La iniciativa es del regidor de MC, Juan Solís, misma que fue turnada de nueva cuenta a mesa de trabajo, por integrantes de la comisión de seguridad pública.
No prospera la iniciativa de Juan Solís para sancionar a automovilistas que mojen con alevosía a peatones, en temporal de lluvias.
Medida polémica que no ameritó mayor atención de los regidores, integrantes de la comisión de seguridad, quienes la turnaron de nueva cuenta a mesa de trabajo.
Así lo determinaron en reunión edilicia, que preside el regidor de Movimiento Ciudadano, Adolfo López Solorio.
Sus compañeros, integrantes de la comisión Carmina López, Laurel Carrillo, Saúl López, coincidieron en señalar que como tal la iniciativa, necesita un mayor análisis.
“Será muy difícil probar que un automovilista tenga alevosía para mojar con su auto a un peatón, en temporada de lluvias”.
“A veces por lo difícil, muchos automovilistas pasan por charcos en calles y avenidas, pensando en hacer daño a una persona mojándola”, se dijo.
Cabe destacar que la iniciativa de Juan Solís se refiere a que el pleno de ayuntamiento, autorice la adición de una fracción al capítulo 8 del artículo 41 del reglamento de tránsito y vialidad del municipio de Puerto Vallarta, lo anterior trae como consecuencia la necesidad de una prohibición más a los conductores, el cual se propone de la siguiente manera:
Artículo 41. Los conductores de vehículos tienen prohibido, fracción XIX, mojar, salpicar de agua con dolo, premeditación, alevosía y ventaja a los transeúntes, y/o motociclistas que con motivo del exceso de velocidad ocasionen al pasar por un charco y/o bache de agua, o calle inundada.
En su exposición de motivos, dicta que, a lo largo de mucho tiempo, se ha perdido conciencia por parte de os automovilistas privados o de choferes de transporte público, ya que en muchas ocasiones sobre todo en temporada de verano, cuando las lluvias por su gran intensidad dejan las calles de Puerto Vallarta inundadas, se ha tomado por muchas personas como algo gracioso l mojar a las personas cuando estas se dirigen al trabajo o escuela o alguna ocupación.
Por ello, el ayuntamiento debe ser enérgico y prohibir con alguna de las medidas de apremio para hacer valer el estado de derecho, concluye.
