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Frente a las narices de Calderón, las narcoandanzas de García Luna

Felipe Calderón y su antecesor Vicente Fox lo sabían: A Genaro García Luna protegía al Cártel de Sinaloa. Proceso dio cuenta de ello en la edición 2250 de diciembre de 2019, cuando el exsecretario de Seguridad fue detenido en EU y llevado un juicio en el que hoy fue declarado culpable.

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No solamente lo sabía Felipe Calderón. También lo supieron su antecesor en la presidencia, Vicente Fox; el titular de la PGR en el sexenio foxista, Rafael Macedo de la Concha, y su sucesor Daniel Cabeza de Vaca; lo sabían el ya fallecido titular de la SIEDO José Luis Santiago Vasconcelos y el secretario de la Defensa Guillermo Galván: A Genaro García Luna protegía al Cártel de Sinaloa. Proceso dio cuenta de ello en la edición 2250 de diciembre de 2019, cuando el exsecretario de Seguridad fue detenido en Estados Unidos y llevado un juicio en el que hoy fue declarado culpable.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desde Vicente Fox se sospechaba, pero con Felipe Calderón había certeza dentro y fuera del gobierno: Genaro García Luna, el secretario más poderoso del gabinete, era cómplice de Joaquín El Chapo Guzmán, el capo que, al amparo del poder político, se fugó de prisión e hizo crecer su imperio criminal en los dos sexenios del Partido Acción Nacional (PAN).

Las denuncias y señalamientos a García Luna por sus nexos con el crimen organizado las conocieron los titulares de la Procuraduría General de la República (PGR) de Fox, Rafael Macedo de la Concha y Daniel Cabeza de Vaca, pero también Eduardo Medina Mora, procurador de Calderón, el subprocurador Juan de Dios Castro y su secretario particular, César Nava, entre otros muchos.

Pese a las evidencias, muchas de ellas públicas, Calderón siempre protegió a García Luna y afirmó que su probidad estaba fuera de toda duda, como lo expresó el 23 de noviembre de 2008, en Lima, Perú, una línea de defensa que prevaleció todo su sexenio y sólo modificó hasta que se supo de la detención del jefe policiaco, el martes 10, en Estados Unidos.

«Evidentemente, si hubiera alguna duda de su probidad o, más aún, algún elemento probatorio que descalificara esa probidad, seguramente no sería secretario de Seguridad Pública», dijo Calderón en esa ocasión, en una de las pocas conferencias de prensa que dio, forzado por estar en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).

Para quienes aportaban evidencias de la conducta criminal de García Luna desde la política, las organizaciones sociales y el periodismo, sólo hubo represalias de Calderón y su gobierno, pero cuando se detuvo a quien fue brazo derecho en su gobierno se dijo engañado: «Desconocía por completo los hechos que se le imputan».

Amplias evidencias prueban que la relación de García Luna con criminales no sólo la conocían miembros del gabinete, como el secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván, sino hasta el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar, quien inclusive le hizo saber a Calderón las «corruptelas» de García Luna y por ello -aseguró- tuvo que «pagar un costo político».

Galván y Aguiar le compartieron la información, por separado, a José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo de Seguridad Pública y Justicia Penal, justo en medio de la violencia que había desatado Guzmán Loera para, con todo el apoyo de García Luna, tomar el control del tráfico de drogas en México.

En el libro Los cómplices del presidente, de Anabel Hernández, adelantado en Proceso en noviembre de 2008, Ortega Sánchez contó que Aguiar le había informado a Calderón de las «corruptelas» que sabía de García Luna y que él, a su vez, le reveló al religioso que Galván también tenía conocimiento de que trabajaba para el crimen organizado.

«Le hablé (a Aguiar) de mi entrevista con el general secretario Guillermo Galván Galván, y le comenté lo de Genaro García Luna. El secretario de la Defensa me dijo que él tenía más información del involucramiento de Genaro García Luna con el crimen organizado, que siguiera adelante, que tuviera valor, y me alentó para que se lo dijera al presidente. Entonces, en ese momento, don Carlos Aguiar se rió y dijo: ‘Yo ya se lo dije y tuve que pagar un costo político’.»

También en 2008, un mes después del asesinato del comandante Édgar Millán, coordinador general de Seguridad Regional de la Policía Federal, cometido el 8 de mayo en la colonia Guerrero, Ortega Sánchez le confió a este reportero que el móvil fue el dinero del narcotráfico para García Luna:

«¿Sabes por qué mataron a Millán? Él era el recolector con El Chapo, con los Beltrán Leyva, con Tijuana, él era. Ahí donde lo mataron recogía la lana.»

-¿»Recogía la lana» para quién?

-Para Genaro García Luna.

Once años después de esos episodios, en entrevista con Proceso, Ortega Sánchez vaticina que la captura de García Luna en Estados Unidos cimbrará a México, porque en ese país tienen vasta información sobre las complicidades del exsecretario de Seguridad Pública de Calderón con El Chapo Guzmán, pero lo más grave es lo que representó esa complicidad para los mexicanos.

