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ROMA (apro).- La congregación católica de la Legión de Cristo hizo pública este jueves una nota en la que, sin dar detalles sobre qué acciones concretas llevará adelante para compensar a las víctimas de abuso sexual, admite que no “ha estado a la altura” de su misión y expresa nuevamente sus remordimientos por lo sucedido.
El comunicado llega una semana después de que un grupo de exlegionarios abusados por el controvertido fundador de la Legión, el difunto cura pederasta Marcial Maciel, reveló que no han sido compensados por los daños que el grupo les ha ocasionado.
“Nos hemos hecho más conscientes de las heridas que, sin mala intención, nos hemos provocado unos a otros, a nivel personal e institucional”, escribieron los Legionarios.
“El primer paso en el proceso es reconocer que todos tenemos heridas y que también hemos hecho daño a otros”, continuaron en la nota que fue difundida al término de la Asamblea General Extraordinaria de 2018 de la organización, cuyos trabajos concluyeron ayer.
“Reconocemos que no siempre las ramas hemos sabido responder a la altura de lo que se esperaba de nosotros y dar testimonio cristiano”, precisó la nota, firmada por la cúpula de la Legión, entre ellos por Eduardo Robles Gil, el líder del grupo.
Se trata de una intervención que organizaciones de exlegionarios y de víctimas de abuso sexual han tachado de hipócrita y poco contundente, al no hacer una referencia explícita a las víctimas y a los pasos a seguir para que los abusados se vean reconocidos en su condición de personas que han sido sometidas a vejaciones que se perpetraron dentro de la Legión.
“Lo que es patente es que, a pesar de habérseles hecho llegar nuestro ‘manifiesto’, a cada uno de los miembros del Capítulo, ninguno se dio por enterado y el tema de las víctimas no se tocó para nada y brilló por su ausencia”, dijo a Apro Antonio Pérez Olvera, uno de los primeros denunciantes –hace más de 20 años– de los abusos que se cometían en esta congregación originaria de México.
Mensaje sin sustancia
“Está muy bonita la carta [de la Legión]pero, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones, no dicen nada de cómo van a reparar por el daño provocado. Falta la substancia”, añadió.
En esta línea, Pérez Olvera puso como ejemplo una reciente misiva dirigida a él y a Alejandro Espinosa, otra víctima, y firmada por el legionario español Juan Sabadell Riera, uno de los integrantes de la Asamblea legionaria que acaba de concluir.
“En febrero de este año, Sabadell nos envió, a Alejandro y a mí, una carta muy bien redactada en la que también me pidió perdón por haber sido cómplice de los maltratos que sufrimos por haber revelado esos abusos que luego se revelaron ciertos”, contó.
“Sin embargo, en ningún momento, [Sabadell] dijo que, dado que él tiene voz y voto, iba a intervenir, a poner en la agenda el tema. Por eso, le contesté que no hay perdón perfecto si no existe reparación del daño. Eso es lo que dicta el derecho en todo el mundo”, afirmó.
“Nosotros no vamos detrás de la compensación económica pero es la justicia”, agregó.
Todavía sin cita
Además de ello, Pérez Olvera y José Barba Martín, el otro exlegionario que firmó la carta de denuncia divulgada hace una semana, también han revelado que desde la Legión aún no se han puesto en contacto con ellos para fijar un encuentro, pese a que así lo prometieron hace una semana.
“Ellos no se han puesto en contacto y no se van a poner en contacto. Porque si ellos nos hacen caso, se les va a venir en cascada la reparación de daños de tantas víctimas que han causado. Y le tienen pánico a eso, porque ellos le ven todo a través del dinero”, dijo Pérez Olvera.
A las críticas de ambas víctimas también se ha sumado una ola de reproches provenientes de otros colectivos de exlegionarios que también rechazan las acciones de la Legión al considerarlas limitadas y de fachada, algo que se toma también vinculado a la protección de la que todavía siguen gozando dentro de El Vaticano.
¿Una federación?
Además de este mensaje, la Legión también difundió este jueves el resultado de sus debates en el marco de la Asamblea Extraordinaria, una reunión convocada para decidir sobre el futuro de la Legión y, sobre todo, su brazo seglar, Regnum Christi.
De acuerdo con esta documentación, dentro de la Legión se considera que el forzoso proceso de refundación exigido a los Legionarios –tras la condena pública de su fundador por parte de Benedicto XVI, en 2010– ha llegado a su tramo final.
“Esta Asamblea se enmarca en el tramo final de un largo camino en el que hemos sentido la guía maternal de la Iglesia”, se lee, en el comienzo del “Mensaje de la Asamblea General Extraordinaria de 2018 a los miembros del Regnum Christi al término de la primera sesión”.
De acuerdo con el mismo, al final de esta reunión –a la que le seguirá otra que se celebrará en noviembre–, la hipótesis que ha alcanzado mayor consenso es la que opta por aglutinar a las distintas ramas del grupo en una federación.
“(Se) ha aceptado la figura de la federación como vehículo canónico para unir las tres ramas y asociar a los laicos del Regnum Christi individualmente”, escribieron los Legionarios, sobre esta propuesta de nuevo modelo jurídico para la Legión.
“Sin embargo, se orientó mayoritariamente hacia una federación que se dedique principalmente a la coordinación de esfuerzos, con obras confiadas ordinariamente al gobierno de una de las ramas consagradas y con órganos de presidencia colegiados”, continuaron.
Dicho esto, los Legionarios admitieron que todavía falta camino a recorrer para determinar cuál sería el nuevo “carisma” del grupo, un requisito exigido a todas las congregaciones religiosas de la Iglesia católica.
“Los delegados constataron que estos textos aún requieren de reflexión y ulteriores ajustes para expresar del mejor modo posible el carisma común”, se lee en la nota de la Legión.
Con ello, el modelo federalista propuesto será nuevamente abordado en la próxima Asamblea y en el Capítulo de los Legionarios, dos reuniones previstas para noviembre de este año. Tras ello, si se llega a un consenso definitivo, los nuevos Estatutos deberán ser entregados a El Vaticano para que el Papa los apruebe de manera definitiva.