CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un tribunal de Atlanta condenó hoy a 49 años de cárcel y a una multa de 192 millones de dólares a Édgar Valdez Villarreal “La Barbie”, el excapo del cártel de los Beltrán Leyva quien en enero de 2016 se declaró culpable de los delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero.
Valdez, nacido en Laredo, Texas, fue detenido el 30 de agosto de 2010 en los límites del Estado de México y de Morelos, y extraditado a Estados Unidos el 30 de septiembre de 2015, junto con otros 12 presuntos integrantes del cártel buscados por la justicia de Estados Unidos.
La Agencia Antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) aseguró que desde 2000 y hasta su detención, Valdez introdujo toneladas de cocaína a Estados Unidos, particularmente en el estado de Georgia –al que pertenece el tribunal de Atlanta– y lavó millones de dólares en efectivo, que envió de vuelta a México.
En Estados Unidos, Valdez enfrentaba varios cargos en los que arriesgaba una condena perpetua y decenas de millones de dólares de multas; el 6 de enero de 2016 se declaró culpable por los cargos que le imputaba la DEA, lo que fue celebrado por la agencia como “una victoria”.
El fiscal aseveró entonces que el criminal representa “un claro ejemplo de la influencia de los cárteles mexicanos en el tráfico de drogas en Estados Unidos, a medida que los cargamentos de camiones atravesaban la frontera hacia Atlanta para posteriormente distribuirse en otras ciudades del Este”.
Durante su periodo de reclusión en el penal de máxima seguridad del Altiplano, Valdez se convirtió al cristianismo, encabezó una huelga de hambre masiva con Joaquín El Chapo Guzmán, y denunció la complicidad del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa con los cárteles de la droga.
En una carta que envió a la periodista Anabel Hernández, Valdez aseguró que el propio Calderón había encabezado reuniones con narcotraficantes para llegar a acuerdos en el negocio del tráfico de drogas, y que el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y los miembros de su equipo recibían sobornos de los cárteles.
Luego de haber sido el principal guardaespaldas del capo Arturo Beltrán Leyva –ejecutado por elementos de la Marina en Cuernavaca, Morelos, en diciembre de 2009–, Valdez fue designado jefe de las operaciones del cártel en el puerto de Acapulco, Guerrero, lo que desató una violenta pugna entre él y Héctor Beltrán Leyva.
Su extradición a Estados Unidos fue el producto de un acuerdo entre la entonces procuradora Arely Gómez González y su homóloga estadunidense Loretta Lynch, que marcó un “nuevo empuje” en la colaboración entre las administraciones de Enrique Peña Nieto y Barack Obama en materia de combate contra el narcotráfico.