Por Mauricio Lira Camacho
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Grafitearon, pero ya limpiaron.
Es la misma historia. Empleados del ayuntamiento de Puerto Vallarta, limpiaron de graffiti el inmueble del faro mirador ubicado en el centro de este destino.
No transcurrieron 48 horas siquiera, para que el reporte fuera atendido de manera oportuna, en beneplácito de los ciudadanos que viven en el primer cuadro del puerto.
Quienes siempre critican que este tipo de espacios lucen maltratados, demandan la presencia de un elemento de planta de la propia corporación de la policía o policía turística.
De esta forma, aducen que quienes realizan el graffiti, lo pensarán quizá dos veces.
Vecinos de la zona lamentan que se den este tipo de situaciones, cuando en el centro bien que mal hay una afluencia masiva de turistas sobre todo extranjeros que son llevados por los guías para que deleiten de los atractivos que hay en la zona.
Lamentablemente, existen de igual forma personas, principalmente jóvenes quienes no respetan los lineamientos para este tipo de estructuras, que son mostradas a los visitantes como parte de atractivos que necesita esta parte del puerto.
Puerto Vallarta vive del turismo nacional e internacional por ello es primordial mantener en buenas condiciones cada uno de los atractivos con los que se tiene. Es importante mencionar que el problema social que genera el grafiti, es general en muchas de las estructuras a lo largo y ancho de la ciudad.
Edificios públicos, gubernamentales, de organismos paraestatales, de representación estatal , federal, escuelas y paredes son objeto de este lacerante delito, que no es castigado con todo el rigor.
Se ha tratado de un desgaste constante de la autoridad en turno para erradicar el graffiti de la ciudad.
Se denuncia cuando una estructura de esta naturaleza resulta dañada, se reporta y se actúa, pero al poco tiempo se incurre en la misma falta.
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