Sin detenciones, ni castigos
Nadie pudo frenar la actividad delictiva del graffiti en el municipio de Puerto Vallarta.
No hay detenciones, mucho menos castigos.
Denuncia ciudadana reveló que los espacios libres están llenos de graffiti, causando daño de imagen del destino icono en el pacifico mexicano.
Total relajamiento de los servidores públicos para hacer frente a los problemas sociales que ocurren en el municipio costero.
En el municipio de Puerto Vallarta, la proliferación de graffiti en los espacios públicos se ha convertido en una problemática que afecta gravemente la imagen de la ciudad.
Este fenómeno, que inicialmente se concentraba en zonas específicas, ha alcanzado un nivel preocupante, extendiéndose por calles, parques, y edificios públicos, deteriorando el entorno urbano y afectando la percepción que tanto habitantes como turistas tienen de este destino turístico.
La situación ha generado un creciente malestar entre los vecinos, quienes señalan que la falta de acción por parte de las autoridades locales ha permitido que el problema se salga de control.
A pesar de las reiteradas denuncias de la ciudadanía y las peticiones de intervención para limpiar y restaurar estos espacios, el gobierno municipal de Puerto Vallarta no ha implementado medidas efectivas para contrarrestar el graffiti.
En los últimos dos años, no se ha registrado ninguna iniciativa significativa por parte de la administración local para frenar el avance de este problema.
La inacción de las autoridades ha llevado a que las zonas más afectadas sean vistas como áreas abandonadas, lo que contribuye a la sensación de inseguridad y al deterioro de la calidad de vida de los residentes.
La falta de respuesta por parte de las autoridades municipales no solo ha permitido que el graffiti continúe esparciéndose, sino que también ha propiciado un ambiente de impunidad para quienes realizan estas actividades vandálicas.
La ausencia de programas de prevención y la escasez de operativos para sancionar a los responsables han sido factores determinantes en la agravación de esta problemática.
Los esfuerzos por parte de algunos sectores de la sociedad civil, que han intentado organizar jornadas de limpieza, se ven frustrados ante la falta de apoyo institucional y la rápida reaparición de las pintas.
En este contexto, la comunidad de Puerto Vallarta se encuentra cada vez más preocupada por el futuro de sus espacios públicos.
La persistente omisión de las autoridades municipales ha dejado una marca negativa en el paisaje urbano, afectando no solo la estética de la ciudad, sino también su atractivo turístico y la convivencia social.
Es evidente que la solución a este problema requiere una intervención decidida y coordinada por parte del gobierno local, que hasta ahora ha mostrado una preocupante indiferencia ante una situación que se agrava día con día.
