Los escándalos y rumores envolvieron desde el día uno a la pareja del político y la actriz que duró diez años unida; sin embargo, parece que actualmente no tienen ninguna relación ni comunicación
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Ocho años de matrimonio y dos como pareja fue lo que duraron el expresidente Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera, un romance que tuvo un comienzo, desarrollo y final tormentoso, envuelto en escándalos públicos que involucraron posibles delitos del fuero federal e infidelidades.
La historia de amor de ambos personajes fue conocida públicamente, debido a que se desarrolló -muchos apuntan a que a propósito- ante los ojos de la ciudadanía, puesto que se conocieron en 2008 cuando la actriz fue contratada como el rostro de la campaña Compromisos cumplidos en el Estado de México, entidad que gobernaba el militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Tras la emisión de los promocionales estatales, el escándalo comenzó a aumentar a la par de los rumores de un posible romance, debido a que Rivera se encontraba casada desde 2004 -aunque la relación inició una década atrás- con el productor José Alberto Castro.
No obstante, ante los señalamientos por una posible infidelidad, los involucrados siempre negaron dicha versión, pues sostuvieron que el matrimonio entre Rivera y Castro finalizó a inicios del 2008, mientras que el romance de la también modelo con el exmandatario comenzaría a mediados de tal año y fue confirmado al término del mismo.
La relación fue confirmada por el propio Enrique Peña Nieto en un programa de televisión, en donde después de ser cuestionado, aceptó estar saliendo con la actriz: “¿Somos novios? Sí”. Tras confirmar el romance, pidió no ser nuevamente cuestionado y solo aseguró que fue “normal” la forma en que se desarrolló su amor.
“Salimos y como todo proceso de noviazgo, surge que te que ves una vez o varias veces y luego empiezas a ser novios”
Tras dos años de noviazgo, la pareja se casó el 27 de noviembre del 2010 en la catedral de Toluca, oficializada por el arzobispo Constancio Miranda. De acuerdo a la información que ambos dieron a conocer, sus hijos fueron parte de la unión.
Las hijas mayores de cada uno, Paulina Peña y Sofía Castro, fueron las madrinas de lazo; mientras que Nicole Peña se encargo de ser la responsables de la Biblia y el rosario; por su parte, Fernanda Castro fue madrina de anillos, mientras que Regina Castro fue la madrina de Ramo. Finalmente, Alejandro Peña entregó a Angélica ante el altar.
Al igual que el inicio de la relación, la boda se vio envuelta en controversia, debido a que Rivera Hurtado ya se había casado por la iglesia y la religión católica no permite dos matrimonios, a menos que un miembro de la pareja haya fallecido o las autoridades de El Vaticano otorguen la anulación.
Meses antes de contraer nupcias con el entonces gobernador del Estado de México, el matrimonio de la actriz y el productor fue invalidado por parte de las autoridades católicas, acción que fue ampliamente cuestionada por la opinión pública, debido a que se trata de un trámite sumamente difícil y costoso.
Ante lo cual, muchos refirieron que se trató de un trámite ilegal debido a que se agilizó, algo fuera de lo común, que se pudo lograr debido a la “influencia” del político mexicano; sin embargo, la razón oficial que dieron las autoridades religiosas fue que el matrimonio de Rivera y Castro nunca fue válido debido a que no se corrieron amonestaciones, es decir, no hubo anillo ni lazo, además de que el padre que los casó no tenía permiso para celebrar el sacramento.
La campaña presidencial
El mayor señalamiento que recibió su relación fue durante la campaña a la Presidencia de la República en 2012, pues muchos apuntaron a que fue una creación para que el candidato del Partido Revolucionario Institucional tuviera mayor interacción con la ciudadanía al dar una imagen apegada a la familia aspiracional mexicana.
Empero, periodistas como Alberto Tavira -especialista en notas rosa dentro del mundo de la política- apuntaban a que se formó una pareja aspiracional que sí ganó la atención del público, debido a que Peña Nieto era un político joven y guapo; mientras que Rivera había concluido con éxito el protagónico de Destilando Amor.
