De acuerdo con las declaraciones de otros de los acusados en el caso y algunos de sus exempleados, antes de importantes eventos internacionales de moda en Nueva York, la diseñadora reclutaba a unas 40 personas para que llevaran sus carteras en vuelos comerciales.
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MIAMI (AP) — Una diseñadora colombiana cuyos accesorios han sido lucidos por celebridades como Britney Spears y el elenco de la serie televisiva “Sex and the City” fue condenada el lunes a 18 meses de prisión después de haberse declarado culpable de contrabando de carteras de cuero de cocodrilo.
Nancy González fue arrestada en 2022 en Cali, Colombia, y extraditada después a Estados Unidos por liderar una conspiración de varios años que incluía el reclutamiento de mensajeros para transportar sus costosas carteras en vuelos comerciales, violando las normativas que protegen la vida silvestre en este país.
“Todo está impulsado por el dinero”, dijo el fiscal federal adjunto Thomas Watts-Fitzgerald, quien comparó el comportamiento de González con el de narcotraficantes.
La diseñadora, que se encuentra bajo libertad condicional, deberá entregarse a las autoridades en junio, ordenó el juez Robert Scola.
Dirigiéndose a la corte antes de que fuera emitida la sentencia, González dijo que lamentaba profundamente no haber seguido meticulosamente las leyes estadounidenses y que su único deseo era abrazar una vez más a su madre de 103 años.
“Desde el fondo de mi corazón, pido disculpas a los Estados Unidos de América. Nunca tuve la intención de ofender a un país al que le debo una inmensa gratitud”, expresó en inglés, conteniendo sus lágrimas. “Bajo presión tomé malas decisiones».
En un documento previo a la sentencia en el que pidieron clemencia, lo abogados de González la describieron como una mujer divorciada, madre de dos hijos que vivía en Cali, que comenzó su carrera diseñando cinturones para amigos en su casa y se convirtió en una destacada empresaria que llegó a competir con afamadas marcas como Dior, Prada e Yves Saint Laurent.
“Estaba decidida a mostrar a sus hijos y al mundo que las mujeres, incluidas las mujeres pertenecientes a minorías como ella, pueden buscar sus sueños con éxito y volverse financieramente independientes”, dijo su defensa en el documento. “Contra todo pronóstico, esta pequeña pero poderosa mujer fue capaz de crear la primera empresa de moda de lujo y alta gama de un país del tercer mundo”.
La fiscalía, sin embargo, respondió que González había adquirido una gran riqueza y un estilo de vida opulento que contrastaba con el de las personas que reclutaba para contrabandear sus productos a Estados Unidos.
De acuerdo con las declaraciones de otros de los acusados en el caso y algunos de sus exempleados, antes de importantes eventos internacionales de moda en Nueva York, la diseñadora reclutaba a unas 40 personas para que llevaran sus carteras en vuelos comerciales. Los fiscales estiman que así habría contrabandeado a Estados Unidos productos por unos dos millones de dólares.
Todas las pieles eran de caimán y serpientes pitón criadas en cautiverio. Sin embargo, en algunas ocasiones no logró obtener las autorizaciones de importación requeridas por el gobierno estadounidense. Los permisos son exigidos como parte de un tratado internacional que rige el comercio de especies de vida silvestre amenazadas y en peligro de extinción.
Aunque la venta de ciertas pieles de cocodrilo es legal, es necesario un certificado, que puede ser costoso y difícil de obtener.
En 2016 y 2017 funcionarios estadounidenses le advirtieron a González que no eludiera tales reglas, lo que hizo que su conducta fuera particularmente “atroz”, dijo el juez Scola al dictar su sentencia.
Investigadores en Estados Unidos y Colombia sostienen que González contrabandeó cientos de carteras pagándole a pasajeros para que las trajeran en sus maletas personales en vuelos a Estados Unidos. La diseñadora les instruía que dijeran que se trataba de regalos para familiares si los agentes de aduanas les hacían preguntas, de acuerdo con los testimonios.
González comenzó su carrera fabricando cinturones y luego se expandió al rubro de las carteras a finales de los 1990, tras un viaje a Nueva York en el que un ejecutivo de una tienda de diseños le pidió que hiciera una colección. Salma Hayek, Britney Spears y Victoria Beckham son algunas de las celebridades que han comprado sus bolsos de mano. Su trabajo incluyó también una exhibición en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York en 2008.