La Agencia Espacial Europea ultima el lanzamiento, el próximo octubre, de un satélite que se acercará a dos asteroides para analizarlos. La industria española ha tenido un importante rol en esta misión que ha costado 350 millones de euros
La amenaza es real. Al igual que les sucedió a los dinosaurios hace miles de millones de años, existe el riesgo de que la humanidad se extinga como consecuencia del impacto contra la superficie terrestre de un asteroide de dimensiones descomunales. Ante este escenario, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha decidido tomar cartas en el asunto y, para evitar el fin de la vida tal como la conocemos, este octubre llevará a cabo la primera misión de defensa planetaria de Europa: Hera.
A diferencia de la misión que emprendieron Bruce Willis y Ben Affleck en Armageddon (1998), la estrategia que estudia actualmente la ESA nada tiene que ver con el envío de astronautas para la destrucción de ningún asteroide, sino de una nave especialmente diseñada para evaluar la posibilidad de cambiar el rumbo de estas gigantescas rocas espaciales. De hecho, el objetivo de Hera será analizar lo que ya ha hecho una misión anterior de la NASA, denominada Dart, que supuso, al mejor estilo kamikaze, hacer impactar un satélite contra un asteroide con el propósito de modificar su trayectoria.
Tanto la NASA como la ESA saben que Dart, lanzada a finales de 2021, tuvo éxito en alterar la órbita de Dimorphos, un pequeño asteroide que, como si de una Luna se tratase, gira alrededor de un segundo cuerpo celeste de mayor tamaño: Didymos, de casi 800 metros de diámetro y descubierto en 1996. No obstante, ahora la misión europea se aproximará nuevamente al par de meteoritos para recolectar información adicional con el fin de perfeccionar la técnica de desvío empleada hace dos años.
De acuerdo a las previsiones de la ESA, Hera se acercará a los asteroides hacia octubre de 2026, a una distancia de 195 millones de kilómetros de la Tierra. Para poder llevar a cabo su cometido, la nave está equipada con 11 instrumentos para la recopilación de una amplia variedad de datos. Estos mecanismos también emprenderán, a lo largo de los dos años que le llevará a Hera alcanzar a los asteroides, distintas demostraciones tecnológicas para su utilización en misiones futuras.
La nave que Europa enviará al espacio el próximo mes transporta, asimismo, otros dos satélites más pequeños, Juventas y Milani, que serán liberados llegado el momento para cumplir con misiones secundarias. Al finalizar con sus cometidos en vuelo, estos satélites del tipo CubeSat aterrizarán en Dimorphos para, entre otras tareas, realizar mediciones de su campo gravitatorio. De igual manera, Hera también podría llegar a aterrizar en uno de los polos de Didymos hacia el final de su vida útil, con el objetivo de captar imágenes de muy alta resolución de la superficie del mayor de los asteroides.
Participación de España
Según la información difundida por la Agencia Espacial Europea, Hera ha supuesto una inversión de 350 millones de euros, con los que se ha cubierto tanto la nave espacial, el diseño de los instrumentos y satélites secundarios, el lanzamiento y las operaciones a lo largo de los años que dure la misión. En el desarrollo de Hera han participado cerca de 100 empresas e instituciones europeas de 18 de los estado miembros de la ESA.
En este sentido, la industria espacial española ha tenido un destacado papel en la misión. La empresa GMV ha liderado el desarrollo del sistema de guiado, navegación y control de la misión, mientras que la firma Emxys ha sido responsable de la electrónica del gravímetro de Juventas. Por su parte, la compañía Sener ha fabricado las antenas de baja ganancia de Hera y la filial española de Thales Alenia Space, con sede en Tres Cantos (Madrid), ha estado al frente del diseño del subsistema de comunicaciones.