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Negligencia y un muy mal manejo administrativo en el área de salud es lo que por lo menos distinguió a la administración del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte. Las evidencias existen y el reto de la autoridad sanitaria es integrar un expediente sólido para las dos demandas que están pendientes de presentación ante la Procuraduría General de la República (PGR) por el hallazgo de medicinas falsas y más de 23 toneladas de productos farmacéuticos caducos.
Julio Sánchez y Tepoz, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), lamentó el incumplimiento de las normas más elementales para garantizar la calidad y seguridad de los medicamentos e insumos adquiridos de manera directa por el estado. Esto ocurrió con las 70 mil pruebas para detección de VIH/sida, por las cuales se pagaron más de 90 millones de pesos y eran falsas.
Pruebas falsas para embarazadas
Sobre este caso, del que ya se presentó la demanda penal correspondiente ante la PGR, lo más grave es que se encontraron 46 mil de tales pruebas. Del resto se desconoce su paradero. El personal de la Cofepris las buscó sin encontrar alguna evidencia.
Lo mejor sería que las hayan tirado o simplemente no se hayan usado, dijo. Eran pruebas asignadas al programa de detección del virus en embarazadas.
En entrevista, el funcionario reconoció que a partir de esta experiencia es necesario reforzar los controles, principalmente en las compras directas que realizan las autoridades estatales.
Por eso, durante el Consejo Nacional de Salud realizado hace unos días en San Luis Potosí, se entregó a los titulares del ramo de las entidades un decálogo con las reglas que de manera estricta se deben seguir para la adquisición de medicamentos.
Lo principal es que cuenten con registro sanitario, licencias de comercialización y que los proveedores sean empresas bien establecidas, así como de experiencia comprobada en el manejo de productos farmacéuticos, entre otras cuestiones.
En el caso de Veracruz, luego de la denuncia del gobernador Miguel Ángel Yunes, personal de la Cofepris y de la Secretaría de Salud estuvieron en la entidad casi un mes, durante el cual hicieron 88 visitas de inspección a unidades médicas, almacenes, laboratorios y empresas.
Se acreditó que en 2011 el gobierno local adquirió 60 frascos del medicamento avastin para controlar el cáncer, de los cuales 20 eran falsos. Se compraron a una empresa distribuidora, Oncopharma, que carecía de la licencia del fabricante –Roche– para poder comercializar la medicina, y además completó el pedido con productos pirata.
Un año antes, una enfermera detectó un frasco sospechoso; fue el primero reconocido así con un dictamen de la farmacéutica Roche, propietaria de la patente de avastin. De todos los frascos, la Cofepris identificó a los responsables de la compra y la forma en que lo hicieron.
Sánchez y Tepoz admitió que durante las visitas, el personal de la Cofepris se encontró con las medicinas caducas, más de 23 toneladas de diferentes áreas terapéuticas, de las cuales no existe ningún registro que explique su situación.
De igual forma, en la búsqueda del tratamiento para el control de cáncer que pudiera ser falso o irregular, los inspectores hallaron las pruebas falsas para la detección de VIH/sida. No íbamos por eso, pero da cuenta de conductas irregulares y cotidianas durante esa administración, señaló el funcionario.