ROMA.
Un restaurante de la cadena de comida rápida McDonald’s abrió cerca de la Ciudad del Vaticano y de la Plaza de San Pedro, pese a la oposición de varios cardenales y restauradores del barrio.
Angelo Tosti, propietario del restaurante Marcella, situado del otro lado de la calle, dijo con ironía: “¡estoy maravillado de que el Papa se exprese contra las multinacionales y hayan alquilado luego un local del Vaticano! Eso arruina a toda la zona”.
Abierto el viernes en medio de la mayor discreción, el establecimiento del gigante estadunidense de la comida rápida, dotado de una apariencia sobria, ya estaba lleno a reventar ayer.
Ocupa un pequeño ángulo entre un grupo de casas, alquilado por APSA, administrador de los bienes inmobiliarios del Vaticano. En el grupo de casas viven muchos cardenales y hay algunas embajadas ante la Santa Sede.
Cuando uno viene a Italia debería comer cocina italiana y cuando viene a Roma cocina romana”, dice Angelo, mostrando todas las especialidades de su carta, desde pastas carbonara hasta alcachofas a la romana.
Pero para Brooke, joven turista australiano apresurado, que acaba de salir del McDonald’s con una hamburguesa de pollo en una bolsa de papel, “¡eso es más rápido que en el restaurante y está cerca de las atracciones
turísticas!”.
Las protestas llegaron a su máximo nivel en octubre, impulsadas por una asociación de defensa del barrio histórico que rodea al Vaticano.
La asociación temía la desaparición de “la identidad de la zona”, ya invadida por muchas tiendas de baratijas y puestos de comida rápida.
Es una decisión perversa y controvertida”, afirmó el cardenal Elio Sgreccia, en entrevista a La Repubblica, diario que calcula el alquiler mensual en 30 mil euros.
Según el diario, otro cardenal furioso escribió al Papa para pedirle su intervención en el caso.