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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace 14 años, una red de pederastia controlada por Jean Succar Kuri, escandalizó por sus alcances, la prominencia de aquellos que las víctimas identificaron como usuarios-agresores y las consecuencias de haber expuesto el caso que terminó con ese millonario en prisión.
Los procesos han sido tan largos que aun hay sentencias sujetas a amparos y, la decisión de un juez por trasladar a Succar Kuri del penal de Almoloya a la prisión municipal de Cancún, Quintana Roo, alarma a quienes en su infancia fueron sus víctimas, por considerar que podría ser el preámbulo para que se le otorgue la libertad.
“Nos aterra pensar que vaya a regresar a una cárcel municipal y nos sentimos impotentes también, porque nosotras no fuimos parte en ese amparo indirecto, desconocemos sus términos y sólo sabemos que el pederasta es quien lo presentó contra el centro penitenciario de Almoloya y que un juez se lo concedió”, denuncia Edith Encalada.
La única esperanza que tiene por ahora, es que un ministerio público federal apele la decisión del juez que autorizó el regreso de Succar Kuri a Cancún y, para eso, sólo tienen hasta el próximo viernes 15 de junio, cuando vencerá el plazo.
Edith, cuya identidad como víctima fue vulnerada desde el principio del caso y por eso se decidió a hablar públicamente en los últimos años, es junto con su hermana menor, su prima y su primo, una de las siete víctimas, agraviadas cuando eran menores de edad, que figuran en los procesos contra Succar Kuri.
En entrevista con la agencia Apro, habla con soltura, conoce la terminología jurídica y, es enfática al denunciar la indiferencia del sistema de justicia, particularmente de un juez de amparo radicado en Cancún.
“No creo que el juez haya actuado pensando en los derechos de nosotras ni en el dolor que tenemos como víctimas. Psicológicamente su decisión nos afecta, nos aterra que vuelva”, afirma.
El amparo silencioso
Los procesos que se siguen a Jean Succar Kuri, se han convertido en una maraña judicial, entre sentencias frente a las que se oponen amparos, apelaciones y recursos procedimentales aleatorios.
Hay una sentencia que lo condena a 112 años de prisión, por pornografía infantil y corrupción de menores; hay causas pendientes en lavado de dinero y, mantiene abiertos procesos por abuso, violación equiparada y estupro, en el fuero común.
En septiembre del año pasado, el presunto pederasta demandó dos amparos: uno en contra de la Secretaría de Seguridad Pública, de Quintana Roo y el otro, contra el penal de “El Altiplano”. El primer asunto se sobreseyó.
Sin embargo, a principios de junio, el Juez 4º de Distrito radicado en Cancún Quintana Roo, Ricardo Ruiz del Hoyo Chávez, resolvió el amparo indirecto 1306/2017, interpuesto contra el mencionado centro penitenciario, que autoriza el traslado de Succar Kuri a la cárcel municipal de esa ciudad quintanarroense.
Edith, así como sus familiares también víctimas, no se enteraron del amparo más que por estrados. El extracto de notificación de la decisión del juez no posibilitaba ver el alcance y ella quiso consultar el expediente en el juzgado 4º pero le negaron el acceso. Sólo se enteró de manera extrajudicial del regreso a Cancún, donde radican las víctimas de Succar Kuri, a quien señalan como agresor.
“Nosotras no podemos intervenir y quien puede hacerlo es la PGR, a la que exhortamos que por favor presente este recurso de revisión y que demuestren que están defendiendo las víctimas y no a un pederasta preso.
“Considero gravísima la aplicación de una reforma, de manera retroactiva, a un pederasta… es gravísimo, no es justo, no hay una defensa de las víctimas que hemos sufrido con esto y con el martirio de 14 años para no tener siquiera una sentencia firme, para poder cerrar este doloroso capítulo”.
El miedo a la impunidad
Jean Succar Kuri, es el protagonista del caso de pederastia y explotación sexual infantil más conocido de México. La red de clientes pedófilos fue expuesta en su dimensión internacional, aunque en México tuvo implicaciones para actores políticos y empresariales.
