Por Adrián De los Santos
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“No quiero nada, váyanse, váyanse!!!”, Esas fueron las primeras palabras que esta mañana escucharon los elementos de la Policía Municipal al llegar a los terrenos de don Nacho Guzmán, lugar donde está una de las torres de celosías de Comisión Federal de Electricidad, mismas que sostienen los cables de alta tensión con más 15 mil voltios.
Y es que poco después de las ocho de la mañana de este martes, en el 911 se daba a conocer el reporte, en el sentido de que en una de las torres de la CFE, localizada en la avenida México en su cruce con el camino viejo al basurero municipal, una persona del sexo masculino iba escalándola y no parecía ser empleado de la comisión.
Los agentes al darse cuenta de que hace menos de un mes, un sujeto intentó robar una pieza de una de estas torres en la colonia El Progreso, actuaron de inmediato pensando que quizá se trataba de otro intento de robo, es por ello que acudieron de inmediato.
Al llegar a lugar, alcanzaron a ver a un sujeto que estaba parado en la punta de la torres de celosías, por lo que le comenzaron a gritar con el altavoz de la patrulla para que se bajara.
En respuesta aquel sujeto que vestía pantalón de mezclilla y playera en color blanco, les gritó… “No quiero nada…váyanse, váyanse!!”, los agentes al principio pensaban que el sujeto trataba de engañarlos al verse sorprendido en la torres, sin embargo, luego vieron que estaba sentado viendo a lo lejos, se quitó la camisa y abrió de bruces sus manos.
Los agentes entendieron hasta entonces que estaban ante una situación de intento de suicidio, por lo que comenzaron a hablar con la persona quien en todo momento se negó a tener una conversación directa con ellos.
Rápidamente llegaron al lugar los elementos de la Unidad Municipal de Protección Civil, así como elementos del cuerpo de Bomberos a bordo de una ambulancia y bajo el mando de Nelson Juárez, así como una motobomba y una unidad de rescate al mando de Carlos Valadez.
Más tarde llegaba la unidad 69 de Protección Civil del Estado al mando de Iván Quero, quien junto con Carlos Valadez tomaron rápidamente el control de la situación, ordenado la retirada de los agentes para bajar la tensión en el lugar, además de que solicitaron en breve, la presencia del personal de la Comisión Federal de Electricidad, para en caso de ser necesario.
Trataron de entablar una conversación, pero no había respuesta, el joven de 30 a 35 años de edad, tenía su mirada perdida y cual si se trataba de uno de los voladores de Papantla, se paró en lo alto de la torre y miró hacia los puntos cardinales, luego se sentó en un lado, se fue al otro, bajó unos metros y comenzó a balancearse, mientras que abajo la gente se espantaba, los bomberos se ponían alerta y trataba de llamar la atención de la persona hasta esos momentos desconocida.
Cuando apenas habían entablado una conversación, el sujeto se volvió a trepar hasta la parte alta, es decir, a 33 metros de altura, desde donde dejó caer su playera, la cual cayó unos siete a diez metros.
Ese, quizá, sería el pretexto para que comenzara a descender, para ello ya estaban aplicando los primeros auxilios psicológico, Iván Quero demostró que sí puso atención en el curso que en su momento le impartió la Unidad Estatal de Protección Civil, pues logró entablar un dialogo con la persona y desde entonces ya no soltó la plática.
Sacó un teléfono e invitó a la persona a que hiciera una llamada con quien quisiera, para que pudiera expresar su problema o lo que quisiera hacer… “Está bien, marca a este número”, decía el sujeto, al mismo tiempo que dictaba los dígitos de un número de Guadalajara”… “Tú márcale y me lo pasas”, decía con tono de orden al oficial Iván Quero, quien le indicó que bajara por el teléfono para que hiciera la llamada, “Oye pero con quién hablo, quién le digo que eres”, le gritaba el experimentado paramédico… “Es Enrique, vas a hablar con Enrique… yo soy David”.
Gracias a esa conversación, los paramédicos ya sabían el nombre el aferrado suicida, quien poco a poco comenzó a bajar, dando el espectáculo a la gente que ya estaba en el lugar sin perder detalle de lo que sucedía, todos apuntaban sus cámaras hacia a torre donde estaba la persona, nadie quería perderse detalles, algunos transmitían en vivo y no hablamos de representantes de medios de comunicación, sino de curiosos que llegaron a “quemarse” lo que sucedía en vivo y a todo color.
El paramédico logró comunicarse con Enrique, por lo que al saber David que ya lo tenían en la línea, lograron hacer que éste bajara, le dieron el teléfono con un “bien y tú?” como si le hubieran preguntado “Cómo estás”.
David comenzaba a observar en los alrededores, pero no dejaba de llamar, poco a poco se fue caminando, alejándose de todos, como esperando una oportunidad para echarse a correr, pero para eso ya estaban elementos de la Policía Investigadora, el agente del Ministerio Público de asuntos de alto impacto, así como agentes de seguridad pública que rápido llegaron y lo detuvieron.
Tranquilo, sin oponer resistencia, entregó el teléfono al paramédico, quien le preguntó su nombre y este dijo llamarse David León García, por lo que fue sacado del potrero y entregado a los agentes de otra patrulla que lo llevaron a Seguridad Pública en donde personal médico hablaría con él para saber el motivo por el cual había intentado quitarse la vida de este modo, o si solo quiso llamar la atención para poder hablar con Enrique, de quien ya no se supo qué relación tiene con David.
