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Nueva York. «¡Señor Guzmán!». El juez Brian Cogan tuvo que elevar hoy ligeramente la voz para llamar la atención de El Chapo, que miraba fijamente a su esposa, Emma Coronel, sentada en uno de los bancos del público.
La joven ex reina de la belleza de un pueblo de Sinaloa, con la que tiene dos hijas, no ha dejado de asistir a ninguna de las vistas orales preparatorias del juicio que se celebra en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York desde que Joaquín El Chapo Guzmán fue extraditado por México en enero de 2017.
El sexagenario narcotraficante siempre la saluda con la mano al entrar en la sala escoltado por agentes federales y la mira con frecuencia desde su silla de acusado.
Coronel, de 29 años, no está autorizada a visitarlo en la cárcel de máxima seguridad de Manhattan en la que espera juicio en régimen de aislamiento y las citas ante el juez son el único momento en el que la pareja puede verse.
Esas miradas a Coronel, vestida hoy con una blusa blanca larga y unos vaqueros ajustados, fueron esta vez prácticamente continuas, hasta el punto de que el magistrado tuvo que reclamar la atención del presunto ex jefe del cártel de Sinaloa cuando pretendía explicarle las consecuencias de la incorporación de un nuevo abogado, Jeffrey Lichtman, al equipo de su defensa.
La expectación por la aparición de Coronel era hoy grande, después de que la prensa mexicana y la estadunidense se hicieran eco de la fastuosa fiesta con temática muñeca Barbie que organizó recientemente en México por el séptimo cumpleaños de las dos hijas gemelas que tiene con El Chapo.
La foto del escenario del evento -una casa en tamaño casi real de la mundialmente famosa muñeca- pero también otras imágenes que Coronel publicó en los últimos tiempos en su cuenta de Instagram han generado un debate sobre la vida de lujo que lleva la mujer de El Chapo mientras las autoridades de Estados Unidos y México siguen buscando los 14 mil millones de dólares que estiman que amasó el narco.
Este está acusado de 17 cargos en el juicio que arrancará el 5 de noviembre con la selección del jurado. La fecha se mantiene después de que el juez Cogan denegara hoy un nuevo aplazamiento, pedido por el nuevo abogado, que hubiera sido el tercero.
Al frente del cártel de Sinaloa, el más importante en la historia de México, El Chapo llegó a ser considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, por encima incluso de lo que fue en su día el colombiano Pablo Escobar.
Estados Unidos lo acusa de introducir toneladas de droga en el país al frente de lo que el Departamento del Tesoro calificó como un «imperio criminal» de tráfico de cocaína, marihuana, heroína y metanfetaminas. Con que fuera considerado culpable en solo uno de los cargos, tendría que pasar seguramente el resto de su vida en una cárcel estadounidense.
El Chapo tuvo varias mujeres y numerosos hijos, pero Coronel -quien tiene la nacionalidad estadunidense- está considerada su pareja estable desde hace más de una década. Aunque se habla de ella como su esposa, no están casados.
La propia Coronel -hija de otro miembro del cártel de Sinaloa condenado el año pasado a más de diez años de cárcel en México- ha contado que conoció a El Chapo cuando tenía 17 años en una fiesta en su pueblo. La relación se oficializó con una gran celebración en Canelas (Durango) en 2007, cuando Coronel había cumplido ya 18.
El Chapo se había escapado en 2001 de una cárcel mexicana y Estados Unidos ofrecía entonces 5 millones de dólares por él. Años después, en 2015, se escaparía por segunda vez de un penal de su país.
Las hijas gemelas de ambos, María Joaquina y Emali, nacieron en 2011 en un hospital de California. Son las únicas que tienen permiso para visitar al narco en prisión y Coronel las ha llevado en algunas ocasiones a las vistas orales en la corte, sita en Brooklyn. No lo hizo hoy sin embargo.
La ex reina de la belleza se ha mantenido en silencio durante la mayor parte de los 20 meses que han transcurrido desde la extradición de El Chapo. Una de las pocas veces que ha hablado fue en abril a las puertas de la corte y lo hizo para expresar su preocupación por cómo el régimen de aislamiento está afectando a la salud física y psicológica del narco.