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Fuera de la cárcel, luego de tres años de reclusión, José Manuel Mireles anunció que seguirá luchando por liberar a Michoacán del yugo del crimen organizado, aunque ahora lo hará sin armas. Su hija Briana, en entrevista con Proceso, pinta un cuadro desolador de Tepalcatepec, la tierra del cirujano recién liberado, donde la vida de su padre estaría en riesgo por la amenaza permanente de las bandas criminales, pero, sobre todo, dice ella, por la animadversión que tiene el gobierno hacia el hombre que organizó las autodefensas en su estado.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El viernes 12, una vez que José Manuel Mireles Valverde salió del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 4, en Tepic, Nayarit, el exjefe de las autodefensas armadas anunció que mantendrá su lucha, pero de manera pacífica.
En declaraciones que se difundieron el mismo día de su salida, Mireles precisó que estuvo preso por decir lo que pensaba, no por hacer las cosas que decía y anunció que su lucha tendrá que continuar, pero sin armas:
“Si duré en una guerra dos años buscando justicia, yo la voy a seguir buscando toda mi vida, donde quiera que me encuentre, en el nivel que me encuentre, porque de qué nos sirve tener libertad con un mal gobierno o de qué nos sirve tener un buen gobierno que no tiene autoridad o lo que es peor, de qué nos sirve tanta autoridad sino hay justicia.”
No obstante, el exjefe de las autodefensas michoacanas precisó que ya no será por la vía armada, como lo hizo esos dos años en los cuales comandó a las autodefensas, que en su mejor momento llegaron a estar integradas por 10 mil personas armadas en las zonas de Tierra Caliente, Purépecha y Costa.
“Hay que ver la forma de que la gente despierte de manera positiva para que no haya movimientos armados. Se puede utilizar la razón”, planteó el médico de Tepalcatepec, e indicó que ya había empezado este camino pacífico dando conferencias en las universidades y que esto lo iba a hacer en la de Harvard y otras, en California, de donde lo han invitado.
Briana Mireles es la que más vio a su padre desde que fue detenido el 27 de junio de 2014, acusado de portación de armas y posesión de drogas.
En estos tres años la hija de Mireles incluso radicó un año en Sonora, para estar cerca de su padre, encarcelado primero en ese estado, y cuidar la salud del cirujano. A últimas fechas siguió visitándolo en el Cefereso de Tepic; la última vez, dos semanas antes de su liberación bajo palabra.