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Viernes 1º de febrero de 2019, Nueva York. “No tienen que dejarse llevar por el mito de El Chapo”, declaró la defensa al jurado al denunciar que los ex socios y subordinados de Joaquín Guzmán Loera que testificaron en su contra carecen de toda credibilidad, y con ello concluyeron los argumentos de ambos lados en el juicio en un tribunal federal en Brooklyn.
En el 38 día de sesiones de este juicio, la defensa presentó su argumento final, la fiscalía usó su derecho a réplica y el juez federal Brian Cogan anunció que el caso será entregado al jurado el lunes, cuando iniciará sus deliberaciones para determinar la sentencia de Guzmán Loera en cada uno de los 10 cargos de narcotráfico y delitos que se le atribuyen.
Al señalar que la tarea legal obligatoria de la fiscalía es comprobar la culpabilidad de su cliente “más allá de la duda razonable” de un acusado, Jeffrey Lichtman –quien junto con Eduardo Balarezo y William Purpura integran el equipo de defensa de El Chapo– afirmó ante el jurado: “Hemos embarrado los muros de este tribunal con la duda razonable”.
La estrategia de la defensa está centrada en sembrar suficientes dudas sobre la evidencia presentada al jurado por la fiscalía a lo largo de casi tres meses para que por lo menos uno o más de los 12 integrantes del jurado no lo declaren culpable –el jurado tiene que aprobar por unanimidad si el acusado es culpable o no de cada uno de los cargos.
La defensa argumentó que el caso presentado por la fiscalía depende de 14 testigos cooperantes –aquellos ex socios o subordinados de El Chapo que ofrecieron cooperar con las autoridades a cambio de reducción de sus condenas penales– como si sus declaraciones en contra del acusado fueran “la verdad de Dios”. Insistió en que todos esos testigos “han mentido toda su vida… miserables y egoístas”.
Lichtman acusó que la fiscalía estaba consciente de que son mentirosos pero que eso lo ocultó, solicitando del jurado una “fe ciega” en lo que afirme el gobierno como verdad. Advirtió que “la fe ciega en un gobierno nunca ha llevado a buen lugar” y que seguramente el jurado comparte esa experiencia.
Advirtió que si los testigos no tienen credibilidad, “ustedes no pueden condenar al señor Guzmán”.
Caminando de un lado a otro frente al jurado, con su cliente siguiéndolo atentamente desde la mesa de la defensa junto con sus otros dos abogados, Lichtman insinuó que había un tipo de acuerdo entre las autoridades e Ismael El Mayo Zambada para usar a El Chapo como un chivo expiatorio, o como lo dijo, “Guzmán es el conejo al que las autoridades han perseguido a beneficio de El Mayo”.
Repitió varias veces que mientras El Chapo fue perseguido constantemente, y encarcelado repetidamente, El Mayo sigue operando libremente como el verdadero líder del cártel de Sinaloa.
Atribuyó la suerte de El Mayo, en comparación con la de su cliente, a los sobornos “desde los policías locales hasta la oficina de Presidencia”, recordando el pago de 100 millones de dólares a Enrique Peña Nieto como cohechos multimillonarios al jefe de Seguridad Pública, Génaro García Luna, según uno de los testigos, y las maniobras “brillantes” de acuerdos de cooperación y contactos con autoridades estadunidenses de la familia Zambada.
Lichtman advirtió que si los testigos cooperan de la manera acordada con el gobierno, recibirán condenas reducidas, y pronto “estarán viviendo entre ustedes, libre, –sólo dejamos ingresar a los mejores”, bromeó– mientras que “Guzmán no puede abrazar a sus hijas… él también es un ser humano”.
“Esto es un espectáculo, pero también es una farsa”, afirmó Lichtman sobre el caso presentado por el gobierno. Y dijo al jurado que “ustedes tienen que decidir que si pueden vivir con esto… con que los testigos les mintieron… y si el señor Guzmán merece algo más imparcial”. Les pidió al final: “si tienen dudas, no las ignoren” mientras deliberan sobre el caso.
En su réplica, la fiscalía declaró al jurado que la defensa está buscando “distraer”, ya que las pruebas masivas presentadas en el caso “apuntan a una conclusión inescapable” ese acusado fue un líder de un cártel y es culpable de los delitos que se le atribuyen”.
La fiscal asistente insistó en que “nosotros no escogimos a los testigos, El Chapo Guzmán los seleccionó para trabajar para él… él fue el patrón de ellos”.
Enfatizó que “el gobierno no está bajo juicio aquí, el acusado sí lo está” y disputó que el caso de la fiscalía dependa de cada testigo, ya que la suma de estos testimonios corrobora las acusaciones contra El Chapo. Se burló de la idea de que este juicio sea un producto de un tipo de acuerdo entre autoridades y los testigos en beneficio de El Mayo.
Concluyó: “La evidencia apunta hacia una conclusión, y una sola conclusión: el acusado”, dijo al voltear y señalarlo, “es culpable, culpable de todos los cargos”.
El jurado sesionará a puerta cerrada sin fecha límite hasta alcanzar un veredicto –o informar que no puede– a partir del lunes. Todos esperarán un mensaje informando al juez que han alcanzado un veredicto, y se realizará una audiencia en el tribunal de inmediato para anunciarlo ante el acusado.