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JPMorgan redujo su estimado de crecimiento económico de México para 2017 a 1.3 por ciento desde el 1.8 por ciento que pronosticaba un mes atrás y para el 2018 lo recortó a 2.2 desde 2.4 por ciento.
La reducción del estimado de la institución responde a la gran exposición de México a una política comercial más proteccionista de Estados Unidos, el agrio sentimiento para los negocios y la inflación por arriba de lo esperado, según JPMorgan.
El peso que tienen las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos -equivalente a una cuarta parte del PIB-, la expectativa del ingreso de menores flujos de inversión extranjera directa -a 22 mil millones de dólares este año comparado con los 30 mil millones de los dos años atrás- y el repunte de la inflación -a un nivel de 5.4 por ciento desde 3.4 por ciento en 2016-, son parte de los factores que explican el menor crecimiento económico esperado para este 2017, añadió.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México creció 2.3 por ciento en 2016.
El Banco de México prevé que la economía mexicana crezca en 2017 en un rango de entre 1.5 y 2.5 por ciento, en tanto que la previsión de la Secretaría de Hacienda es de un rango de 2 – 3 por ciento.
El jueves, Moody’s también recortó su proyección sobre el crecimiento del PIB del país a 1.4 por ciento este año y un 2 por ciento en 2018, en comparación a las estimaciones de crecimiento de 1.9 por ciento y 2.3 por ciento, respectivamente, emitidas por la firma en noviembre.
“El sentimiento deprimido para los negocios ya estaba incluido en nuestra previsión, pero las encuestas han seguido deteriorándose, en particular las que se refieren a los planes de gasto de capital”, expone JPMorgan en su informe sobre la economía de América Latina.
Además de una inversión más débil que la esperada anteriormente, la confianza de los consumidores está en un nivel histórico bajo, por un fuerte aumento de la inflación que ya ha llevado al crecimiento de los salarios reales a un territorio negativo, lo que sugiere que el consumo privado, impulsor del crecimiento el año pasado, sea moderado.
Las perspectivas sobre la paridad cambiaria señalan un peso que se mantendrá estable en niveles de 22.50 a partir del tercero y cuarto trimestre, para cerrar en marzo en 21.25 unidades por dólar.
El informe sobre la situación económica de Latinoamérica, también identifica factores estructurales que limitan la expansión económica y señala el letargo en el gasto en infraestructura, la calidad de las instituciones y un gasto en educación que no logra entregar dividendos según lo demuestran las posiciones que estos países alcanzan en las tablas globales de competitividad del Foro Económico Global.