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El árbol milenario que pesa 636 toneladas y sorprende al mundo con su majestuosa altura

Cuenta la leyenda que un sacerdote zapoteca lo plantó como homenaje al dios del viento y dedicó la vida a su cuidado

infobae.com

En el corazón de Oaxaca, México, se alza un coloso que ha dejado perplejos a botánicos, viajeros y curiosos de todo el mundo: un árbol cuyas dimensiones parecen desafiar las leyes de la naturaleza.

Este gigantesco árbol ha sido venerado durante siglos, no sólo por su tamaño monumental, sino por su impresionante longevidad. Se dice que ha visto pasar más de mil años de historia bajo sus ramas, incluso antes de la invasión española, según la placa que se encuentra a los pies de este monumento natural.

Con un diámetro que supera los 30 metros y un peso estimado de cientos de toneladas, el Árbol del Tule no es sólo una maravilla natural, es también un símbolo de la rica herencia cultural y ambiental de México.

“Este antiguo habitante de la tierra, este venerable testigo de las revoluciones de los hombres y de las cosas que ni las tempestades ni el rayo ni la sucesión de los siglos han podido destruir”, menciona una inscripción cerca de este árbol.

¿Cuál es este árbol?

Este gigante pesa alrededor de 636 toneladas (Vive Oaxaca)

El Árbol del Tule se encuentra en el pueblo de Santa María del Tule, a 12 kilómetros al este de la ciudad de Oaxaca de Juárez.

Con una circunferencia impresionante de 58 metros y una antigüedad superior a los 2000 años, este majestuoso árbol ostenta el título de tener el tronco más ancho del mundo, además de ser uno de los seres vivos más longevos del planeta, de acuerdo con el sitio oficial de este árbol, que se ha convertido en una atracción turística.

Su nombre común es Ahuehuete o Sabino, mientras que su nombre científico es Taxodium Mucronatum y pertenece al género Taxodium. Mide aproximadamente 42 metros, su área de copa alcanza los mil 400 metros cuadrados y pesa alrededor de 636 toneladas.

Tiene una corteza gruesa y rugosa de color grisáceo, sus hojas son pequeñas y puntiagudas, también produce conos que contiene semillas pequeñas y negras.

Este majestuoso árbol es apreciado y venerado por los locales, quienes celebran la fiesta patronal de Santa María El Tule el segundo lunes de octubre de cada año. Esta festividad se realiza en honor a la Virgen de la Asunción.

Según la página oficial del gobierno de Oaxaca se distingue por un alegre recorrido por las calles, seguido de una ofrenda vespertina en la que se reparten collares de flores y dulces entre los asistentes y turistas. También se celebra una misa bajo el árbol y después se reparten bebidas como mezcal, tejate y tepache.

Su historia

Tanto turistas como locales se entretienen observando las figuras que se forman en su corteza (Wikipedia)

El ahuehuete fue declarado Árbol Nacional en 1921, como parte de las celebraciones del centenario de la independencia de México. De acuerdo con una antigua leyenda zapoteca, hace unos 1400 años, un sacerdote llamado Pechocha plantó la semilla del emblemático árbol en el lugar donde hoy se encuentra, según la página oficial del árbol turístico.

Pechocha, ferviente seguidor de Ehécatl, el dios del viento, habría plantado el árbol como una ofrenda en su honor.

Se dice que el sacerdote dedicó su vida al cuidado del árbol, hablándole y cantándole para mantenerlo fuerte y saludable. Con el tiempo, el ahuehuete creció hasta convertirse en uno de los árboles más grandes y majestuosos de toda la región zapoteca, símbolo de la naturaleza y de la cultura ancestral de Oaxaca.

Tanto locales como turistas quedan asombrados al descubrir la gran cantidad de figuras que emergen en su corteza. Entre las imágenes más destacadas se encuentran la cabeza de un león, un cocodrilo, un elefante, un dragón, la casa de los duendes, un venado, un pez, los Reyes Magos, entre otras formas fascinantes.

Una inscripción en el recinto donde se encuentra el árbol menciona que un comerciante rico de Oaxaca ofreció mucho dinero a los indios del tule a cambio de su árbol para hacer vigas y tablas; sin embargo, se negaron y el árbol continuó creciendo hasta hoy en día.

Aunque se puede apreciar el árbol a lo lejos, el costo para acercarse y verlo de cerca es de 20 pesos.

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