Con el libro Los demonios del Edén, escrito por Lydia Cacho, la situación cobró notoriedad y fue el origen –entre otras derivaciones de la historia- de la detención de la periodista y activista, fraguada entre el empresario Kamel Nacif Borge –vinculado a la política por lazos familiares y de amistad, por ejemplo, es tío del exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge—y el entonces gobernador de Puebla, Mario Marín. La conversación grabada y filtrada, incluyó la agradecida lisonja de Nacif, “mi gober precioso”, que es como se conoce desde entonces al exmandatario poblano.
Succar Kuri fue detenido en Arizona, Estados Unidos, en 2004; a mediados de 2006 se concretó su extradición y desde entonces permaneció interno en la prisión de Cancún, hasta que en mayo de 2011, lo trasladaron al Centro Federal de Readaptación Social Número 1, “El Altiplano”, conocido popularmente como penal de Alomoloya.
Edith Encalada, hoy es adulta, es cantante y lleva años intentando cerrar la historia de abuso que marcó su infancia sin conseguirlo.
Para ella, las fechas son relevantes en general, y en particular, el traslado de Succar Kuri que podría concretarse si un ministerio público federal no apela la decisión del juez Ruiz del Hoyo, quien de acuerdo a Edith, consideró la reforma en materia de derechos humanos de 2011, cuando el traslado a Almoloya fue en mayo, esto es, que se ampara con base en un beneficio retroactivo.
“No alcanzo a entender que le den ese amparo con base en una reforma posterior a su traslado. Lo único que me queda es que el ministerio público interponga recurso de revisión y que revoquen esa sentencia. Se me hace gravísimo, para mi fue un proceso amañado…
“Es un acto de injusticia. Ya estoy muy desgastada, cansada… hace 14 años que inició esto y con este amparo, se nos causa un shock emocional, psicológico. Considero que el juez no pensó en las víctimas”.
-¿Cuál es su temor?– se le pregunta.
-Cuando estaba en Cancún él controlaba la cárcel municipal. La preocupación es el traslado, pero sobretodo, cuando vemos venir esto y por la forma en que se manejó todo -de manera opaca, secreta, por debajo del agua- nos planteamos ¿qué nos espera? Que lo dejen aquí en libertad? Están preparando el camino para revocar la sentencia?
Cuatro de las siete víctimas que figuran en los procesos contra Succar Kuri, están en esa posición. Es Edith Encalada y sus familiares, pero ella es quien habla, cansada dice, de que Lydia Cacho haya hablado por ella muchos años sin darle su autorización. La distancia entre ellas se ha ventilado públicamente, en especial, tras la demanda que Edith interpuso contra Lydia, resuelta a favor de la comunicadora. Sin embargo, la víctima, durante la entrevista, insiste en señalarla ampliamente, por considerarse, revictimizada. Luego vuelve al amparo:
“Lo importante para mi ahora es pedir al ministerio público federal que presente recurso de revisión y que un Tribunal Colegiado sentencie a este pederasta y si la PGR presenta recurso de revisión que los magistrados revoquen el amparo del juez 4º de distrito”.
Convencida de que las acciones judiciales que benefician a Succar Kuri ocurren durante procesos electorales, -“quizás por la red de políticos con los que se relacionó”-, se explica:
“Él atentó contra nuestra infancia, no se tentó el corazón, en mi inocencia, en mi niñez ni en la de mi hermanita. Lo único que pido es justicia. Si él cometió esos ilícitos, como verdaderamente los cometió, que lo sentencien y cierren todos los procesos penales que hay pendientes.
“Lo que pedimos es que actúen y que conforme a derecho lo sentencien en definitiva. Que los jueces y magistrados entiendan que este es un caso muy público, que se sabe cometió los ilícitos y que, si en 14 años no hay sentencia y, por el contrario, hay situaciones como esta, nos siguen afectando emocional y psicológicamente cuando lo único que queremos es que ya concluyan los procesos penales, para poder cerrar este doloroso capítulo de nuestras vidas”.