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Ciudad de México. Realizar ejercicio físico moderado a vigoroso durante seis años cuando se tiene entre 55 y 65, disminuye hasta en una tercio el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca. Puede ser caminar o hacer bicicleta durante 150 minutos (2.5 horas) a la semana. En individuos que nunca han tenido esta práctica y empiezan en la mediana edad, reducen 23 por ciento la posibilidad de presentar la enfermedad, concluyó una investigación realizada en la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos.
Con la historia de vida de más de 11 mil adultos, los científicos analizaron lo que ocurrió en su salud cuando realizan alguna actividad física. El seguimiento se hizo a lo largo de seis años.
La insuficiencia cardíaca es la incapacidad crónica del corazón para bombear la sangre en cantidad y fuerza suficiente para surtir de oxígeno al organismo. Puede ser provocada por males como hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, tabaquismo. También influyen los antecedentes familiares.
Roberta Florido, becaria de investigación en cardiología del Centro Ciccarone para la Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad Johns Hopkins, resaltó que debido al aumento en la esperanza de vida de la población y la probabilidad cada vez más alta de que sobrevivan a los infartos al corazón y otras afecciones cardiacas, aumenta la prevalencia de insuficiencia cardiaca.
Además está la dificultad de que no existen medicamentos eficaces para prevenir el padecimiento, a diferencia de lo que ocurre con la hipertensión o el colesterol. En el caso de la insuficiencia cardiaca, los tratamientos disponibles ayudan a reducir el gasto cardíaco cuando ya existe una insuficiencia después de un infarto, por ejemplo.
De ahí la importancia del hallazgo de los investigadores sobre el impacto del ejercicio físico, lo que también podría aplicar en México, donde una de las principales causas de muerte son las afecciones cardiovasculares. Con 70 por ciento de los adultos con sobrepeso y obesidad, y menos de la mitad de la población que realiza actividad física de manera regular.
En el estudio de tipo observacional se reconoce que no es posible confirmar una relación directa y única (de causa-efecto) entre el ejercicio físico y la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, las tendencias observadas en el comportamiento de los participantes indican que es posible mitigar los factores de riesgo coronario mediante el ejercicio moderado. Eso es lo que se encontró en los individuos que incrementaron el ejercicio.
Los especialistas insistieron en señalar que las pautas internacionales recomiendan practicar, por lo menos, 75 minutos a la semana, de actividad física vigorosa o 150 minutos de intensidad moderada.
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