No obstante, fue la actriz quien negó dichos señalamientos y sentenció que no se puede “montar” ninguna relación en el corazón. Afirmación en repitió en muchísimas ocasiones con el fin de dejar en claro que su matrimonio era real.
“No podemos montar nada en el corazón”
Casa Blanca
Las elecciones del 2012 resultaron un triunfo para la familia Peña Rivera, la cual desde el 1° de diciembre de dicho año se mudó a la entonces Residencia Oficial de Los Pinos, convirtiéndose así el priista en el último presidente en vivir en dicho lugar.
El sexenio del militante del tricolor tuvo muchos escándalos de posible corrupción; sin embargo, uno de los que acaparó la atención pública fue el descubrimiento de La Casa Blanca, hogar que presuntamente fue adquirido con dinero público y que serviría como residencia de la familia, una vez que concluyera el mandato.
“Los Pinos nos será prestado solo por seis años y su verdadera casa, su hogar, es ésta donde hemos hecho este reportaje”, refirió la actriz a sus hijos en la revista Hola.
Fue mediante una investigación periodista conocida como La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, publicada en 2014 en el postal Aristegui Noticias, que se dio a conocer que el Grupo Higa vendió la residencia a la pareja en 86 millones de pesos -aproximadamente USD 7 millones de la época-.
Una de las principales causas del escándalo político fue que, de acuerdo al trabajo de los periodistas, se estableció que un día después de darse a conocer la relación de ambos personajes, fue conformada la empresa que construyó la residencia en la Ciudad de México.
Además, se informó que desde 2012 -año en que asumió a la titularidad del Ejecutivo Federal el priista-, el Estado Mayor Presidencia resguardaba la residencia; situación que no podía llevarse a cabo, debido a que se trataba de un residencia particular y no propiedad del Estado.
Ante esos y más escándalos que se dieron a conocer, el gobierno de Peña Nieto se vio obligado a ofrecer una explicación a la opinión pública; no obstante, la ciudadanía se llevó una sorpresa mayor cuando la que dio las razones detrás de la compra de la residencia fue la actriz.
Mediante un video que rápidamente se viralizó, la primera Dama aseguró que ella era la propietaria de dicho inmueble, el cual fue adquirido como fruto de sus 25 años de trabajo como actriz y modelo. La versión oficial fue duramente cuestionada, especialmente porque comenzaron a salir otros señalamientos de presumibles actos de corrupción alrededor del círculo peñista.
“ (…) así les demuestro que tengo la capacidad económica y recursos propios que me han permitido construir un patrimonio para mí y para mis hijas”
Aunque muchos apuntan que el matrimonio presuntamente fue montado; muchos otros, los que sí creían que se trataba de una “relación real”, aseguraron que tal escándalo fue el que ocasionó que se rompiera la relación entre ambos; ya que posteriormente comenzaron a circular videos de ambos visiblemente molestos de tener que convivir juntos en público.
Divorcio
Tan solo dos meses después de haber cedido la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Angélica Rivera confirmó a través de su cuenta de Instagram que se encontraba en proceso de divorcio del ya expresidente mexicano.
“A mi esposo, siempre le entregué con amor mi tiempo y esfuerzo para cumplir como esposa, compañera y madre. Hoy toda mi energía, fuerza y amor está enfocada en seguir siendo una buena madre, en recuperar mi vida y mi carrera profesional”, se pudo leer en aquel momento, cuando el perfil de la exprimera dama era público.
Dichas declaraciones se dieron una semana después de que se publicaron unas imágenes del priista acompañado de la modelo mexicana Tanía Ruíz Eichelmann, relación que sigue hasta este 2022. No obstante, tres meses después fue que el político mexiquense confirmó la noticia.
“Hoy ha concluido legalmente nuestro matrimonio, deseo que le vaya bien siempre y que tenga éxito en todo lo que emprenda”
Desde entonces, se desconoce si la expareja sigue en comunicación o se alejaron permanentemente, rumor que cobró fuerza este año después de que la hija mayor del expresidente, Paulina Peña, se casó y ni Rivera ni ninguna de las Castro fueron vistas en las dos ceremonias, pese a que convivieron como familia poco más de una década.