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El Papa pide concordia y reconciliación para Nicaragua y Venezuela

excelsior.com.mx

CIUDAD DEL VATICANO.

El papa Francisco deseó que Venezuela pueda encontrar la «concordia» y que llegue la «reconciliación» a Nicaragua, anhelos que expresó en su tradicional mensaje de Navidad pronunciado desde la Logia central de la basílica de San Pedro.

Que este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población», proclamó Francisco.

Además, rogó para que «delante del Niño Jesús, los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país».

Nicaragua y Venezuela fueron los países nombrados por Francisco junto a Yemen, Tierra Santa, Siria, el continente africano y Ucrania en su recorrido por los conflictos en el mundo y sus deseos de paz para esta Navidad.

El Papa pide concordia y reconciliación para Nicaragua y Venezuela

Francisco subrayó en el mensaje de este año que todos somos hermanos y que las diferencias son una riqueza y no un peligro.

También pidió por «los pueblos que sufren las colonizaciones ideológicas, culturales y económicas viendo lacerada su libertad y su identidad, y que sufren por el hambre y la falta de servicios educativos y sanitarios».

Desde la misma logia central de la basílica de San Pedro, donde se asomó aquel 13 de marzo de 2013 cuando fue elegido pontífice, Jorge Bergoglio deseó «fraternidad entre personas de toda nación y cultura», «entre personas con ideas diferentes, pero capaces de respetarse y de escuchar al otro» y «entre personas de diversas religiones».

El Papa pide concordia y reconciliación para Nicaragua y Venezuela

La salvación pasa a través del amor, la acogida y el respeto de nuestra pobre humanidad, que todos compartimos en una gran variedad de etnias, de lenguas, de culturas, pero todos hermanos en humanidad», señaló ante las decenas de miles de personas concentradas hoy en la Plaza de San Pedro.

Entonces, nuestras diferencias no son un daño o un peligro, son una riqueza. Como para un artista que quiere hacer un mosaico: es mejor tener a disposición teselas de muchos colores, antes que de pocos», destacó.

Puso como ejemplo la familia, donde «siendo hermanos y hermanas, somos distintos unos de otros, y no siempre estamos de acuerdo, pero hay un vínculo indisoluble que nos une, y el amor de los padres nos ayuda a querernos».

Deseó que en esta Navidad «redescubramos los nexos de fraternidad que nos unen como seres humanos y vinculan a todos los pueblos».

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