Puerto Vallarta se distingue por su gente de trabajo y esfuerzo, siendo los diferentes ejidatarios de este municipio una importante muestra de ello, al ser una parte esencial no solamente de la construcción de lo que hoy es este importante destino turístico, sino también al contribuir al bienestar de su comunidad como instituciones sociales y de producción.
Los ejidos surgieron como un modelo de propiedad social de la tierra emanado de la Constitución de 1917, que se instauró en todo el territorio nacional para beneficio de millones de campesinos.
De acuerdo con el cronista de la ciudad, el profesor Juan Manuel Gómez Encarnación, fue el 5 de diciembre de 1929 cuando tuvo origen en este municipio el primer ejido, siendo este el ejido Puerto Vallarta, y a partir de 1936, durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río, se fundaron los otros 14 núcleos ejidales con que cuenta el puerto.
Entre los ejidos fundados en 1936, se encuentran el de Las Palmas e Ixtapa, en tanto que el ejido Coapinole nace el 5 de septiembre de 1937, recibiendo una ampliación de tierras el 5 de octubre de 1938, por mencionar a algunas de estas organizaciones.
Todos ellos, constituyeron un importante motor para la comunidad vallartense, pues gracias a la donación de terrenos para nobles causas como la salud, la educación, la traza urbana y los panteones, hoy las familias pueden hacer uso de estos espacios esenciales para su desarrollo y bienestar.
Un ejemplo palpable, es la donación de alrededor de 10 hectáreas realizada por el ejido Ixtapa para el establecimiento del Centro Universitario de la Costa, la primera institución pública de educación superior, entre otras acciones importantes que cuentan con el apoyo de todos los ejidos.
