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Michael Flynn se declara culpable del delito de perjurio por el “Rusiagate”

proceso.com.mx

WASHINGTON (apro).– El general Michael Flynn aceptó que mintió a los agentes del FBI que lo interrogaron sobre sus contactos con los rusos, previos y posteriores a las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, al declararse culpable del delito de perjurio en el caso “Rusiagate”.

Con su declaratoria ante un juez de la Corte Federal del Distrito de Columbia, Flynn admitió que ocultó información sobre lo que habló con emisarios del gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin.

Flynn, quien fungiera como jefe del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el primer mes de la presidencia de Donald Trump, llegó a la Corte Federal acompañado de su equipo de asesores legales y escoltado por agentes federales. Horas antes, el Departamento de Justicia le había notificado sobre su acusación formal y de la audiencia ante el magistrado federal a la que tenía que asistir.

Minutos después de su entrada la Corte, Flynn aceptó ante el juez el cargo de perjurio que le imputó el Departamento de Justicia. En la breve audiencia, el exfuncionario de la Casa Blanca se limitó a responder “sí” o “no” a las preguntas que le formuló el magistrado.

La aceptación de culpabilidad en el delito de perjurio implicaría que Flynn está en la disponibilidad de concretar un acuerdo con Robert Mueller, el fiscal independiente del Departamento de Justicia a cargo de la pesquisa dedicada a determinar si el año pasado la campaña presidencial de Trump y el gobierno de Putin se coludieron para intentar manipular el resultado de los comicios del 8 de noviembre 2016, en contra de la excandidata demócrata, Hillary Clinton.

De ser así, Flynn pasaría información confidencial y hasta ahora desconocida sobre sus contactos con los personeros de Moscú, a cambio de un castigo menos severo al que estaría sujeto por el delito de perjurio.

Con su declaración, Flynn admite que mintió a los agentes del FBI que lo interrogaron el 22 y 29 de diciembre de 2016, respecto a sus contactos con los rusos.

De acuerdo al encausamiento que se presentó en la Corte Federal este viernes, Flynn aceptó que después de hablar con Sergey Kislyak, el embajador de Rusia ante el gobierno de Estados Unidos, el día 29 de diciembre de 2016, se llamó telefónicamente a un integrante del equipo de transición del presidente electo (Trump), quien se encontraba en su casa y resort de lujo de Mar a Lago, en Florida.

“No soy un traidor a la patria, 33 años de mi vida los he dedicado a servir a mi país, y mi comparecencia de este día ante la Corte es precisamente para aclarar esto”, indicó Flynn en una breve declaración por escrito, después de haberse declarado culpable.

Flynn aceptó a su vez que está cooperando con el Departamento de Justicia para esclarecer el asunto de la presunta inferencia rusa.

“Mi aceptación de culpabilidad y mi colaboración con la Fiscalía reflejan mi disposición a esclarecer la situación”, acotó Flynn.

Durante la campaña presidencial de Trump, Flynn quien era asesor del candidato republicano, estaba en contacto con el gobierno de Moscú. Está documentado y corroborado que el general encausado por Mueller, no solo mantenía una buena relación con el gobierno de Putin, sino que incluso prestó asesoría a Moscú a cambio de pagos bastante generosos.

En los interrogatorios durante los cuales mintió al FBI, los agentes de esta dependencia confrontaron a Flynn con evidencias, que no le mostraron, de las conversaciones que tuvo a finales de noviembre con Kislyak –después de que Trump fuera declarado ganador de las elecciones-, durante las que presuntamente informó al diplomático que el gobierno entrante atemperaría las sanciones económicas que le acababa de imponer a Rusia el expresidente Barack Obama, por la injerencia cibernética en los comicios.

Flynn estuvo solamente 24 días como jefe del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Trump se vio obligado a despedirlo luego de que se diera a conocer que Flynn ocultó información al vicepresidente Mike Pence, sobre sus relaciones y el contenido de sus conversaciones con el emisario diplomático de Moscú.

Se especula que bajo el acuerdo de cooperación con Mueller, Flynn no sólo buscaría una sentencia menos severa, sino que también el fiscal independiente del Departamento de Justicia excluya a su hijo Michael Flynn Jr. del “Rusiagate”.

Esta semana se reportó en Washington que Jared Kushner, yerno y asesor especial del presidente Trump, fue sometido a un interrogatorio por parte de Mueller, pero no se dieron a conocer detalles de esto.

Hace unos días el diario The New York Times reveló que Flynn había dejado de pasar información a los asesores legales de Trump sobre el curso de la investigación de Mueller. Esta noticia fue interpretada inmediatamente en la capital estadunidense como la evidencia de que Flynn había ya logrado establecer un acuerdo con Mueller.

Hasta que el New York Times publicó el rompimiento en la comunicación de los abogados de Flynn con los de la Casa Blanca, al general se le consideraba como una de las personas con una lealtad inquebrantable para con Trump.

The New York Times informó a su vez este viernes que el presidente Trump, presiona a líderes republicanos del Congreso para que anulen las investigaciones sobre el “Rusiagate” que llevan a cabo los Comités de Inteligencia del Congreso federal estadunidense.

En la Casa Blanca, los voceros de Trump se negaron a hacer comentarios sobre la aceptación del delito de perjurio por parte de Flynn, indicando únicamente que eventualmente lo harían los representantes legales del mandatario.

La investigación de Mueller en el caso específico de Flynn debe determinar si el implicado se comunicó con los rusos por encomienda de Trump o de otros funcionarios de la campana o equipo del presidente electo (después de las elecciones de noviembre) o si lo hizo por iniciativa propia con el propósito de obtener beneficios económicos.

Otro de los aspectos álgidos del “Rusiagate” en manos de Mueller, es esclarecer si el propio presidente Trump cometió el delito de obstrucción de justicia, lo que conllevaría a que en el Capitolio se considerara la posibilidad de someterlo a un juicio político.

En mayo de este año Trump, corrió a James Comey, entonces director del FBI, quien estaba a cargo de otra investigación sobre la presunta intervención electoral de los rusos.

Comey declaró en una audiencia pública ante el Congreso federal que en una reunión en la Oficina Oval de la Casa Blanca, previa a su despido, Trump le pidió que dejara de lado la investigación de la supuesta injerencia del gobierno de Putin.

Sin embargo, Trump ha negado que le haya pedido a Comey desestimar la investigación sobre Rusia, y de manera categórica rechazó que la negativa de éste fuera el motivo para que lo destituyera del puesto.

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