Una autoestima alta puede permitirte tener confianza en ti mismo y tomar mejores decisiones ante conflictos de acuerdo a especialista en psicología
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La Psicología define a la autoestima como la percepción que una persona tiene de su propio valor y capacidades, la cual se forma a partir de una combinación de factores internos, como las creencias personales y el autoconcepto, y factores externos, como las experiencias de vida y la retroalimentación de otros. Esta valoración influye en la manera en que las personas se enfrentan a los desafíos diarios y en cómo se relacionan con los demás.
Diversos estudios como “Autoestima, teorías y su relación con el éxito personal” publicado por la Universidad Alvart han demostrado que las personas con alta autoestima tienden a sentir confianza en sí mismas, a establecer metas más ambiciosas y a mantener relaciones más positivas. Por el contrario, una baja autoestima puede llevar a sentimientos de inseguridad, ansiedad y dificultades en las relaciones interpersonales.
Según información del sitio Psicología Monzo de la psicóloga, Adhara Monzó Calero, de la Universidad de Valencia incluso aspectos simples como algunas frases que utilizamos cotidianamente pueden reflejar señales importantes sobre la confianza que tenemos en nosotros mismos ligados a nuestro nivel de autoestima, identificarlas puede ayudarnos a conocernos mejor.
¿Cómo saber si tengo autoestima alta?
De acuerdo a un artículo de la especialista en psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, Ana Mª Bastida de Migue, las personas que tienen una autoestima alta son personas seguras de sí mismas que tienen la capacidad de vivir y disfrutar de su vida de una forma sana y equilibrada, manteniendo una actitud positiva ante los desafíos y los distintos retos que se les presentan.
Una autoestima alta refuerza la estabilidad mental, ayuda a tomar buenas decisiones y previene muchos trastornos relacionados con la ansiedad, fortalece y desarrolla la seguridad y, además, nos sentiremos más preparados/as para afrontar los retos que nos propone la vida.
La doctora en psicología clínica por la Universidad de Harvard, Cortney Warren, explica en su libro “Lies We Tell Ourselves” (Mentiras a nosotros mismos) como algunas frases cotidianas pueden dar señales de una autoestima alta como lo son: “Déjame pensar en eso antes de responder”, “No me siento cómoda/o con eso”, “Esto es lo que soy y estoy orgulloso de ello”, “Trabajaré en eso” y “No”.
Las frases anteriores se relacionan con respuestas determinantes en situaciones difíciles, en las que una persona con alta autoestima tiene la confianza suficiente para comunicar cómo se siente priorizando su bienestar. También tienen que ver con la autocrítica la cual debe ser moderada y objetiva.
Estrategia para mejorar la autoestima
Según el sitio especializado Psicología y Mente, los problemas de autoestima pueden ser tratados acudiendo a terapia y con ciertas estrategias para estimular la percepción personal.
Uno de los pasos iniciales para fortalecer la autoestima es establecer objetivos realistas. Según el sitio, fijarse metas demasiado ambiciosas puede generar frustración y, en consecuencia, disminuir la autoestima. La clave está en evaluar nuestras capacidades y recursos antes de proponernos alcanzar ciertos objetivos, asegurándonos de que sean alcanzables con el esfuerzo y los medios disponibles.
Otro aspecto crucial es evitar las comparaciones con los demás. Compararse constantemente con otras personas puede llevar a un ciclo de insatisfacción y competencia que impide disfrutar de los logros personales. En lugar de medir el éxito en función de los demás, es importante centrarse en el progreso individual y en las metas personales.
Además, es esencial reconocer y valorar las propias cualidades. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre los logros y méritos personales puede ser un ejercicio poderoso para mejorar la percepción de uno mismo. Este reconocimiento interno ayuda a construir una imagen más positiva y realista de nuestras capacidades.
El ejercicio físico también juega un papel importante en el fortalecimiento de la autoestima. La actividad física regular no solo mejora la salud física, sino que también tiene efectos positivos en el estado de ánimo y la percepción personal. Por último, ser asertivo en las interacciones sociales puede ayudar a establecer límites saludables y a expresar las propias necesidades de manera efectiva.