«La protección al Chapo Guzmán es la que desquicia de violencia al país, no la famosa guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico que tanto se ha denunciado», observa Ortega Sánchez, quien afirma que, gracias a García Luna, el narcotraficante se apoderó con violencia de Ciudad Juárez y Tijuana.

«Es una guerra que dura tres años para tomar esas plazas. Esa violencia la causó El Chapo Guzmán por la protección que tenía de García Luna. Ahí está lo grave del asunto. El Chapo incendia nuestro país por la protección que tenía», afirma Ortega quien, desde 2005, señaló a García Luna de darle protección al Chapo, como director de la Agencia Federal de Investigación (AFI) de la PGR.

«El Chapo Guzmán es el narcotraficante del sexenio», declaró al semanario Proceso,­ en febrero de 2005, en alusión a García Luna. «Es evidente que hay una protección (al capo), porque la PGR siempre llega tarde cuando tiene información de dónde se encuentra. Pareciera que es el narcotraficante protegido por las autoridades que tienen obligación de detenerlo».

No sólo fue la declaración: En su carácter de apoderado de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ortega Sánchez se reunió con el procurador Macedo de la Concha, aún en el sexenio de Fox, para denunciar a García Luna como protector de secuestradores.

«Junto con el presidente de la Coparmex, Jorge Espina Reyes, fui a ver a Macedo de la Concha, le entregamos la denuncia por escrito. El general mandó llamar a García Luna, le encargó la investigación sobre el secuestrador Marco Tinoco Gancedo El Coronel y apareció que uno de los protectores era García Luna. Y ahí se paró la investigación.»

Tras hacer denuncias públicas, Macedo de la Concha volvió a recibir a Ortega Sánchez, junto con García Luna y José Luis Santiago Vasconcelos, quien era titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). El procurador le recriminó:

-Es muy fácil que un delincuente señale a quien lo detuvo como su protector para desprestigiarlo.

-Hay que agotar la investigación, general, si hay un señalamiento.

«Y él nos ofreció abrir la investigación, continuarla y, llegara a donde llegara, se valoraría si lo que estaba diciendo El Coronel tenía sustento o no. Después le tomaron otras declaraciones, pero ya no hubo ninguna valoración.»

Al sucesor de Macedo de la Concha, Daniel Cabeza de Vaca, también le informó sobre los nexos criminales de García Luna, ya con información que le confió Santiago Vasconcelos, subprocurador de la SIEDO, como el asesinato de cuatro personas que detuvo la policía ministerial y las entregó a los Beltrán Leyva.

 «A mí me dijo Santiago Vasconcelos: ‘Esas gentes las detuvo la gente de Genaro y se las puso a los Beltrán Leyva para que los ejecutaran y mandaran una señal de que esa plaza era de ellos. Hablé de este asunto con Cabeza de Vaca, al final del sexenio de Fox: ‘García Luna está involucrado, tienes que investigarlo’.»

No sólo no pasó nada con García Luna, sino que por órdenes de éste hubo represalia contra Ortega Sánchez: «Señalaron a mis hijos y a mí como secuestradores y, cuando libramos esa acusación, vino la de lavado de dinero».

Ya como secretario de Seguridad Pública de Calderón, la protección a El Chapo Guzmán -afirma- fue evidente. Por la protección que recibía, y el combate del gobierno a sus rivales, tomó el control de narcotráfico en México.

«En 2006, el ejército sólo entra a Michoacán por los llamados que hace el gobernador Lázaro Cárdenas a Calderón. En 2007 estuvo en paz, pero en 2008 Guzmán incendia al país. Ese es el origen de esa violencia que hoy tanto nos está afectando y de que hoy varias partes del país estén tomadas por las milicias privadas de los grupos criminales, a quienes nadie está enfrentando.»

Añade: «Y todavía en 2011, al ver que no podía conquistar la plaza de Juárez, por la resistencia que estaba haciendo La Línea, le hacen el favor de detener a José Antonio Acosta Hernández, lo detiene la Policía Federal, y con eso termina de tomar la plaza. Esa protección le costó al país sangre, vidas, costó mucho, porque El Chapo se sentía a sus anchas por la protección de García Luna».

-¿Esa protección la dio García Luna sin que Calderón tuviera conocimiento?

-No lo sé. Calderón, con lo que se viene para García Luna, va a tener que dar muchas explicaciones, tanto a las autoridades de Estados Unidos como a nuestras propias autoridades, porque aquí ya le abrieron una carpeta de investigación. Esa explicación la tendrá que dar Calderón. Yo no tengo mayor información que ésta.

Calderón lo sabía todo

«¡Claro que Calderón sabía!», afirma, por su parte, Javier Herrera Valles, jefe de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal, quien envió al entonces jefe del Ejecutivo dos cartas, en febrero y mayo de 2008, con vasta información sobre las relaciones de García Luna y sus más cercanos colaboradores con el crimen organizado.

«Calderón era cómplice de García Luna», insiste el mando policiaco, quien detalla que la información fue también conocida por Juan de Dios Castro, quien era subprocurador de Derechos Humanos de la PGR; por Rodolfo Elizondo, secretario de Turismo, a quienes pidió entregarle al jefe del Ejecutivo la primera carta.

