El estudio sometió a 44 marcas a revisión dependiendo de su calidad
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El jamón es un alimento básico en la dieta de muchas familias mexicanas para sándwiches y otros platillos,
Este embutido ha sido objeto de un análisis exhaustivo por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), que evaluó la calidad de 44 marcas comerciales disponibles en el mercado.
Entre los resultados, la dependencia identificó al San Rafael Balance como un jamón fino que no contiene soya y está elaborado con carne de pierna de cerdo, posicionándose como una opción destacada para los consumidores que buscan productos de calidad.
De acuerdo con el análisis realizado por la Profeco, el jamón fino se caracteriza por contener proteínas libres de grasa, un nivel de agua de hasta el 76 % y la ausencia de fécula en su composición.
Aunque algunos productos de esta categoría pueden incluir soya, este sobresale por no contener este ingrediente, lo que lo convierte en una alternativa atractiva para quienes prefieren un producto más puro. Este jamón está elaborado exclusivamente con carne de cerdo y se comercializa en presentaciones de 250 gramos, con precios que oscilan entre los 35 pesos y los 89pesos, dependiendo del punto de venta.
El estudio de la Profeco detalla que los jamones disponibles en el mercado mexicano se clasifican en diferentes categorías según su calidad y composición. En el caso del jamón fino, este se distingue por su contenido proteico, que es inferior al de los jamones extrafinos, pero con niveles de grasa similares.
Además, su porcentaje de agua puede alcanzar hasta el 76 %, lo que lo diferencia de otras variedades. Los ingredientes cárnicos que se utilizan para su elaboración incluyen pierna de cerdo o muslo de pavo, aunque no todos los productos de esta categoría cumplen con los mismos estándares.
El análisis también reveló que algunos jamones finos pueden contener soya como parte de su fórmula, lo que no ocurre con el San Rafael Balance. Este producto, según la Profeco, está elaborado únicamente con carne de pierna de cerdo, lo que garantiza una mayor pureza en su composición y lo posiciona como una opción confiable para los consumidores.
La Profeco sometió a evaluación a 44 marcas de jamón disponibles en el mercado mexicano, analizando aspectos como calidad sanitaria, contenido calórico, carbohidratos, fécula, grasa, tipo de carne utilizada, niveles de sodio, proteína, humedad y la información proporcionada al consumidor en el etiquetado. Este análisis tiene como objetivo garantizar que los productos cumplan con las Normas Oficiales Mexicanas en términos sanitarios y comerciales, brindando a los consumidores información clara y precisa sobre lo que están adquiriendo.
Entre las marcas evaluadas, el San Rafael Balance destacó por cumplir con los estándares establecidos para un jamón fino, al no contener soya ni fécula y estar elaborado exclusivamente con carne de pierna de cerdo. Este resultado lo diferencia de otras marcas populares como Capistrano y Zwan, que también forman parte del mercado, pero no cumplen con las mismas características en cuanto a pureza de ingredientes.
