En lugar de frenar el avance del principal aspirante demócrata, Trump le ha hecho un favor: el juicio mantendrá ocupados en días cruciales a los candidatos de ese partido que ocupan un asiento en el Senado, rivales como Sanders y Warren.
El Congreso de Estados Unidos comenzó el año nuevo como solo él sabe: dividido y partidizado, esta vez en la forma del juicio político del presidente Donald Trump en el Senado.
Pero con el republicano Mitch McConnell al frente de la mayoría en el Senado, la posibilidad de que Trump sea destituido es casi inexistente. Aun así, el juicio podría llegar a ser un factor de peso en las elecciones presidenciales, no por su efecto en el mandatario, sino por la forma en que alterará las primarias demócratas.
Dado que los senadores actúan como jurados, el juicio obliga la presencia de los legisladores en Washington para el procedimiento, incluidos dos de los favoritos, Bernie Sanders de Vermont y Elizabeth Warren de Massachusetts. La primera votación de las primarias en Iowa se llevará a cabo el 3 de febrero. Todos los candidatos demócratas concuerdan en que Trump debe ser removido del cargo, de modo que esa pregunta por sí sola no los divide. Pero la obligación de asistir al juicio en el Senado significa que varios postulantes demócratas no podrán ir a Iowa en las semanas cruciales antes de la votación, al menos durante los días hábiles, cuando preferirían estar dando su discurso de clausura. Eso podría suponer un especial revés para Amy Klobuchar de Minnesota, quien últimamente ha ganado terreno en las preferencias. Mientras tanto, Joe Biden, Pete Buttigieg y otros aspirantes que no son senadores tendrán Iowa para ellos solos mientras sus rivales están atrapados en el Capitolio.
“El último lugar en el que querrían estar los senadores que aspiran a la presidencia en los días previos a la votación de Iowa es atados a sus escritorios en el Senado, fungiendo calladamente como jurados en un juicio político, cuyo resultado ya conocemos”, comenta David Axelrod, exasesor de Barack Obama. “Los ciudadanos de Iowa quieren ver a los candidatos para definir su voto, y creo que todos están frustrados por la posibilidad de perderse este momento crucial en el calendario”.
Nadie sabe cómo un juicio político de alto perfil cambiará el sentimiento entre los demócratas de Iowa. En el pasado reciente, las noticias de ese calibre han tenido el efecto de congelar las preferencias, pero eso proporciona poca claridad predictiva. Una de las encuestas más recientes realizada en el estado, publicada el 10 de diciembre por WHDH 7News/Emerson College, ubica a Biden (23 por ciento), Sanders (22 por ciento) y Buttigieg (18 por ciento) en la delantera dentro del margen de error (+/-5.4 por ciento). Mientras que el promedio de sondeos de RealClear Politics para Iowa favorece a Buttigieg (22.5 por ciento), Sanders (19.3 por ciento) y Biden (18 por ciento), con Warren (16.3 por ciento) a una escasa distancia.
La ironía del juicio político es que su detonante fue el intento de Trump, a través de Ucrania, de dañar y debilitar a Biden, un posible rival en las elecciones presidenciales. Y hasta ahora, el ascendiente del exvicepresidente entre los demócratas no ha decaído. De hecho, a medida que avanza el juicio, son los rivales de Biden con curules en el Senado quienes probablemente paguen el precio. Al menos en Iowa, eso podría terminar dándole una pequeña, pero quizás decisiva, ventaja.