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Familiares y actores dan último adiós a Ignacio López Tarso en Bellas Artes

El acto de cuerpo presente en el vestíbulo del recinto cultura, tuvo el acompañamiento cercano de la familia del ‘eterno Macario’, flores blancas por todo el lugar y música de Mozart y Manuel M. Ponce de fondo interpretada por parte del Cuarteto de Cuerdas de la Orquesta Sinfónica Nacional.

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CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–Con la presencia de amigos, colegas, familia, y especialmente su público, miles en un último adiós al primer actor Ignacio López Tarso, los restos del histrión fueron homenajeados en el Palacio de Bellas Artes.

El acto de cuerpo presente en el vestíbulo del recinto cultura, tuvo el acompañamiento cercano de la familia del ‘eterno Macario’, flores blancas por todo el lugar y música de Mozart y Manuel M. Ponce de fondo interpretada por parte del Cuarteto de Cuerdas de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Fue Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura quien abrió una serie de discursos con la frase “Despedimos a un gigante…”, dando un breve repaso por su vida personal que a decir de la funcionaria le dieron la fuerza y experiencias para abrirse paso en lo profesional, en filmes históricos y claves para entender a México:

“Como ningún otro usted representa la grandeza del arte actoral del siglo XX”.

El actor y director Salvador Garcini recordó al actor como un gran profesional, y de cómo lo dirigió en ‘El Rey Lear’ tragedia de William Shakespeare escenificada en la UNAM con 200 representaciones, “llevó el nombre de la universidad muy en alto, 93 de esas funciones fueron de gira y en cada una nos enseñó de teatro… Se acaba de ir un grande de la actuación universal, el más grande.

“Lo que más amó López Tarso además de su familia, fue a su público”.

Tina French, su amiga y colega, lo rememoró como un hombre íntegro, generoso, disciplinado, talentoso, con sentido del humor y dueño de una memoria prodigiosa, que inició en la actuación con ejercicios de memoria cuando fue seminarista en su juventud, para acto seguido leer un poema de Jorge Luis Borges en torno al actor.

Tanto Luisa Huertas como Sergio Corona lo reconocieron como actor, colega y maestro en diversas puestas en escena, su profesionalismo, generosidad, y matices que impregnaba como actor. Corona incluso recordó su labor como secretario general de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) que realizó con mucha convicción.

La actriz Leticia Calderón rememoró la telenovela ‘Esmeralda’ de Televisa, proyecto en donde actuó junto a López Tarso en el papel de ‘Melesio’, un personaje muy querido por el público:

“Me siento honrada de decir que esa amistad traspasó la ficción, tengo la fortuna de decir que entre el señor López Tarso y yo hubo una muy linda amistad y agradezco a la vida que nos haya hecho coincidir, gracias por esas largas prácticas donde pude entrar en su vida profesional y personal, gracias por ser mi amigo, te quiero”.

César Costa hizo lo propio también al recordar al ser humano detrás del gran actor

Mariana López, nieta de López Tarso, aludió al actor en lo familiar, pues a su decir fue una fuerza al interior para cada integrante de los suyos:

“No es que le tuviera miedo a la muerte, ni le gustaban los homenajes porque era pensar en ceder, hasta hace unos días su mayor preocupación era engañar a su médicos para su siguiente llamado y estar un domingo como nosotros.

“El inevitable curso de la vida ganó la partida…pero nosotros tu familia seguiremos tu camino orgullosos de portar un pedacito de ti”.

El baterista Antonio Sánchez, reconocido músico y el profesional detrás de la multipremiada ‘Birdman’ del director Alejandro González Iñarritu, recordó una anécdota infantil, pues vivió con su madre en casa de sus abuelos  cuando descubrió su amor por la batería a los cinco años de edad:

“Cuando comencé a pedir tambores, platillos y baquetas no encontraron donde meterme mas que a un lado de la chimenea de la sala, mis inclinaciones musicales siempre fueron bien vistas en una familia de artistas, mi abuelo se encontraba trabajando mucho entonces, y por una razón extraña no tenía llaves del portón de la casa, en lugar con un ritmo característico tocaba el claxón de su Ford LTD, que decía era ‘López Tarso Divino’ y había que salir pronto a abrir.

“Cierta tarde llegó mi abuelo en un horario que no me correspondía tocar, y mí batería tapaba todos sus esfuerzos del LTD, hasta que mi abuela Clara lo escuchó y salió corriendo, llegó morado del coraje, corrí a apagar el estéreo y recibí la regañada de la década.

“Me subí a la azotea y me negué a bajar hasta que él se fuera por la noche… por fin escuché el motor del LTD y bajé a cenar, me quedé dormido en la sala. Cuando desperté me di cuenta que estaba a mi lado y me dijo ‘hola pillo’, fue el alivio de la década… Fue como un padre para mí, su amor e influencia se quedarán en mí para toda la vida, siempre vivirás en todos nosotros”.

Tras solicitar un aplauso –mismo que se prolongó de manera unánime–, hubieron guardias de honor y un incesante pasar del público mexicano para dar el último adiós a Ignacio López Tarso.

Después de unos minutos llegó un mariachi al Palacio de Bellas Artes para interpretar un corrido y luego la icónica ‘La Negra’, pieza con la que se cerró y retiró rápidamente el ataúd, detrás sus hijos y nietos acompañaron los restos hasta la carroza fúnebre al pie del majestuoso recinto de mármol.

“¡Hasta pronto, maestro!” se escuchó en un grito ahogado entre el público para despedir al Primer Actor, Ignacio López Tarso.

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