«Traté de hacerla llegar con gente cercana al presidente, conocidos de mis padres en Durango, que fueron panistas toda su vida. Elizondo, en lugar de dársela al presidente se la entregó a García Luna. Y el doctor Juan de Dios Castro me dijo: ‘No lo hagas, te va ir mal, Genaro es gente muy cercana y anda muy consentido del presidente Calderón.»

Para él era importante que Calderón tuviera conocimiento de las relaciones de García Luna: «Yo estaba en calidad de jefe de Seguridad Regional. Se la mandé de una manera muy discreta tratando de que se enterara nada más el Presidente, porque yo ingenuamente pensé que estaba siendo engañado por García Luna, pese a los antecedentes que traía del gobierno de Fox, con todas las corruptelas y omisiones que tenía en la AFI».

Sólo la exdiputada federal Elena Álvarez viuda de Vicencio entregó la carta a Nava -«tengo el acuse de recibo» -, pero la respuesta fue la venganza: «En lugar de atender la denuncia, empieza una persecución laboral, me quitan el cargo, me ponen vigilancia y luego me detienen».

En efecto, luego de enviar otra carta a Calderón que hizo pública, Herrera Valles fue acusado de delincuencia organizada, con base en un testigo y, aunque al final fue absuelto, pasó más de tres años en la cárcel. En cambio, García Luna y sus principales colaboradores fueron protegidos.

«Siempre estuvo protegido, no sólo por el presidente, sino por Medina Mora, que era el procurador general, y utilizaron contra mí a un testigo protegido, un secuestrador detenido en flagrancia», contrasta Herrera Valles.

-¿Por qué Calderón, teniendo conocimiento de lo que García Luna hacía, lo protegió?

-Había muchos millones de dólares. Es un buen argumento para una persona con una codicia desmedida, como Calderón.

-¿Calderón se benefició del dinero del narcotráfico?

-No me consta, pero los hechos indican que sí, porque si a García Luna lo defiende a capa y espada durante seis años con señalamientos no nada más míos, sino de testigos protegidos, de delincuentes como Édgar Valdés Villarreal La Barbie, quiere decir que es cómplice.

«La Barbie afirmó que daba dinero personalmente a Luis Cárdenas Palomino, a Armando Espinosa de Benito, a Facundo Rosas, al mismo García Luna. Desestimaron las acusaciones directas de un capo, ni siquiera para taparle el ojo al macho inciaron una investigación. Calderón es cómplice de García Luna. Ahora se quiere deslindar. No es cierto. Ahí están mis dos escritos de 2008 y todo lo que hubo posteriormente.»

Coincide con Ortega Sánchez: «Este señor, en su afán de lucrar con la delincuencia, atacando a unos y protegiendo a otros, inició con la extrema violencia que hay ahorita en México.»

Clouthier: «Cabrón irresponsable»

Quien en su momento también advirtió de la protección del gobierno de Calderón al cártel encabezado por El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada fue el empresario Manuel Clouthier del Rincón, hijo del candidato presidencial del PAN en 1988.

El 14 de febrero de 2010, aún como dipu­tado federal del PAN, Clouthier hizo una dura crítica a Calderón en la revista Proceso por no hacer nada contra la violencia en Sinaloa, donde se consolidó el modelo de la narcopolítica, y lo hizo enfurecer al llamarlo «cabrón irresponsable».

En la entrevista con el reportero, Clouthier Carrillo dijo que la guerra contra el narcotráfico en Sinaloa no se ha visto. «Se ha golpeado a todos los cárteles y no ha sido proporcional con el de Sinaloa. ¡Eso es evidente! ¡Y si nos preguntan a los sinaloenses, es más evidente!», exclamó.

«Nos va a costar a los sinaloenses generaciones enteras, porque un cabrón irresponsable -y digo irresponsable porque es su responsabilidad- no tuvo el tamaño de hacer lo que le correspondía por mandato.»

Calderón respondió dos semanas después y rechazó que su gobierno favorezca al cártel de El Chapo: «No protegemos ni escudamos ni toleramos a ningún grupo criminal del país, llámese como se llame… De tal manera que esas acusaciones son totalmente infundadas, falsas, fruto, por lo menos, en el mejor de los casos, de un desconocimiento de las cosas, si no es que de otros intereses que otros deben aclarar».

Tres meses después, en mayo, la radio pública de Estados Unidos, NPR, hizo un hallazgo, con base en una revisión de 4 mil comunicados del gobierno de Calderón: El Cártel de Sinaloa era el menos combatido, con 11.64%, mientras que las organizaciones más combatidas eran el Cártel del Golfo y Los Zetas (43.78%).

Tras la captura de García Luna, Clouthier hizo una encuesta en su cuenta de Twitter sobre cómo quedaba Calderón al argüir que nunca supo nada, cuyos resultados compartió el viernes 13 tras la emisión de 18 mil 406 votos: «Opinaron 58% que Felipe es cómplice, mientras que 42% (considera) que Felipe es pendejo».

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