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El magnate retira la invitación

Nueva York.

La relación del nuevo gobierno estadunidense con Mexico amaneció mal y sólo empeoró en el transcurso del día cuando el presidente Donald Trump retiró la invitación a su contraparte Enrique Peña Nieto a una reunión en Washington, después acusó a Mexico de falta de respeto a Estados Unidos y poco más tarde propuso un impuesto a las importaciones mexicanas para pagar el famoso muro fronterizo, o tal vez no.

Después de emitir las órdenes ejecutivas este miércoles para la construcción de un muro fronterizo y nuevas medidas antimigrantes, y asegurar que México pagará la valla de una manera u otra, Trump reaccionó la mañana de este jueves a declaraciones del presidente Peña Nieto en que ‘‘lamenta’’ las decisiones y reitera que México no pagará por el muro –junto con otros políticos en entrevistas con medios estadunidenses, que reprobaban las órdenes– con un tuit.

‘‘Si México no está dispuesto a pagar por el muro tan necesario, entonces sería mejor cancelar la reunión próxima’’, escribió a las 5:55 de la mañana. Explicó que ‘‘Estados Unidos tiene un déficit comercial de 60 mil millones de dólares con México. Ha sido un acuerdo desigual desde el inicio del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), con número masivos de empleos y empresas perdidas’’.

Poco después llegó la noticia de que el presidente Peña Nieto había cancelado su viaje a Washington, programado para el próximo martes. La Casa Blanca intentó amortiguar lo que era un golpe inédito en las relaciones entre ambos países –nadie recuerda una disputa de esta naturaleza en mucho tiempo–, cuando el vocero Sean Spicer comentó a periodistas que ‘‘se mantendrán abiertas las líneas de comunicación’’ entre ambos países y que la Casa Blanca ‘‘buscará una fecha para programar algo en el futuro’’.

Poco más tarde, en un foro legislativo republicano en Filadelfia, Trump declaró ante los ahí reunidos: ‘‘El presidente de México y yo hemos acordado cancelar nuestra reunión programada’’, y agregó que ‘‘a menos de que México vaya tratar a Estados Unidos de manera justa, con respeto, tal reunión sería infructuosa y prefiero ir en otra dirección’’.

Mientras tanto, en el vuelo de regreso de Filadelfia, el vocero Spicer sorprendió a reporteros con el anuncio de que su jefe encontró una forma para que México pagara los costos del muro: aplicando un impuesto de 20 por ciento a todas las importaciones desde México (vale recordar que 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destinan al país vecino).

La Casa Blanca no ofreció mayores detalles sobre el impuesto, aunque Spicer indicó que es parte de un plan más amplio para aplicar impuestos a países con los cuales Estados Unidos tiene un déficit comercial. Sin embargo, dijo que el muro podría ser financiado completamente por este mecanismo.

Pero no terminó ahí. Spicer dijo después que la propuesta era sólo una opción en consideración, mientras el jefe del gabinete, Reince Priebus, comentó a NBC News que lo del impuesto es sólo una de varias opciones. Así, sólo quedó la confusión al fin del día.

Este juego sobre impuestos, aranceles y la relación comercial está generando preocupación entre el sector privado y legisladores republicanos. Los senadores John McCain y Lindsey Graham expresaron preocupación y su oposición a la idea de aranceles o impuestos, y las implicaciones de esto para la relación bilateral. Otros recordaron que México es el tercer socio comercial de Estados Unidos, y que 40 por ciento del contenido de las importaciones mexicanas a este país es estadunidense.

El ‘‘libre comercio’’, que ha sido parte integral del consenso de las cúpulas de ambos partidos durante más de tres décadas, está bajo ataque por el magnate que acaba de mudarse a la Casa Blanca. En el foro en Filadelfia, Trump reiteró que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte era ‘‘un desastre total para Estados Unidos’’, el cual ha costado millones de empleos manufactureros y el cierre de miles de plantas en este país.

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