pacíficas, los vecinos buscan que su situación sea escuchada y atendida.
La esperanza de los habitantes de Azul Turquesa radica en que su unidad y persistencia logren presionar para obtener soluciones duraderas que garanticen el acceso al agua potable, un derecho fundamental que no debería estar en discusión.
