El “cocinero” que México atrapó y Estados Unidos dejó ir

CUAUHTÉMOC, Chih. (Proceso).– En las tranquilas planicies menonitas de los alrededores de esta ciudad, un estadunidense, exmiembro de una secta polígama fundada en el siglo XIX, decidió fundar la suya junto a otra veintena de sus paisanos. Hasta el día de su arresto, el pasado sábado 4, nadie imaginaba lo que presuntamente sucedía dentro de su comuna: rituales que incluían pedofilia y un secreto vínculo con el narco.

Pese a que desde su aprehensión el gobierno estatal de Chihuahua ha negado la colusión de Orson William Black Jr. con el crimen organizado que opera en la zona de Cuauhtémoc, agentes federales estadunidenses y familiares de algunos miembros de la secta de Black aseguran a este semanario que Orson colaboraba activamente con el narcotráfico y que, de hecho, esa fue la razón por la que asesinaron a dos de sus hijos y a un hijastro.

Las investigaciones de esos homicidios desembocaron en el arresto del líder de la secta.

Orson William Black Jr. formó parte de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyo exlíder Warren Jeffs fue condenado a cadena perpetua por abuso sexual de dos de sus seguidoras que eran menores de edad.

De igual manera, luego de ser acusado en su país de cometer abuso sexual contra dos adolescentes, Orson decidió cruzar la frontera con México y esconderse en Chihuahua, donde estuvo más de 15 años. Pero el asesinato de sus hijos, el pasado 10 de septiembre en su rancho El Negro, atrajo la atención de las autoridades.

En un operativo que contó con el apoyo del Buró Federal de Investigaciones, de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos y del consulado de EU, agentes de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua detuvieron a Black el sábado 4 y fue deportado cuatro días después.

Pennie Petersen, una estadunidense residente de Arizona y hermana de dos de las esposas de Black, fue la primera en enterarse del homicidio de los tres adolescentes. Dos de ellos eran sus sobrinos: “Me llamaron de la oficina del Cuerpo de Alguaciles para decirme que había malas noticias: dos de mis sobrinos habían sido asesinados en México”, cuenta.

Pennie usa su apellido de casada. Es hermana de Roberta y Beth Stubbs, las esposas cuarta y quinta del líder de la secta.

Black contrajo matrimonio con Roberta en 1998, cuando ella tenía apenas 15 años, y con Beth en 2002, cuando ésta tenía 17.

“Orson casi mata a mi hermana Roberta. Antes de casarse con ella la embarazó a los 12, y decidí que tenía que hacer algo. Lo denuncié ante las autoridades”, cuenta Pennie.

Orson tuvo un hijo con cada una de ellas: Michael y Robert. Ambos, junto con su hijastro Jesse Barlow –sobrino de Dan Barlow, exalcalde de Colorado City, Arizona–, fueron asesinados de más de 100 balazos, según el reporte de la Fiscalía de Chihuahua.

Cuando un oficial del Cuerpo de Alguaciles de Arizona avisó a Pennie de la muerte de sus dos sobrinos, le proporcionó otro dato: “Orson tenía nexos con la mafia, estaba cocinando metanfetaminas para el Cártel de Sinaloa” en Cuauhtémoc.

“No me sorprendió el dato, para ser honesta. Orson cocinaba metanfetaminas desde que vivía en Arizona. A eso se dedicaba. Era un químico. Terminó enredado con la mafia en México y no pudieron agarrarlo, por eso fueron tras sus hijos”, dice Petersen.

Sus señalamientos coinciden con la versión de un agente federal estadunidense asignado en Texas, quien trabaja en la investigación:

“Los asesinos vigilaron el rancho El Negro durante unos tres días, esperando a Black para matarlo. Como no lo encontraron, se fueron tras los jóvenes y dejaron la amenaza de que irían por otros miembros de su familia”, confía el agente, quien pide sea reservada su identidad.

Sin embargo, Carlos Huerta, portavoz de la Fiscalía de Chihuahua, asegura que las investigaciones en México no han reportado ningún vínculo entre Black y el narcotráfico.

Animales salvajes

Orson Black, junto con otros 25 estadunidenses que residían ilegalmente en México, tenía cinco propiedades: cuatro casas y un rancho de más de cinco hectáreas. También era dueño de una docena de casas rodantes distribuidas en todas las propiedades.

El rancho El Negro está sobre el campo menonita número 12 y es la última propiedad en un camino rural que termina al pie de una montaña. Aquí asesinaron a los tres jóvenes y es donde, a decir de los vecinos, se practicaban los rituales de adoración al propio Black.

“No sabíamos realmente qué pasaba ahí en el rancho, pero tenían varios osos y otros animales que alimentaban con las vísceras de las vacas que sacrificaban para una especie de ritual”, dice Juanito Peters, uno de los pocos vecinos de Black.

Proceso tuvo acceso al rancho, en su interior hay tres enormes jaulas aún con restos de piel de distintos animales. Presuntamente ahí estaban los osos que mencionó el vecino.

En la entrada del predio hay un documento con el sello de la Procuraduría General de la República en el que se advierte que el rancho está bajo resguardo de las autoridades federales.

Alrededor de la propiedad todavía se pasean unos 20 caballos; hay cinco casas rodantes en los linderos de la zona. En el interior de esos vehículos hay artículos electrónicos como pantallas, computadoras portátiles, controles remotos, cámaras, teléfonos celulares y antenas.

Una de las líneas de investigación apunta a la posible transmisión de pornografía infantil desde este rancho, dice un agente que resguarda la propiedad. “Decomisamos siete discos duros y en todas las propiedades encontramos antenas encriptadas y equipo para transmitir en vivo por internet”, detalló.

Al fondo del rancho también está una pila de huesos quemados, las autoridades aún realizan el peritaje para saber si son humanos.

El resto de las propiedades de Black están en el campo menonita número 8C con los números 19, 26 y 37. En la primera, la número 19, fue donde las autoridades encontraron a Orson con una de sus esposas. La propiedad 26 era utilizada como una especie de bodega y criadero de perros; también había tres vagones con distintas mercancías.

En la pared de una de las cocinas, Black tenía pegadas fotografías de los miembros de su secta e imágenes de personajes como Kennedy, Gandhi y Einstein.

Si bien Black tenía el control de todo el lugar, las propiedades están a nombre de Leroy Reynolds, un menonita con nexos en Arizona. Según las autoridades, Reynolds le rentaba al líder de la secta.

Tras los operativos, los agentes mexicanos decomisaron en total 65 animales y partes de animales disecadas: un par de patas de elefante, una piel de león, una cabeza de búfalo y varias aves exóticas.

Puerta giratoria

El miércoles 8, las autoridades de Chihuahua deportaron a Orson William Black Jr. a Estados Unidos por el Puente Internacional Santa Fe, entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas.

Autoridades de su país lo reclamaban para que enfrentara cinco cargos por “conducta criminal” contra dos adolescentes. Luego de ser acusado por Petersen de mantener relaciones sexuales y procrear dos hijos con sus hermanas mientras ellas aún eran menores de edad, la defensa de Black alegaba que nunca las tocó y que sólo las inseminó artificialmente.

Black estuvo preso sólo un día. Fue liberado el jueves 9, porque la Fiscalía de Arizona retiró los cargos, confirmó a este semanario la cárcel del condado de El Paso.

En un comunicado la Fiscalía General del Estado de Chihuahua reclamó la liberación y solicitó a las autoridades estadunidenses una explicación del caso.

Este reportaje se publicó el 19 de noviembre de 2017 en la edición 2142 de la revista Proceso.

                                                         
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