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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La violencia que se vive en México no tiene su origen en el ámbito electoral. “La violencia estaba ahí antes de las elecciones, no la provocaron las elecciones, más bien las elecciones se desarrollaron en un contexto de violencia”.
Así lo señaló el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, y presumió que el sistema nacional de elecciones, que tuvo su origen en la reforma electoral de 2014, superó con éxito su primera elección presidencial.
“Las elecciones federales de 2015 y locales de los años subsecuentes fueron el marco en el que se pusieron a prueba las normas electorales y las capacidades de la autoridad electoral, un aprendizaje valioso de cara al proceso electoral de 2018”, abundó.
En el Auditorio Raúl Baillères del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el consejero presidente del INE expresó que las elecciones del pasado 1 de julio son el resultado de una evolución del sistema electoral que actualmente se encuentra sobrecargado de supuestos y funciones, lo que, en ocasiones, en vez de abonar a la certeza, vuelve complicada su comprensión por parte de la ciudadanía.
Añadió: “Organizar una elección e instalar más de 156 mil casillas en el contexto de rispidez política y violencia en el que se desarrollaron las elecciones fue posible gracias a la apropiación de la ciudadanía”.
Según Córdova, en el INE preveían que no iba a ser sencillo convocar a las y los ciudadanos a participar, “y nuestra sorpresa mayúscula fue que las y los ciudadanos se apropiaron de la elección. Desde los primeros 30 días de la capacitación teníamos a más del doble de los ciudadanos que necesitábamos y que estaban dispuestos a operar las casillas. Los grandes héroes de la elección fueron las y los ciudadanos”, recalcó.
Finalmente, indicó que entre los avances más notorios del proceso electoral de 2018 destaca la civilidad de los candidatos a la Presidencia de la República, quienes reconocieron el mismo día que las tendencias de votación no les favorecían.
“En 2018 aprendimos que el voto ya no sirve únicamente para designar a los representantes, sino que se convirtió en un instrumento para que la ciudadanía cada vez más informada exija o sancione a las y los gobernantes. El voto libre y no el dinero público o privado es el que define el resultado de la contienda electoral”, concluyó.