Por Adrián De los Santos
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La tarde de del viernes la banda de los “poncha llantas” intentaron hacer de las suyas, pero en esta ocasión, gracias a la valentía de una mujer, se fueron con las manos vacías.
De acuerdo con lo que la mujer manifestó, al filo de las 13:30 horas acudió a una sucursal bancaria ubicada en las inmediaciones de Plaza Las Glorias, en donde realizó un retiró de dinero en efectivo, sin especificar la cantidad.
Dijo la mujer que luego de haber salido del banco, caminó hasta donde había dejado estacionada su camioneta y en ese momento todo estaba normal, por lo que se subió la encendió y emprendió su camino con rumbo a su destino.
Luego de que avanzó unos metros, la mujer se dio cuenta que la llanta trasera del lado derecho estaba ponchada y al darse cuenta de ello, rápido recordó que los delincuentes tienen tiempo usando esa técnica para robar a sus víctimas, por lo que no se detuvo y valientemente, arriesgando su camioneta y a ella misma, siguió su camino hasta llegar al módulo de policía ubicado en Fluvial Vallarta, en donde pidió la ayuda de los agentes.
Según dijo, en el trayecto notó por lo menos una camioneta y un coche que la iban siguiendo e incluso, uno de ellos le hacía señas de que se detuviera para ayudarla, sin embargo, ella los ignoró y siguió avanzado hasta llegar con los oficiales en Fluvial.
Cuando elementos policiales escucharon lo sucedido, rápido se encargaron de buscar a algún vehículo sospechoso en las inmediaciones de Fluvial Vallarta, pero desafortunadamente, debido a las pocas señas que la mujer dio, no pudieron encontrar a los ladrones.
Al revisar la llanta los agentes confirmaron que tenía incrustado un pedazo de metal hueco que es distinguido por ser los que usan los ladrones para ponchar las llantas de sus víctimas y luego robarlas.
Ante tal situación los agentes se encargaron de ayudar a la mujer a cambiar la llanta, al tiempo que esperaban a familiares de la misma que ya iban en camino para apoyarla a llegar a su destino con el dinero, siendo de esa manera que gracias a la valentía y astucia de la mujer, los ladrones se fueron con las manos vacías.
