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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Rosario Robles Berlanga, quien en agosto de 2016 aseveró que los periódicos sirven para “matar moscas y limpiar vidrios”, desató hoy su ira contra el diario Reforma a través de una serie de publicaciones en Twitter, en las que negó que desvió mil 311 millones de pesos con contratos a empresas fantasmas.
“Propongo al periódico Reforma que mañana a las doce horas nos demos cita en la PGR para que lleven los documentos que acrediten una relación mía con las empresas mencionadas y transferencias de recursos de las mismas a mi nombre. Están obligados a probar su acusación”, amagó la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
En su edición de hoy, el periódico adelantó las conclusiones de tres auditorías –que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) publicará más tarde en el día–, las cuales señalan que durante el mandato de Robles en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y en la Sedatu fueron desviadas cantidades multimillonarias, algunas de las cuales transitaron por cuentas bancarias de Monex e IC Banco, y terminaron en Estados Unidos, China, Ecuador, Bélgica, Israel, Corea del Sur y Pakistán.
En los primeros tres años de la administración de Enrique Peña Nieto, la ASF detectó que las dependencias a cargo de Robles desviaron y realizaron malos manejos financieros por un monto superior a los 4 mil 544 millones de pesos; ello, sin tomar en cuenta las auditorías que se publicarán hoy.
En su ráfaga de “twits”, Robles no desmintió la información de las auditorías: reiteró que ella no recibió recursos –algo que Reforma no dice en su reportaje–, e insinuó que existe una intención política detrás de la publicación.
“1. Falso!. (sic) ¿Con qué intención? ¿Quién está detrás de lo publicado hoy en Reforma? No hay una sola línea o señalamiento de la ASF que diga que yo Rosario Robles haya realizado un desvío de recursos”.
“2. La que nada debe nada teme. Por eso, previendo situaciones en tiempos políticos, pedí a la SHCP y a la SFP que investigaran mis cuentas bancaras y mi evolución patrimonial y autorizo que se haga pública mi situación financiera sin acudir al secreto bancario”.
1. Falso!. ¿Con qué intención? ¿Quién está detrás de lo publicado hoy en @Reforma ? No hay una sola línea o señalamiento de la ASF que diga que yo Rosario Robles haya realizado un desvío de recursos
2. La que nada debe nada teme. Por eso, previendo situaciones en tiempos políticos, pedí a la @SHCP_mx y a la @SFP_mx que investigaran mis cuentas bancarias y mi evolución patrimonial y autorizo que se haga pública mi situación financiera sin acudir al secreto bancario
El rotativo exhibió un esquema de “simulación de servicios” que la ASF detectó y denunció año tras año desde febrero de 2015: la dependencia –sea la Sedesol o la Sedatu– contrata a organismos estatales para un servicio; estos organismos, a su vez, subcontratan a una red de proveedores, algunos de los cuales son empresas fantasma que desvían el dinero.
El sábado pasado, Apro señaló que la ASF finalizaría hoy la entrega de todas las auditorías derivadas de su revisión de la cuenta pública 2016, pero subrayó que a lo largo del año, el órgano fiscalizador detectó malos manejos financieros en la Sedatu de Robles por mil 792 millones de pesos.
Esta agencia también recordó que, pese a las repetidas denuncias de la ASF, Robles mantuvo en su equipo cercano a Emilio Zebadúa González, el oficial mayor, así como Humberto René Islas Cortés y Enrique Prado Ordoñez, respectivos directores de Administración de Bienes Materiales y de Adquisiciones y Contratos en la Sedatu.
Zebadúa, Prado e Islas tenían las mismas funciones en la Sedesol durante los dos años y medio en los que Robles dirigió la dependencia. Ellos elaboraron y firmaron los contratos con las universidades estatales, que originaron los multimillonarios desvíos de dinero, ampliamente documentados por este semanario desde 2015.
Los mismos tres personajes operaron el sistema de contratación paralelo en la Sedatu, a través del cual otorgaron de manera opaca y discrecional más de mil contratos a “asesores”, decenas de los cuales con ingresos mensuales superiores a los 60 mil pesos.