El papa Francisco dictó normas que incluyen multa o prisión para aquellas personas que encubran abusos sexuales contra menores
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CIUDAD DEL VATICANO.
El papa Francisco publicó tres documentos para prevenir, combatir y procesar judicialmente a quienes cometan abusos sexuales contra menores en el territorio del Vaticano y en otras dependencias pontificias alrededor del mundo, como las nunciaturas.
Mediante Motu Proprio, establece la obligación de denuncia inmediata cuando se tenga noticia del abuso bajo pena de multa o cárcel y la ampliación de la prescripción de estos delitos hasta que la víctima cumpla los 38 años.
Las nuevas normas establecen que “a menos que el hecho constituya un delito más grave, el funcionario público (del Vaticano) que omita o demore indebidamente la denuncia (de un caso de abusos a un menor) será castigado con una multa que oscilará entre mil euros y cinco mil euros” y añade que “si el delito es cometido por un agente u oficial de la policía judicial, el castigo es de hasta seis meses de cárcel”.
En la legislación de la Iglesia católica —a diferencia de estas nuevas normas que aplican al Estado del Vaticano—, no se prevé el caso específico de sanción por abusos a menores, sino que la legislación del Código de Derecho Canónico de 1983 se refiere de forma genérica al tipo de “abuso de oficio” o “falta de cumplimiento de las obligaciones del oficio”, subrayó Antonio Viana, decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra.
En cambio aquí (en la nueva legislación para la Ciudad del Vaticano) ya se da un paso más pues ya hay obligación de denunciar o sanción en caso contrario”, dijo.
PERSONAS VULNERABLES
Las nuevas normas dictadas por el Papa para la Ciudad del Vaticano también amplían la categoría de adultos vulnerables, cuyos casos deben ser tratados como los de los menores: “toda persona en estado de enfermedad, deficiencia física o mental o privación de la libertad personal que, de hecho, incluso ocasionalmente, limite la capacidad de comprender o de querer o de resistirse a quien le ofende”. También, obliga a perseguir de oficio otros abusos contra menores, como el maltrato.
Otra de las innovaciones más significativas del texto radica en que todos los delitos relacionados con el abuso de menores, no sólo los de carácter sexual, sino también, por ejemplo, el maltrato, serán “perseguidos de oficio”.
En el oficio, el pontífice también prohíbe la convivencia a solas de un adulto del clero o cualquier empleado vaticano con algún menor, establecer un trato preferencial o pedir guardar un secreto.