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Google, Amazon, Facebook, Apple y otros gigantes de la tecnología enfrentan guerra de varios frentes.
Se les acusa de transgresiones como la venta de avisos publicitarios a oscuros grupos rusos que intentaron influir en las elecciones presidenciales de EU, pagar menos impuestos, destruir empleos y tolerar el acoso sexual y la disparidad de género. Las denuncias provienen de la izquierda y la derecha, abogados antimonopolio, autoridades fiscales, especialistas en privacidad, expertos en seguridad nacional y defensores de la diversidad. Y a esto se suman las batallas en curso sobre privacidad y ciberseguridad.
En poco más de una década, Apple, Alphabet (la empresa matriz de Google), Facebook y Amazon.com se unieron a Microsoft Corp. en el pináculo del capitalismo: conforman las cinco compañías más grandes de EU. Las firmas niegan haber violado las leyes y dicen que cualquier error es solo un producto de su crecimiento. Facebook, después de todo, fue creada apenas en 2004, y ahora cuenta con más de 2 mil millones de usuarios mensuales activos.
Pero para los críticos menos indulgentes, los gigantes utilizan su dinero y fuerza de mercado para eludir las leyes y las normas sociales y socavar la democracia. Estos son los frentes:
LIMITAR SU CRECIMIENTO
Críticos que van desde Elizabeth Warren, senadora demócrata por Massachusetts, y Steve Bannon, exestratega en jefe del presidente Donald Trump, dicen que Alphabet y Facebook deberían estar regulados como servicios públicos.
La Unión Europea multó a Google con 2 mil 400 millones de euros (2 mil 800 millones de dólares) en junio por abusar de su dominio del motor de búsqueda al favorecer su propio servicio de compras sobre los competidores. En 2013 la Comisión Federal de Comercio de EU declinó presentar cargos similares contra Google, pero en noviembre el fiscal general de Missouri dijo que estaba investigando si Google violó los compromisos que contrajo con la Comisión.
REGULAR SU CONTENIDO
Senadores estadounidenses de ambos partidos impulsan la llamada Ley de Anuncios Honestos, que exigiría la divulgación de información sobre anuncios políticos pagados en línea de modo que los usuarios sepan qué es lo que están viendo y quién lo pagó.
La Unión Europea pide que las compañías hagan más para bloquear la propaganda y el discurso de odio, mientras que la premier británica, Theresa May, ha lanzado una idea similar según la cual las compañías de internet serían tratadas como organizaciones de noticias, haciéndolas responsables de eliminar rápidamente material terrorista.
Las compañías, e incluso algunos libertarios civiles, se preocupan de que estos esfuerzos se transformen en un impulso para frenar la libertad de expresión o dar a los regímenes autoritarios un pretexto para acabar con la disidencia.
ELEVAR SUS IMPUESTOS
En 2016, la Unión Europea impuso un impuesto retroactivo de 13 mil millones de euros (15.3 mil millones de dólares) a Apple. Un año después, dio a Amazon una multa de 250 millones de euros. Según las autoridades europeas, Apple pagó una tasa en Irlanda del 0.05 por ciento en 2011, por ejemplo, mientras que Amazon logró un acuerdo con Luxemburgo que le permitió evitar impuestos sobre más de las tres cuartas partes de las ganancias que obtuvo de sus ventas en Europa durante ocho años. Apple está apelando la decisión y Amazon considera hacer lo mismo.
Para terminar con prácticas que han ayudado a las tecnológicas a minimizar su pago de impuestos, los líderes de la UE están considerando una gama de opciones; se espera una propuesta formal a principios de este año.
PROTECCIÓN DE EMPLEOS
Una encuesta del Pew Research Center halló que 72 por ciento de los consultados en EU se preocupa por el efecto de la automatización en los empleos, más del doble de quienes dijeron que estaban entusiasmados con un futuro en el que computadoras y robots desempeñan trabajos que los humanos ahora poseen. Esas opiniones están aumentando las presiones sobre los funcionarios para mejorar la seguridad social con un ingreso básico garantizado, por ejemplo, o mayor regulación a tecnológicas.
Uber ha visto su servicio suspendido en ciudades alemanas y en Londres, en parte debido a la preocupación por la pérdida de trabajos de taxistas. En las próximas décadas, tales parecerán minúsculas frente a las que se espera que causen los automóviles y camiones sin conductor.
CLUB DE ‘TOBY’
Los gerentes y directores de los titanes tecnológicos también están lidiando con un sinfín de problemas de diversidad de género. El cofundador de Uber, Travis Kalanick, renunció en junio después de que una investigación revelara que los altos ejecutivos ignoraron una atmósfera de hostigamiento contra las mujeres. Google enfrenta una demanda del Departamento de Trabajo de EU que alega que su estructura de compensación discrimina a las mujeres.
En una encuesta de 2016, las mujeres ocuparon alrededor del 21 por ciento de los trabajos técnicos, que incluyen hardware, software, servicios de información y consultoría, en 60 de las empresas más grandes de EU.