El equipo de López Obrador realiza su propio censo, reproduciendo prácticas del PRI

actualidad.rt.com

El equipo de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, comenzó su Censo de Bienestar, donde participan al menos 20.000 voluntarios, cuya intención es tener un patrón único de beneficiarios de los programas sociales existentes, bajo el diseño de entrega de apoyos, que ha habido en los últimos 30 años.

Luego de que en Acapulco, Guerrero, una de las ciudades más violentas de México, López Obrador adelantara que el censo recorrerá los 32 estados del país, su próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, precisó que es necesario su propio padrón para que no haya ningún intermediario en la entrega de recursos públicos.

Explicó que los ‘servidores de la nación’, como denominan a los voluntarios, son «gente ávida de un cambio… Están casa por casa, familia por familia, recabando información de cuántos adultos, jóvenes, niños hay, y cuál es su problemática; si tienen trabajo, si no tienen, si algún integrante de su familia tiene discapacidad, hogar por hogar».

Manuel Huerta Ladrón de Guevara, dirigente de Morena en Veracruz —el partido de López Obrador—, y coordinador estatal de todos los programas federales para desarrollo en ese estado, explicó a RT que con el censo, buscan un padrón único de los principales programas actuales ‘Prospera’ y ‘Pensión a adultos mayores’, entre otros, además de ubicar a demás gente susceptible a recibir apoyos sociales.

«El bienestar de todos»
En su opinión este ejercicio debía hacerse, aunque la Secretaría de Desarrollo Social actual ―que será nombrada en el próximo Gobierno Secretaría de Bienestar― cuenta con sus propios padrones de beneficiarios y es el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática el único que cuenta con la facultad de realizar censos por década.

«Es otro concepto. El bienestar de todos. Sin interés partidario, religioso, sin ningún tipo de control clientelar o corporativo. Nosotros hemos luchado para que llegue la democracia y no lo vamos a perder, queremos tener un padrón único para que la gente pueda manejar el recurso libre; el censo no es en polígonos focalizados para tener una base social movilizable», detalla.

Servidores de la Nación Oaxaca
Los voluntarios van con gorras que llevan estampados los rostros de ‘héroes de la Independencia’ como el cura Miguel Hidalgo y José María Morelos, llevan una mochila con los mismos rostros de personajes nacionales, entre ellos, los expresidentes Benito Juárez y Lázaro Cárdenas; un gafete de identificación, información de los ejes de gobierno, y una tableta con una aplicación que sistematiza las respuestas.

Huerta Ladrón de Guevara admite que han tenido algunos problemas en zonas de robo de combustible, pero la mayoría de la gente, que en muchos casos recibirán un pago de recursos públicos destinados para la transición presidencial, son de los estados donde están realizando las encuestas. En Veracruz son 1.500 voluntarios y personas reclutadas.

La necesidad de que haya programas efectivos para mitigar la pobreza la han planteado académicos y especialistas, que critican que no ha disminuido sustancialmente la pobreza en México; tan sólo el programa con mayor número de beneficiarios ‘Prospera’ brinda apoyos económicos a 7 millones de familias de escasos recursos económicos.

En la investigación sobre los programas sociales en el país, presentada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE): «Hacia una política social integral», los resultados del estudio exaltan seis rasgos que han hecho fallida la política social en México en los últimos cinco sexenios.

De acuerdo a sus conclusiones, la política social está fragmentada; los programas sociales se duplican y empalman; son insuficientes «muchas personas que quedan fuera de estos programas. A nivel Federal, por ejemplo, el 80 % de los programas contra la pobreza atienden al 40 % o menos de la población que se encuentra en estas condiciones».

Servidores de la Nación Oaxaca
También criticaron que estas políticas sociales atienden rezagos, no derechos, que su coordinación política no haya logrado que la gente tome decisiones de cómo deberían obtenerse estos beneficios; y que la política social en México carece de información para ser integral.

«Los problemas que se enfrentan son: actualización, utilización de esta información, cómo se van a articular y asegurar la calidad de la información», señala.

Críticas al ‘censo’ de López Obrador y retos de su gobierno
Desde el expresidente priista Carlos Salinas de Gortari en 1988 ha habido programas similares contra la pobreza, como el de Prospera, con Enrique Peña Nieto. En 30 años han sido a los que más recurso se invierte para revertir índices de pobreza: Solidaridad, Progresa, Oportunidades, respectivamente en los tres sexenios pasados.

Héctor Rubio, politólogo del Colegio de México y participante en el reciente análisis de política social, afirma a RT que «hay un problema de asimetría, más allá de la comunicación o la falta de claridad de la comunicación que ha habido del Gobierno entrante. No sabemos, no tenemos la película completa de qué es lo que haría la nueva Secretaría del Bienestar. No sabemos incluso qué es lo que pasaría con programas tan importantes como el Prospera, ¿habrá mejoras, habrá cambios, desaparecerá?»

Considera que el próximo Gobierno Federal tiene un reto: demostrar que no hace de los programas sociales una práctica para obtener votantes, y de ese modo garantizarse triunfos en elecciones futuras.

«Si el nuevo Gobierno quiere mandar señales de cambio, este tipo de prácticas tendrían que dejar de tener presencia de forma inmediata. El levantamiento del censo, tal y como se ha comunicado hasta ahora, apunta en la dirección contraria y tiene altos riesgos de uso político de esa información», puntualiza.

Asimismo, recordó que en el proceso electoral realizaron junto a otras instituciones la evaluación ‘Democracia sin pobreza’, donde identificaron que el 33 % del padrón electoral tuvo alguna influencia de compra o coacción del voto a través de los programas sociales en los tres niveles: municipal, estatal y federal.

Comentó algunos problemas que observa del censo hecho por el equipo de transición de López Obrador y del cual no se tiene mucha información: «el tiempo en el que esto está ocurriendo. ¿Por qué se echan a andar acciones durante un periodo en el que las personas, los funcionarios, no tienen responsabilidad».

Rubio también criticó el método en el ámbito de las políticas públicas. Sostiene que los programas fracasan por una mala implementación o por un mal diseño, y que en el caso de realizar un censo, el riesgo es doble: «que no haya un diseño justo por la prisa en echarlo a andar, pero también que fracase por la implementación».

En su opinión, este simple problema de «otro padrón» es el mayor, porque hay varios listados de beneficiarios, son diferentes las formas en las que se puede depurar un padrón, y justamente emplean la más difícil: realizar uno nuevo.

Para el politólogo es necesario que esta vinculación, adicionada a una nueva política social, tenga que tocar campos económicos, porque el mayor problema en México es la falta de empleo.

«La gran expectativa es utilizar la evidencia, no podemos seguir generando programas, políticas, generando estrategias con base en ocurrencias o con base en intereses y prioridades de orden político. La última experiencia que tuvimos como país, fue la llamada Cruzada contra el hambre: no estaba basada en evidencias, fue una mala idea, un capricho, mal implementada, que acabó en lo que se conoce como: ‘La Estafa Maestra’. Dado el nivel de expectativa que hay con el nuevo Gobierno, se esperaría que hiciera las cosas distinto».

                                                         
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