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El narcotraficante Jesús ‘El Rey’ Zambada García reveló este jueves en el juicio contra Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Nueva York que el acusado se convirtió en un objetivo principal de las autoridades tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en Guadalajara, en 1993.
Según Zambada, pese a que los hermanos Ramón y Benjamín Arellano Félix ejecutaron el asesinato de Posadas Ocampo, las autoridades se concentraron en apresar a Guzmán, quien debido a esa persecución debió exiliarse en Guatemala, donde fue arrestado en 1993.
En el tercer día del juicio a Guzmán en la corte del distrito este de Nueva York, que inició de manera formal este martes, y en la segunda jornada consecutiva en que Zambada fue interrogado por fiscales, el testigo describió varias instancias en que el acusado huía de autoridades que trabajaban en su captura.
Hermano de quien es considerado junto con Guzmán el líder del cártel de Sinaloa, Ismael ‘El Mayo’ Zambada, el testigo dijo que tras varios intentos legales de liberarlo de la prisión en México, Guzmán escapó finalmente en 2001, luego de lo cual vivió varios días como fugitivo, hasta que fue rescatado en un helicóptero y transportado a la ciudad de San Juan del Río, en Querétaro.
Guzmán evitó asentarse en el estado de Guerrero, porque autoridades lo buscarían en ese sitio, además de que el rescate por helicóptero sucedió porque “fuerzas militares especiales” estaban a punto de apresarlo en un lugar que Zambada no determinó.
Al mismo tiempo que la presión de autoridades sobre Guzmán se había intensificado, Zambada relató cómo mediante la ayuda de agentes que “trabajaban” para él, el acusado mantuvo su libertad por varios años hasta su segunda captura.
Zambada, quien se confesó culpable de tres cargos tras su extradición a Estados Unidos, por los que podría enfrentar cadena perpetua, declaró que ‘El Mayo’ le había pedido que se mantuviera al tanto de información de autoridades sobre una posible recaptura de Guzmán.
El testigo señaló que entonces consultó con “amigos militares, de la PGR (Procuraduría General de la República), PFP (Policía Federal Preventiva) y de Inteligencia” sobre posible información que tuvieran sobre Guzmán.
Durante el proceso, Guzmán -ataviado con un traje y una corbata azul- miraba con atención a Zambada, prácticamente sin moverse. En las pausas del juicio, ambos intercambiaban miradas.
Debido a una falla eléctrica, el juicio fue suspendido este jueves durante su trayecto final. El lunes será reanudado con Zambada aún fungiendo como testigo de la fiscalía. Una vez que esa ronda de preguntas termine, será interrogado por la defensa de Guzmán.