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Los Pinos: se esfumó la obra pictórica

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El 24 de noviembre de 1994, en la última semana de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la Oficina de la Presidencia de la República adquirió Memorias, óleo sobre madera con un marco tallado de cedro rojo.

La obra, de Rafael Cauduro, mide 1.84 por 4.59 metros y desde la fecha de su adquisición hasta mayo de 2017 permaneció en alguna de las estancias de la oficina de la Presidencia de la República.

Con el número 1035 de un inventario que consta de más de 24 mil registros, ésta es una de las decenas de piezas que no formaban parte de las colecciones del Instituto Nacional de Bellas Artes, los acervos de los museos o el fondo de la Secretaría de Hacienda.

Dos registros consecutivos del inventario, el 1036 y el 1037, dan cuenta de dos pinturas relativas a la Batalla del 5 de Mayo, fechadas en 1882. Ambas superan el metro cuadrado. La obra de Cauduro tuvo un costo de 163 mil 636 pesos en 1994; los otros dos superaron los 118 mil pesos en 2005.

No están en Los Pinos y no figuran en los registros de la entrega-recepción de la excasa presidencial, cuyo equipo fue consultado por Proceso. Siguiendo la secuencia del inventario, desde el mencionado cuadro con registro 1035 y hasta el 1045 se cuentan en total tres pinturas, una litografía y seis esculturas, objetos que se mantuvieron ahí varios sexenios, hasta esta ocasión.

Prácticamente no hay área de la exresidencia oficial, excepto las dedicadas a trabajos manuales, que careciera de algún tipo de obra de arte inventariada como adquisición y no como comodato, préstamo o donación entre entidades de gobierno.

El arte que debería estar en Los Pinos sencillamente no está. Aunque es posible ver un cuadro de Luis Nishizawa, en las estancias de las casas que componen el conjunto otrora presidencial no fue posible observar las 33 piezas adquiridas por Carlos Salinas de Gortari para integrar la colección de Los Pinos.

Dicha colección contiene obras de Francisco Toledo, Gustavo Aceves, Enrique Canales, Miguel Castro Leñero, Rafael Cauduro, Alejandro Colunga, Rafael Coronel, Roberto Cortázar, José Luis Cuevas, José Chávez Morado, Beatriz Ezban, Manuel Felguérez, Julio Galán, Vicente Gandía, Luis García Guerrero, Gunther Gerzso, Lauro López, Luis López Loza, Rodolfo Morales, Sylvia Ordóñez, Vicente Rojo, José Luis Romo, Ignacio Salazar, Susana Sierra, Juan Soriano, Eduardo Tamariz, Humberto Urbán, Cordelia Urueta, Ismael Vargas y Germán Venegas.

Si bien pueden apreciarse algunos cuadros, no necesariamente en todos los casos corresponden a los firmantes de la exigencia a Alejandra Frausto, secretaria de Cultura. Por ejemplo, una serie de pinturas de volcanes que están en la residencia Lázaro Cárdenas llevan la firma de un artista apellidado Estrada.

El pasado jueves 13 los artistas le pidieron a Frausto que diera detalles sobre el paradero de las obras de las que son autores. Hasta ahora, la información ha sido escueta.

Los presidentes

En la sala de gabinete de la casa Miguel de la Madrid, los presidentes de México atestiguan desde sus lienzos las populosas visitas. Hay que recorrer la casa para observar que hasta Enrique Peña Nieto alcanzó a colgar su pintura, con la misma oportunidad que lo hizo en la Avenida de los Presidentes, donde se yergue como última estatua de inquilino sexenal.

En esa sala de gabinete, Vicente Fox se aseguró su permanencia en Los Pinos, pues fue durante su gobierno que adquirieron los cuadros de los presidentes, de Plutarco Elías Calles hasta el propio guanajuatense. Son pinturas que no
desaparecieron.

Lo que no se observa por ninguna parte del recorrido por las tres casas de la hoy exresidencia oficial son las esculturas del Escudo Nacional y los bustos en bronce de Benito Juárez.

Sin embargo, la secretaria de Cultura y la Oficina de la Presidencia de la República plantearon que no será sino hasta principios de enero cuando se dé a conocer esa información.

Inclusive, López Obrador, en su habitual conferencia matutina, dijo el jueves 20 que pediría esperar, porque no quería “escándalos”.

Para entonces, la Secretaría de Cultura había dado a conocer parte de las obras que fueron regresadas a sus áreas de adscripción y que, por primera vez, contradicen la versión oficial, que hasta 2017 declaró inexistencia de información al pedir la lista de obras, conforme a la solicitud 0210000037317.

La cantidad de obras de arte alojadas en las estancias presidenciales dan cuenta de la inmensidad en la que los presidentes vivieron.

En 2014 la Oficina de la Presidencia consiguió 20 obras de distintos museos. Ese mismo año se consiguieron otras seis del Museo Nacional de Arte, mientras que en 2017 se solicitó una más, La fuerza del espíritu, de Roberto Álvarez Madero.

Las paredes de la residencia oficial lucieron algún día con piezas de José María Velasco, Joaquín Clausell y Juan de Mata Pacheco.

Hasta el jueves 20 el asunto era una incógnita e inclusive López Obrador pidió cautela a su equipo: “No se sabe si las entregaron a los fondos, porque muchas de las obras de arte que están en las oficinas públicas pertenecen al patrimonio de Hacienda. Entonces no se sabe si se entregaron. Eso se está viendo. En su momento se va a saber”.

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