El sexenio de Calderón Hinojosa se caracterizó por una fallida estrategia para combatir al crimen organizado
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Durante su participación en el Encuentro Regional del Centro de Análisis para Políticas Públicas (CAPP), el expresidente Felipe Calderón reconoció que cuando él estaba al frente del país, las autoridades de Michoacán estaban directamente vinculadas con el cártel de Los Caballeros Templarios.
En el foro de discusión del 2 de noviembre, Calderón Hinojosa recordó uno de sus viajes a dicho estado, en donde comenzó la mal llamada “guerra contra el narco”. En su visita a un municipio —inaudible debido a la mala calidad de la transmisión—, el propio alcalde admitió que su gabinete había sido ordenado por el grupo criminal.
“La gente nerviosa me daba papelitos mojados en sudor. ‘Felipe, haga algo por favor, Felipe’ […] La gente estaba diciendo que el director de la policía de su municipio era de los capos”, contó durante su intervención.
Calderón recordó que, al finalizar un evento, se acercó al alcalde de dicha demarcación para reclamarle la complicidad de su administración con el narco.
“Óyeme, me está diciendo la gente que tu director de la Policía está con Los Caballeros Templarios”, fue como increpó el mandatario federal al edil.
Entre risas, Calderón recordó la respuesta del presidente municipal: “Ufff, no, el director de la policía, el de mercados, el de vinos y licores, el de construcción […] Llegan en tres Suburban y me dicen ‘vas a poner a este de director de Seguridad, me vas a dar el 15% del presupuesto’”.
“Se apoderan del estado, lo capturan”, agregó Felipe Calderón al señalar al crimen organizado como la principal amenaza de América Latina.
No obstante, durante el evento el expresidente no hizo ninguna mención al hecho de que su exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, se encuentra preso en Estados Unidos y fue declarado culpable de narcotráfico y delincuencia organizada por sus vínculos con el Cártel de Sinaloa.
El “Operativo Conjunto Michoacán” fue el plan con el que Felipe Calderón declaró una confrontación directa contra los cárteles en diciembre de 2006.
Junto al general Manuel García Ruiz, el gobierno federal desplegó a más de siete mil elementos de las fuerzas armadas para poner en marcha el operativo antidroga que pretendía acabar con la violencia en Michoacán.
El gobernador local de aquel entonces, Lázaro Cárdenas Batel buscó el auxilio del presidente para frenar el asedio de La Familia Michoacana que, para esas fechas, ya se había hecho con el control de Tierra Caliente. El estado michoacano cerró el 2006 con 576 asesinatos.